Instituciones elaboran una 'Guía para un uso responsable de las tecnologías digitales en entidades deportivas'

El objetivo de este proyecto es facilitar a los entrenadores y a las personas responsables de entidades deportivas, como clubes o centros escolares, una herramienta que “les permita conocer cómo han de comunicarse, a través de los móviles o en las redes sociales, con los niños, niñas y adolescentes de los equipos que entrenan o que forman parte de la entidad”.

La Diputación ha señalado que, en la actualidad, herramientas digitales como Whastapp, Instagram, Facebook o Snapchat son cada vez más utilizadas también por las personas y grupos del ámbito deportivo. Se trata de redes sociales que, entre otros beneficios, facilitan a los entrenadores la comunicación y coordinación con sus deportistas. Sin embargo, la utilización irresponsable de estos recursos o redes sociales “puede tener riesgos o consecuencias negativas, más aún cuando hay menores implicados”.

“En el uso de estas herramientas se pueden producir faltas de respeto o amenazas a compañeros, rivales e incluso al cuerpo arbitral, el acoso a compañeros (ciberbullying), la muestra de actitudes no igualitarias (sexistas, racistas, xenófobas), la difusión de imágenes comprometidas, o incluso, conductas inapropiadas de carácter sexual”, ha advertido.

Esta guía, pionera en el ámbito del deporte, pretende ser un recurso para dar a conocer y facilitar un uso responsable de las nuevas tecnologías digitales, así como “sensibilizar e implicar” a las entidades deportivas en ese objetivo. Las instituciones, ante la falta de información sobre cómo actuar ante esta nueva realidad, ofrecen a las entidades deportivas que actúan con menores “un marco ético” y proponen una serie de buenas prácticas que favorezcan un uso correcto de las tecnologías digitales en el entorno deportivo.

Asimismo, propone que los entrenadores suscriban un pacto digital con sus deportistas. “La solución no pasa tanto por prohibir su uso, sino por canalizarlo adecuadamente”, afirma la guía, al tiempo que destaca que “cada etapa evolutiva requiere seguimiento y monitorización para permitir a quienes son menores actuar con seguridad y responsabilidad”.