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Las asociaciones de diabéticos denunciaran a Osakidetza por contribuir a la reutilización de agujas

Natalia González de Uriarte

La Federación de Diabéticos Españoles, FEDE, advierte que demandará a Osakidetza ante los tribunales sino erradica una práctica prohibida por el Ministerio de Sanidad, la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud: la reutilización de las agujas para inyectarse insulina. Los representantes de este colectivo han intentado en vano reunirse con el Consejero de Sanidad, Jon Darpón, para obtener el compromiso del departamento que dirige de suprimir esta mala praxis. En los encuentros, a los que sólo acudieron técnicos, no se cerró acuerdo alguno para tratar de erradicar este hábito propiciado, en parte, desde la misma Consejería, al no suministrar entre los pacientes vascos recambios suficientes de este material de inyección. “Incluso en la Guía Práctica Clínica utilizada por los sanitarios recomienda esta práctica ilegal de reutilización de las agujas siempre que la destreza de los pacientes lo permita”, aseguraba el presidente de la Asociación de Diabéticos de Euskadi, Andoni Lorenzo.

Desde la FEDE confiesan que confían recibir una respuesta positiva por parte de Osakidetza después del verano para evitar una denuncia ante los tribunales. “El Gobierno de Cantabria se mostró proactivo en todo momento. Reconocieron que lo estaban haciendo mal y rápidamente pusieron las medidas para evitarlo. Pero sospechamos que con el Ejecutivo vasco no va a ser así por las relaciones que hemos mantenido con ellos hasta el momento. Se muestran muy poco colaborativos. Nosotros tomaremos las acciones legales oportunas si se sigue poniendo en peligro al colectivo diabético en esta comunidad. Les damos de plazo hasta después del verano para que reconduzcan la situación”, advertía Andoni Lorenzo.

En Euskadi hay 144.136 personas diagnosticadas de diabetes. De entre ellas 35.025 se inyectan insulina diariamente y lo hacen una media de 2,2 veces al día. Pero desde Osakidetza no se dispensan las agujas suficientes para el correcto tratamiento de la diabetes. Los centros de salud distribuyen cada mes entre los pacientes afectados por esta enfermedad unos lotes de material de inyección que incluyen 54 agujas de un solo uso cuando son necesarias al menos unas 66 para no reutilizar las puntas que se colocan en los dispositivos de aplicación de la insulina conocidos como plumas.

Faltan agujas especiales para niños

La FEDE advierte que las agujas son de un único uso y que, una vez utilizadas, pierden su esterilidad y sus puntas pueden deteriorarse. Si se vuelven a usar se vuelven frágiles y pueden romperse dentro de la piel. Además, no penetran tan fácilmente como una nueva y se pierde así precisión al administrar las dosis exactas requeridas en cada ocasión.

La inyección de cantidades inadecuadas puede provocar desde lipodistrofias, pérdidas de visión, daños renales a úlceras en la piel entre otras complicaciones. “Está es una enfermedad fantasma. No se ven las complicaciones que se van gestando en estos cuerpos afectados por la diabetes. Parece que todo va bien pero a la larga empiezan a mostrarse los síntomas de problemas graves”, aclaraba Natalia Ramírez, enfermera de urgencias del Hospital Virgen del Camino de Pamplona.

El mal uso de las agujas es una práctica bastante extendida “porque no está lo suficientemente perseguida por las administraciones públicas, manifestaba el presidente de FEDE, Ángel Cabrera. Por ello desde este colectivo hacen una llamamiento a los propios pacientes, para que exijan en sus ambulatorios el número de agujas adecuado y les animan a denunciar ”si se topan con una negativa por parte del personal médico a cumplir con esta obligación“.

Desde la Asociación de Euskadi han denunciado además la “discriminación” que se ejerce desde Osakidetza al no atender algunas de las demandas los niños afectados por diabetes como las agujas especiales para niños o los bolígrafos de medias dosis. “Si usas en los pequeños agujas normales los atraviesas. Los padres se encuentran con muchas complicaciones para tratar a los pequeños y casi siempre tienen que comprar el material porque el que proporciona Osakidetza es inadecuado. Con las tiras de glucosa también hay problemas, porque hay restricciones e la hora de repartirlas”, denunciaba Lorenzo.

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