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Se busca candidat@ a lehendakari, razón Podemos

Nagua Alba, en el centro, durante el acto celebrado por Iglesias en Barakaldo.

Aitor Guenaga

Que el cartel electoral es, muchas veces, fundamental para ganar (o perder) unas elecciones ya no lo discute nadie. Atentos a los movimientos que hemos podido ver esta misma semana en la coalición Euskal Herria Bildu en los cabezas de cartel para los comicios del 26J. Los soberanistas vascos han optado por remover los primeros puestos en Bizkaia y en Álava, colocando dos perfiles que, en principio, pueden competir de igual a igual con el principal partido que les ha hecho un roto en los pasados comicios de diciembre y con el que tienen un claro electorado fronterizo, Podemos Ahal Dugu.

La elección del líder de Alternatiba, Oskar Matute, actual parlamentario en la Cámara vasca, para el territorio vizcaíno es un intento de renovar la plancha con un discurso mucho más social y escorado a la izquierda. Pero sobre todo, la designación de Mikel Otero, un “bombero y conocido activista en la lucha contra el 'fracking', como se ha apresurado a remarcar el propio partido al difundir los cambios en las papeletas de EH Bildu, parece el perfil perfecto para competir con Juantxo López de Uralde, coportavoz de Equo y ganador de calle en el territorio alavés. Justo la provincia donde hace menos de un año la coalición independentista creía estar en disposición de arrebatar la hegemonía al PP, pero también al PNV, según la contienda electoral. El tsunami Podemos lo ha puesto toda patas arriba.

El equipo de Maura-Alba-Martínez había jugado fuerte al embarcarse en una ronda de reuniones políticas con el resto de partidos en Euskadi pese a que desconocían los resultados de esta auditoría. ¿Se imaginan que la auditoría hubiera encontrado elementos que obligaran a repetir las primarias en Euskadi? ¿Cómo hubiese afectado a la imagen de un partido como Podemos? ¿Y si Garbiñe Biurrun hubiese dicho que 'sí' a encabezar la plancha de las autonómicas y la investigación interna hubiera revelado irregularidades?

Pero la auditoría es clara en todos su extremos y no da pie a la interpretación. Claro que hay aspectos a mejorar. Se puede aducir, como se ha hecho en el caso del acuerdo entre Podemos e IU, que en política la suma de dos más dos no siempre son cuatro. Bien lo sabe el PNV, como recordó el candidato peneuvista que repite para el 26J, Aitor Esteban, cuando PNV y EA sumaron sus siglas en varias contiendas electorales. No siempre funcionó. Y tampoco el cambio de caballo mientras se atraviesa el río con aguas procelosas y el cambiante mundo electoral -como nos revelan las encuestas con asiduidad- asegura el cumplimiento del objetivo. Que no es otro que mejorar resultados, tapar la fuga de votos y retener electorado, depende del partido que se trate.

Podemos es un tsunami que ha venido para quedarse, pero tampoco está exento de problemas. Algunos provocados por la mala gestión de la búsqueda de un sí de una candidata como la magistrada progresista Garbiñe Biurrun. La dirección de Podemos Ahal Dugu no se ha recuperado aún del golpe, aunque no todo han sido malas noticias en las últimas semanas. La visita de Pablo Iglesias y Pablo Echenique la pasada semana trajo una buena nueva para el equipo que comanda la joven diputada y secretaria general de Podemos, Nagua Alba. El proceso de primarias que encumbró al nuevo tras la dimisión del anterior lìder en Euskadi, Roberto Uriarte, no tiene bicho. Así lo revela con claridad la auditoría exigida por el resto de candidaturas tras sus sospechas de posibles irregularidades. El documento señala en el apartado de conclusiones que “la principal conclusión alcanzada tras los análisis realizados desde esta auditoría técnica es que no existen indicios de que los resultados de la votación hayan sido alterados por medio de actuaciones fraudulentas durante el proceso de votación de órganos internos de Euskadi por ninguna de las partes”.

El trío Nagua Alba, Eduardo Maura y Lander Martínez refuerza su poder interno en Euskadi tras confirmar la auditoría de las primarias que no hubo ni “actuaciones fraudulentas”, ni “modificación masiva y malintencionada” del censo. Pese a que la verificación externa de las primarias no ha alterado el resultado, el estudio estima “aconsejable que se siga trabajando en la implementación de medidas extras de seguridad no aplicadas en este proceso como la verificación del votante por 'sms' o el cierre del censo durante las votaciones para mejorar la confianza en el normal funcionamiento de las elecciones”.

Esta auditoría deja mucho más tranquila a la dirección que ganó en las urnas a los herederos de Uriarte (Kalian Gora) y permite a la nueva ejecutiva acometer los retos inmediatos sin rastro alguno de duda acerca de su legitimidad completa. Pero, como le pasaba a Gregorio Samsa el personaje de 'La Metamorfosis' de Kafka, cuando Maura, Alba y Martínez despertaron, la falta de candidat@ seguía ahí. Y no es tarea menor. Y lo saben. 

Todo el mundo afina para las elecciones vascas, bien con el candidato, bien con el programa, bien con la política de pactos que se vislumbra como matemáticamente posible para modificar el status quo actual, en el que el PNV acapara el poder institucional como nunca lo había hecho en las últimas décadas. Los morados siguen sin resolver el agujero dejado por el 'no' de Garbiñe Biurrun. Y buscan un perfil social, alternativo que acepte ser “segundo plato”. No es tarea fácil. Y el trío morado está inmerso en ese proceso tan complicado como sugerente. El cambio en Euskadi puede depender de muchos factores, y el candidato o candidata es sin duda uno de ellos.

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