El Tribunal de Cuentas de España confirma también las “irregularidades” en Epsilon e Hiriko
Nuevo varapalo a los proyectos automovilísticos Epsilon e Hiriko, ambos impulsados por el PNV. El Tribunal de Cuentas de España, en un informe remitido a la Cámara vasca, y aprobado el pasado 22 de diciembre, constata la falta de justificación de buena parte de las ayudas y subvenciones libradas tanto por el Gobierno vasco como por el central. Un fiasco empresarial que globalmente que se ha llevado por delante más de 65 millones de euros de dinero público. Un dinero que el tribunal fiscalizador ve muy complicado de recuperar, dado que ambos proyectos quebraron y están en concurso de acreedores.
Epsilon se ha tragado en total cerca de 48 millones de euros, mientras que en el caso del proyecto de coche eléctrico Hiriko las ayudas ascendieron a 16 millones de euros.
El informe, de 140 páginas, el Tribunal de Cuentas de España enumera un serie de “irregularidades” en el control de decenas de programas de ayudas y subvenciones a los que se acogió la empresa creada por el catalán Joan Villadelprat. El informe apunta las “ineficiencias”, así como la falta de “informes que justificasen la necesidad y oportunidad”. Y de nuevo se detiene en la polémica operación de cesión del rango hipotecario por parte del Parque Tecnológico de Álava en la firma de dos créditos de 16 millones de euros para financiar a Epsilon cuando ya estaba en crisis. Esa operación “ofrecía un resultado perjudicial para el Parque Tecnológico de Álava en cualquier caso”, se apunta ya en el informe aprobado por la comisión de investigación parlamentaria vasca.
Ahora, el órgano fiscalizador reitera que esa operación “no puede considerarse acorde al objeto social del parque tecnológico de Álava” y recrimina que se tramitara “una modificación de los presupuestos del parque no aprobada por el Parlamento”.
Mayor coordinación entre administraciones
Sobre Hiriko, el Tribunal de Cuentas español indica que algunos gastos de Hiriko nunca debieron haber sido subvencionados porque no estaban plenamente justificados. El órgano fiscalizador, además, llama la atención sobre la sociedad sin ánimo de lucro Afypaida y que ésta fuera la única beneficiaria de las ayudas públicas, pese a que en la fabricación de los componentes del coche participaron también otras sociedades.
Entre las recomendaciones que plantea el tribunal de cuentas señala que cuando varias instituciones subvencionen el mismo proyecto -como ocurrió en el caso de Hiriko, donde el grueso del dinero público llegó del Gobierno central, entonces en manos del PSOE- se establezcan fórmulas de coordinación para “garantizar al racionalidad y eficiencia en el uso de fondos públicos”.
Y se sugiere también desde el órgano fiscalizador español “establecer mecanismos eficaces de control y de revisión de las solicitudes de ayudas y subvenciones”, así como un seguimiento sobre el cumplimiento efectivo de los objetivos.
