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“Muchas empresas entienden que con pagar el salario al trabajador ya cumplen”

Alfonso Ríos en una concentración frente al Parlamento vasco.

Natalia González de Uriarte

Aunque los índices de siniestralidad laboral han caído en los últimos años, Euskadi registró en los tres primeros meses del año 7.959 accidentes laborales con baja, lo que supone un 3,1% más que en el mismo periodo del pasado año. Los accidentes de trabajo con resultado de muerte se elevaron a cinco, por diez fallecidos en el ejercicio precedente, según datos de Osalan. Coincidiendo con el Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra cada 28 de abril, los sindicatos recuerdan a las Administraciones que no hay que caer en la autocomplacencia, porque “si en ciertos periodos los accidentes laborales se reducen es porque también lo hace el empleo”. Alfonso Ríos, responsable de Seguridad Laboral de CCOO advierte también a las empresas que “no se trata solo de pagar el salario a los trabajadores. Se ha de cumplir con otras obligaciones laborales recogidas en la Legislación vigente”.

En ocasiones hablan de falso descenso en los índices de siniestralidad, ¿por qué?

No cabe hablar de optimismo en un contexto en el cual bajan los accidentes de trabajo o enfermedades profesionales pero también baja el empleo. Una gran parte de ese descenso está relacionado con que hay menos gente trabajando y hay más gente en desempleo. Para CCOO esto es una causa fundamental. Pero incluso aunque estuviésemos en una situación de mayor generación de empleo tampoco seríamos optimistas porque esas estadísticas muchas veces no son reales. Hay muchos accidentes de trabajo que no se declaran por miedo a represalias. Hay un 'subregistro' de enfermedades profesionales enorme, de gente que está enferma pero como Osakidetza o los servicios de prevención no han hecho la correspondiente comunicación de sospecha o de enfermedad, como están obligados, estas enfermedades profesionales no tiene su reflejo en las estadísticas.

¿Siguen faltando medidas de prevención y seguridad en el trabajo en la gran mayoría de las empresas?

Afortunadamente no serán todas pero hay muchas empresas que entienden que con pagar el salario al trabajador ya están cumpliendo todas sus obligaciones laborales y eso no es así. Hay una legislación en materia de prevención de riesgos laborales que dice que la empresa es responsable de la seguridad y de la salud de los trabajadores y entendemos que esto no se cumple muchas veces. Entonces entramos los sindicatos, denunciamos ante la Inspección de Trabajo y habitualmente se nos da la razón y se hacen los requerimientos oportunos.

¿Ocurre lo mismo en las empresas contratadas por la Administración pública?

Hemos apoyado la Estrategia vasca de seguridad y salud en el trabajo porque, entre otras cosas, logramos incorporar una propuesta en los pliegos de condiciones para que en la contratación en la Administración pública se contemplen clausulas en los pliegos de condiciones que hablen del respeto a los horarios de trabajo y de los periodos de descanso de los trabajadores. Entendemos que es un aspecto suficientemente regulado en la legislación laboral y en los convenios colectivos. Pero por mucho que este regulado, no se cumple. La obra pública es un buen ejemplo de ello. Ha habido obras con importante participación de capital público en las cuales se ha trabajado catorce horas seguidas y al día siguiente y al siguiente otras catorce. Esto genera un déficit de atención y un cansancio que son causa directa de los accidentes de trabajo. Vamos a ver si estas clausulas empiezan a extenderse a todos los pliegos de condiciones y sobre todo a ver si la Inspección de Trabajo cumple con su deber y controla esto.

La Ley de Mutuas ha entrado en vigor el 1 de enero, ¿el trabajador se ha enterado suficientemente de cómo le afecta?

No se ha enterado el trabajador ni la ciudadanía. Nosotros estamos haciendo ese esfuerzo por difundirlo. El hecho de dar a las mutuas más competencias en la gestión de la enfermedad común ataca frontalmente a la Sanidad pública. Las mutuas ya gestionan las contingencias profesionales del 100% de los trabajadores en activo, al final acabarán gestionando el 100%de la asistencia sanitaria de los trabajadores en activo. No olvidemos que son sistemas de aseguramiento médico privado, solo para los trabajadores de las empresas asociadas a ellos. Si esos sistemas gestionan ya todo o casi todo, quién queda en la Sanidad pública como la conocemos a día de hoy. Lo que llamamos sectores no cotizantes o no productivos, los jubilados, los parados, los inmigrantes sin papeles...esto conduce a una degradación absoluta de la Sanidad pública. Con esa excusa no se le dedican los fondos públicos suficientes.

¿Por esa razón que apunta, las mutuas han adoptado otro nombre?

Eso es. Ya no se llaman Mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Ahora se denominan Mutuas colaboradoras de la Seguridad Social y este cambio de nombre no es algo inocente. Se hace por algo, para normalizar y que se vaya abriendo el abanico de competencias que tendrían que ser gestionadas desde lo público. Paulatinamente a lo largo del tiempo a las mutuas se les ha dado la gestión de la prestación del riesgo por embarazo y lactancia natural. Se puede entender que alguna relación tiene con las condiciones de trabajo. Pero se le ha dado también la prestación por hijo gravemente enfermo que no tiene absolutamente nada que ver con las contingencias que tenían que cubrir las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedad profesional. Y ahora se les de la gestión del empleo de los autónomos. Y así, cada vez más competencias. Llevado esto al extremo en el futuro nos podemos plantar en un escenario en el cual las mutuas gestionen las pensiones de jubilación, por ejemplo.

Desde CCOO han detectado más de un centenar de enfermedades profesionales que se hacían pasar por enfermedades de origen común. Esto perjudica tanto al trabajador como a la Seguridad Social, ¿no?

Sí. Se han detectado 110. Nos vienen al sindicato trabajadores diciendo que tienen patologías relacionadas con su trabajo y la mutua se lo niega. Entonces se tiene que coger la baja por la Seguridad Social. En esos casos iniciamos el trámite para que la Seguridad Social las reconozca como accidentes de trabajo y sea la mutua quien tenga que correr con los gastos oportunos y no sea Osakidetza. También hemos iniciado el proceso en gente que tiene problemas relacionados con la exposición al amianto sufrida en sus puestos de trabajo y están jubilados. Se puede hacer una tramitación a la Seguridad Social para que reconozca una incapacidad permanente absoluta por enfermedad profesional y así las prestaciones económicas suelen ser más ventajosas. No implica denunciar a la empresa, es una denuncia frente a la mutua. La gente, una vez que está informada, accede a realizar el proceso porque entiende que se están vulnerando sus derechos.

¿Siguen siendo los mismos sectores los que aglutinan el mayor número de accidentes?

La construcción y la industria, en su mayoría la siderurgia, acumulan un gran número de accidentes. También se dan muchos, aunque no tan graves, en sectores muy feminizados como limpieza o como asistencia domiciliaria. En esos ámbitos es muy frecuente el Síndrome del túnel carpiano. Las empresas hacen caso omiso a la prevención de estas dolencias. Hemos conseguido recientemente una sentencia en el Tribunal Supremo que reconoce el Síndrome del túnel carpiano como enfermedad profesional.

¿Y la formación en prevención también sigue entre las asignaturas pendientes?

Las empresas son más reticentes a esto y es una obligación y lo tiene que entender así. Se está desincentivando la formación en el puesto de trabajo en materia de prevención. Nosotros no bajamos la guardia y seguimos insistiendo cada vez que detectamos que hay carencias en este aspecto en algún centro de trabajo, lo denunciamos.

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