LAB critica el “brutal” ajuste laboral, que sitúa a Euskadi y Navarra “a la cabeza en destrucción masiva de empleo”

LAB ha destacado que, en el último trimestre de 2013, la población ocupada de Euskadi y Navarra se situó en 1.094.400 personas, 19.200 menos que en el mismo trimestre del año anterior y ha apuntado que dos de cada tres empleos netos destruidos a lo largo del año eran ocupados por hombres, y a pesar de ello, las mujeres aún representan el 47% de la población ocupada.

El sindicato ha asegurado que, si se echa “la vista atrás”, la visión es “más dramática” ya que, desde mediados de 2008, se han perdido alrededor de 203.000 puestos de trabajo en el conjunto de Euskadi y Navarra, lo que supone que, en cinco años y medio, se ha destruido el 15,7% del empleo existente antes de la crisis.

“El ajuste laboral está siendo tan brutal que nos sitúa a la cabeza de Europa en destrucción masiva de empleo, ya que ha alcanzado una magnitud completamente desproporcionada y sólo superadas por tres estados miembros de la UE: el Estado español, Grecia y Letonia”, ha agregado.

Además, ha apuntado que, según las predicciones de diferentes organismos internacionales, podría llevar más de una década recuperar los niveles de desempleo anteriores a la explosión de la burbuja inmobiliaria y financiera.

En relación a la evolución del cuarto trimestre, ha destacado que la ocupación ha remontado “ligeramente” en relación al trimestre anterior, si bien, a su juicio, ese dato debe ser “analizado con prudencia, porque son los contratos precarios y los empleos a tiempo parcial los que han impulsado este aumento de la ocupación”.

LAB ha hecho alusión al mensaje de la Comisión Europea de que encontrar trabajo en el Estado español “no es una garantía suficiente para salir de la pobreza” y hacía un llamamiento a crear empleo pero de calidad, “para combatir no sólo el paro sino también la pobreza”.

Según ha indicado, esta advertencia “coincide básicamente con la voz de alarma” lanzada por LAB a finales del año pasado, cuando denunció el “creciente grado de empobrecimiento que sufre la clase trabajadora, incluso en activo y con empleo”.

Por ello, ha denunciado nuevamente el aumento de la pobreza y ha advertido de que el riesgo de convertirse en un problema estructural “no es un fenómeno natural, sino que se debe a la combinación de las diferentes reformas aprobadas durante los tres últimos años, reformas todas ellas dirigidas a deteriorar las condiciones laborales, desmantelar los servicios públicos, y recortar tanto las pensiones como el resto de prestaciones sociales”.