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La Banda de Música de Vitoria se queda afónica por los recortes

Una de las actuaciones de la Banda Municipal de Música de Vitoria.

Natalia González de Uriarte

Vitoria-Gasteiz —

La Banda de Música Municipal de Vitoria entona estos días tristes acordes. Sus integrantes se sienten constreñidos por las apreturas presupuestarias. La reducción de la partida económica destinada a la agrupación ha pasado de los 204.000 euros que gestionó durante el ejercicio del 2011 a los sólo 60.000 estimados para el próximo del 2014 según recoge el proyecto de cuentas del alcalde popular Javier Maroto. La coyuntura actual supera todos los malos momentos hasta ahora vividos por la banda. La sensación de que el Gobierno popular considera la cultura como un lujo más que como una necesidad es compartida por los afectados y su entorno más próximo.

La contención del gasto aplicada por el PP no es algo desconocido para estos músicos. La han sufrido durante esta temporada y se ha traducido en bajas en la compañía. Debido al recorte ordenado por el Gobierno del Ayuntamiento de Vitoria el conjunto ha tenido que prescindir de tres músicos. De los 34 integrantes que componían la agrupación -60 en época de bonanza- quedan 31 bajo la batuta de su director Emilio Extramiana y a uno de ellos le han impuesto una reducción de jornada del 33%. Funcionan con un clarinete y un trompeta menos y sin la única tuba que se hacía oír entre el resto de instrumentos. “Necesitamos más clarinetes, más percusión, un saxo alto…estas faltas condicionan nuestro trabajo”, confiesa uno de los miembros.

Esta precaria situación no les han hecho perder pasión interpretativa ni corrección técnica en la ejecución, pero el ánimo un tanto afligido que el conjunto musical exhibe fuera de los escenarios evidencia cierto hastío por las limitaciones que sí les impiden variar un repertorio que se les queda corto. La falta de personal no les permite abordar nuevas partituras. “Nos faltan voces para cubrir todos los papeles. No podemos ejecutar cierta obras”. Las composiciones que exhiben sus pentagramas se repiten y esos anhelos por innovar inherentes a cualquier artista de momento no se verán satisfechos. Han tocar una y otra vez piezas que no les desagradan aunque reconocen que ceñirse a la encorsetada selección de obras durante mucho tiempo consume la motivación de hasta el más entusiasta. “Tenemos planes y queremos abordar retos importantes pero sin presupuesto es imposible”, lamenta uno de los componentes de la Banda Municipal, que más que cantar a los cuatro vientos su pena prefiere susurrarla para no incomodar al nuevo responsable de Planificación Cultural. La salida de la concejala Encina Serrano y la llegada de su sustituto Iñaki García Calvo alienta las esperanzas del grupo de recuperar los músicos perdidos.

“50.000 euros en contratar una zarzuela”

Pero los grupos de la oposición se han encargado de elevar el tono de las quejas y han manifestado su preocupación por el devenir de los acontecimientos vividos en la Banda Municipal y las consecuencias que puede acarrear a la agrupación. “Con los integrantes que cuenta actualmente sólo pueden tocar una de cada diez piezas de su repertorio”, reprendía la concejala socialista Maite Berrocal a la titular de Cultura recientemente en uno de sus cruces de reproches en la comisión municipal. La denuncia se vuelve más hiriente al comparar la compañía musical de Vitoria con las existentes en los alrededores. “Bilbao cuenta con 43 músicos y Barakaldo con 48 frente a los 34 de Vitoria”, recordaba la edil socialista.

El edil Iñaki Prusilla del PNV, socio presupuestario del PP, tampoco está contento con la gestión de la Banda Municipal. “Lo que no podemos permitir es que en vez de utilizar recursos propios se este recurriendo a externos para amenizar ciertos eventos que siempre se han encargado a agrupaciones locales. En el pasado pregón de fiestas se gastaron 50.000 euros en contratar una zarzuela, mientras que en años anteriores se ha resuelto con actuaciones de nuestras compañías que además no han superado los 18.000 euros de coste”, detalla Prusilla.

Los integrantes de la banda comparten esta reflexión. “De 120 actuaciones hemos pasado a unas 80 anuales. Se está infrautilizando un servicio propio que podría aportar mucho más a la ciudad”, critican.

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