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Vitoria: una isla en medio de los acuerdos múltiples de PNV, PSE-EE y PP

Leticia Comerón y Ana Morales, con Javier Maroto

Iker Rioja Andueza

El pacto entre la coalición de PNV y PSE-EE que lidera las principales instituciones autonómicas, forales y locales y el PP funciona ya a pleno rendimiento y está posibilitando acuerdos fiscales y presupuestarios en distintos ámbitos, como se ha comprobado este lunes en el Parlamento Vasco, en las Juntas Generales de Álava -la 'popular' Ana Morales ha presentado los detalles del acuerdo en el territorio- o en las de Gipuzkoa. En la capital vasca, sin embargo, la tirantez del PP con Gorka Urtaran por desalojar a Javier Maroto de la alcaldía de Vitoria en 2015 a pesar de la victoria electoral sigue muy presente y la ciudad podría convertirse en una isla al margen de la pregonada “estabilidad”.

Mientras en el Parlamento el consejero nacionalista Pedro Azpiazu agradecía la “predisposición” del PP dirigido por un vitoriano, Alfonso Alonso, a tan sólo un par de centenares de metros, en el Ayuntamiento, la portavoz 'popular' Leticia Comerón insistía en que el Ejecutivo de PNV y PSE-EE aboca a Vitoria a la “parálisis”. Formalmente, el PP se ha opuesto junto a los partidos de Gobierno a las enmiendas de totalidad presentadas por la oposición de izquierdas (EH Bildu, Podemos e Irabazi/IU-Equo) y, formalmente de nuevo, aún queda margen para el acuerdo hasta el pleno definitivo del 22 de diciembre. Pero las posiciones continúan más que alejadas aún.

Es cierto que hace unos meses la nueva portavoz local tras la salida de Maroto posibilitó un primer acercamiento con Urtaran en materia económica y se pactaron los impuestos y las ordenanzas fiscales. También lo es que el nuevo presidente del PP alavés, Iñaki Oyarzábal, mantiene una relación de cordialidad con su homólogo del PNV, José Antonio Suso, como contó él mismo este domingo en una entrevista en la Cadena Ser. Pero todos coinciden en que la tensión generada hace dos años y medio cuando Urtaran pactó con EH Bildu, Podemos e Irabazi para desalojar a Maroto en el contexto de la polémica en torno a las ayudas sociales, el fraude y los magrebíes sigue latente.

Entre el lunes y el martes, el Ayuntamiento de Vitoria completará el debate sobre las enmiendas parciales del presupuesto de 2018 con el Gobierno en minoría y sin apoyos externos. Sólo se están aprobando medidas genéricas sobre violencia de género o equipamientos, pero el grueso de las partidas propuestas por el equipo de Urtaran no cuentan con más respaldo que los 9 (de 27) ediles de PNV y PSE-EE. Y así la votación definitiva se saldaría con una dolorosa derrota política.

A pesar de todo, desde el entorno del Gobierno local insisten oficialmente en que “hay días” de aquí al 22 para cerrar un acuerdo con los 'populares', convertidos ya en la única opción tras las enmiendas de totalidad del resto de formaciones antes aliadas. El mensaje repetido en el debate de totalidad por las concejales Itziar Gonzalo (PNV) y Estíbaliz Canto (PSE-EE) es que nada se puede descartar aún y entre los veteranos del Ayuntamiento se apela a los “precedentes” de pactos 'in extremis'.

Pero los mensajes lanzados en ese mismo debate por Comerón no confirmaban ese optimismo. “Vitoria va a ser la única institución que se va a quedar sin presupuestos”, ha llegado a augurar la representante del PP en la sesión municipal, quien ha enfatizado también que el gabinete de Urtaran “está más solo que nunca” toda vez que los partidos que le auparan a la alcaldía ahora critican su gestión duramente. De hecho, el PP ha empleado en Twitter el 'hashtag' “Urtaran está solo”.

El pasado año el alcalde de Vitoria ya se quedó sin más apoyos que los propios en la negociación presupuestaria, pero logró sacar adelante las cuentas de 2017 merced a la argucia de presentar una moción de confianza que sabía ganada al ser políticamente imposible que PP y EH Bildu pactaran una candidatura alternativa para Vitoria. ¿Podría repetir la maniobra? La normativa impide presentar más de una “en cada año” y la anterior se presentó en enero de 2017, por lo que habría que esperar aún unas semanas. En todo caso, ahora sí sería el último cartucho porque solo se permiten dos “durante la duración total” del mandato.

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