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“La cocina está más de moda que nunca por la televisión, pero es cuando menos se está cocinando en casa”

Joxe María Aizega, director del Basque Culinary Center (BCC).

Eduardo Azumendi

El director del Basque Culinary Center (BCC), Joxe Mari Aizega, tiene muy claro que el principal ingrediente del centro que dirige es la innovación y el emprendizaje. Por eso, el BCC es la primera facultad universitaria de Europa dedicada a las Ciencias gastronómicas, un proyecto que acaba de graduar a su primera promoción de alumnos desde que arrancase en 2011 la actividad del centro. La gran mayoría de los mejores cocineros de España participan en este centro, donde estudian más 400 alumnos entre grado y máster, de 25 nacionalidades. “Para ser emprendedor es fundamental perder el miedo a las ideas”, es una de sus máximas y la ha expuesto en las jornadas Álava Emprende, dedicadas a la innovación y nuevas ideas.

Paradógicamente, “la cocina está más de moda que nunca gracias al impulso de la televisión y los programas de chefs, pero es cuando menos se está cocinando en casa”, expone Aizega. “Ese acto de no cocinar en casa, de comprar precocinados, provoca una alimentación menos saludable. Una familia que cocina es más probable que piense en adquirir productos frescos, de temporada, que piense en la dieta. Las familias han dejado de comer y cenar juntos. Y esa es una gran pérdida de valores, tanto familiares como alimenticios”.

Aizega, descubre las claves del éxito de su centro: pasión, perder miedo a las ideas, crear un clima de trabajo que favorezca la creatividad y trabajar en equipo. “Hay que vivir con pasión le oficio y saber transmitirlo. El BBC puede ser un ejemplo de emprendimiento, pero el éxito radica en que el equipo está enganchado con el proyecto”. ¿Y cómo se transmite la pasión a los trabajadores de una empresa? “El reto del BCC es mantener la pasión por el trabajo y para ello no hay que mirar el horario”.

El segundo eje sobre el que gira el BCC es la idea de que las cosas se aprenden haciéndolas. “Una idea puede ser maravillosa, pero lo más importante es saber ejecutarla. Para eso hay que aprender haciendo. Es fundamental perder el miedo a las ideas y ser creativo. Se trata de dar autonomía y libertad a los alumnos para que creen. Nuestra obligación es crear un ambiente de trabajo que favorezca la creatividad. Así surgirá”.

Aizega distingue otro de los valores que caracterizan al BCC: el trabajo en equipo. “Se trata de aprender a analizar y mejorar. No hay que inventar ninguna superherramienta de análisis ni nada por el estilo. Basta con realizar cuatro preguntas de manera sistemática cada vez que se experimenta algo: qué ha ido bien, qué ha ido mal, qué hemos aprendido y qué hay que mejorar para la próxima vez”.

El centro universitario ha generado en estos cuatro años de actividad 45 millones de euros en la cadena de producción guipuzcoana, lo que supone una contribución al PIB de casi 24 millones de euros. Trasladado a términos de empleo, estos datos equivalen a 390 puestos de trabajo traccionados a lo largo del cuatrienio.

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