El PSE marca el camino de la reforma: tocar el Impuesto de Sociedades

El debate sobre la reforma de la fiscalidad está lanzado desde que PNV y PSE-EE pactaron el acuerdo para asegurar la gobernabilidad del Ejecutivo vasco. Pero la reciente declaración del lehendakari Urkullu que urge una reforma de los tributos -en manos de las tres diputaciones, todas gobernadas conjuntamente por peneuvistas y socialistas- para poder “garantizar la sostenibilidad futura de los servicios esenciales” acelera las decisiones que puedan pactar ambos partidos.

Los socialistas vascos apuestan por modificar el actual régimen tributario para los beneficios a las empresas y dejar de presionar con el IRPF sobre todo a las clases medias. “Lo que venimos defendiendo, y sin duda es el camino adecuado, es que el IRPF no puede ser siempre la mayor fuente de financiación de ingresos, sobre todo en la franja de clases medias, que son las que soportan el grueso de la presión”, señala a eldiarionorte.es la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia. Por eso defienden tocar los beneficios a las empresas. “En el impuesto de sociedades y en las deducciones que tiene el Impuesto de Sociedades se pueden y se deben hacer cosas”, avanza la dirigente socialista.

Los peneuvistas no ven con malos ojos tocar el impuesto de sociedades, pero advierten de que eso tampoco es la panacea. “Hemos puesto a prueba los dos últimos años un sistema de deducciones previas a beneficios en la declaración final del impuesto que a lo mejor hay que estudiarlas para ver cómo se está comportando”, apunta la máxima dirigente del PNV en Bizkaia, Itxaso Atutxa. Pero deja un aviso a navegantes: “tampoco hay que magnificarlo” porque la contribución del Impuesto de Sociedades a la recaudación total “no llega al 8%”.

La reforma urge también por el peso creciente de la deuda. Según los datos aportados por el Gobierno, en 2017 el Presupuesto destinará a gasto de deuda 1.036 millones -la Cuentas para este año son de 11.059 millones de euros- y en 2018 se elevarán a los 1.300 millones. O el chorro de ingresos se hace más gordo o, lejos de aspirar a unos presupuestos expansivos, la sombra de los recortes planearía sobre las cuentas vascas. Por eso son “acuciantes” las reformas tributarias. Y también porque aunque se pacte y se lleve este año a las tres Juntas Generales para su aprobación, no entraría en vigor hasta el siguiente ejercicio fiscal y sus efectos tardarían en notarse en la recaudación.

¿Qué dice el acuerdo cerrado entre PNV y PSE en el Ejecutivo autonómico? Puras generalidades. Se habla de “promover una política fiscal y financiera al servicio el crecimiento y la solidaridad” desde el órgano de coordinación tributaria, y de proceder a la “actualización de la normativa fiscal” para “incentivar la actividad económica, la innovación y el empleo”, así como “el sostenimiento de las políticas sociales y los servicios públicos esenciales”. 

“Ahora estamos en evaluar los efectos de la reforma fiscal de 2013 para ver dónde podemos hacer las modificaciones para que sirvan para tener unos ingresos a la altura de los servicios que parece que todo estamos de acuerdo que queremos seguir recibiendo”. Los socialistas vascos reconocen lo obvio: que la reforma pactada con los peneuvistas en 2013 y que entró en vigor al año siguiente ha sido claramente insuficiente. Algo que ya dejó claro el Consejo Vasco de Finanzas de finales de enero: se había previsto inicialmente un incremento del 7% (13.498 millones) en las tres haciendas, luego el consejo lo bajó al 3,3% pero finalmente las haciendas se han quedado en una subida del 2,7% (12.954 millones), en total 544 millones menos.

“Es cierto que la reforma pactada con el PNV no ha llegado como esperábamos para asegurar más ingresos en las arcas públicas, pero creo que también ha sido debido a la situación económica”. La líder del PSE hace una particular lectura según el territorio. En Bizkaia -cuyo diputado general, Unai Rementeria, no ha mostrado un especial interés para abordar de inmediato la reforma- la “recaudación ha caído espectacularmente”, admite. “Es un territorio muy dependiente de los hidrocarburos y éstos han caído a precios bajísimos. Eso ha tenido un efecto inmediato en la recaudación del IVA”, en alusión a Petronor. En Álava tenemos otros problemas más de índole internacional, por algunas empresas que tienen su asiento en territorio alavés, en referencia a la planta de Mercedes. En Gipuzkoa, el tejido económico y empresarial es de otro tipo y también tiene sus características, según Mendia. La provincia que sale peor parada frente a lo previsto en recaudación, ya que se ha quedado 36,7 millones por debajo de lo ya recalculado en octubre en el Consejo de Finanzas de entonces.

Lucha contra el fraude con previsiones anuales

El acuerdo PNV-PSE-EE en el Gobierno vasco también se refiere en un apartado a la lucha contra el fraude y la elusión fiscales. “Se abordará en esta legislatura el desarrollo de planes integrales contra el fraude fiscal en colaboración y coordinación con las diputaciones forales”. Y se apunta que dichos planes deberán cuantificar anualmente la previsión de recaudación por la lucha contra el fraude.

“Hay que afinar todos los agujeros que tenga la normativa para frenar la elusión fiscal y seguir persiguiendo el fraude fiscal allí donde se produzca”, reitera la secretaria general del PSE-EE.

En relación al Impuesto de Sociedades, la máxima responsable del PNV en Bizkaia, Itxaso Atutxa, en una entrevista en Onda Vasca, ha señalado que habrá que “ver qué pasa con algunas de las partes de las que se compone” este tributo, que “es muy diferente en todas partes” y en el que en Euskadi “hemos puesto a prueba los dos últimos años un sistema de deducciones previas a beneficios en la declaración final del impuesto que a lo mejor hay que estudiarlas para ver cómo se está comportando”.

“A todos nos gustaría tener más ingresos, pero hay que ver también dónde hay que generar más presión fiscal para que eso se dé”, ha añadido la presidenta del PNV en Bizkaia, que ha subrayado que “tenemos líneas rojas que nunca vamos a pasar” como no aumentar la presión fiscal de los ciudadanos que “tenemos una nómina”, en consonancia con los manifestado por la líder del PSE-EE.