Los empresarios hacen frente común con Educación contra la Ley Wert
La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) se ha ganado un nuevo enemigo en Euskadi. La patronal Confebask ha hecho frente común con el Gobierno vasco en su oposición a esta ley, también conocida como Ley Wert por el ministro de Educación, José Ignacio Wert. Confebask considera que “rebajará la calidad educativa vasca, la prepación de nuestro capital humano y la competitividad”. El principal temor de la patronal se centra en la pérdida de los avances conseguidos en el sistema de educación vasco gracias a la “colaboración público-privada”. “Confebask y Gobierno vasco, empresaas y centros de Formación Profesional, desde la proximidad a la realidad empresarial, hemos contribuido a diseñar y desarrollar un modelo propio que dota a nuestras empresas de los perfiles que éstas demandan”, asegura la patronal.
El vasco, añade, “es un modelo educativo pionero, innovador y de excelencia, que ha sabido articular los esfuerzos conjuntos de todas las instituciones y enridades involucradas mediante un consenso que para si quisiera la Lomce, aunque, por supuesto, necesitemos seguir avanzando para ir adaptándonos a una actvidad empresarial en permanente cambio”.
En el corto plazo, Confebask muestra su preocupación por el calendario de aplicación de la Lomce, que establece como primera medida para el próximo curso la sustitución de los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) por la Formación Profesional Básica “lo que atenta contra itienerarios y programas que han demostrado sus bondades”. Los PCPI, orientados a jóvenes con problemas formativos y de actitud, han recogido desde su implantación resultados positivos: casi el 50% de los participantes han logrado el graduado en Educación Secundaria (ESO), así como el acceso a los ciclos formativos de grado medio. “Todo gracias a una preparación adaptada e individualizada que ha permitido recuperar y motivar a estos jóvenes antes de integrarlos a los ciclos formativos”.
Efecto negativo
El esquema que dibuja la Lomce con la puesta en marcha de la FP básica frena estas posibilidades. “Al incorporar a estos jóvenes directamente al sistema general producirá un efecto negativo en la calidad y buenos resultados de éste, en el nivel y preparación del alumnado y, por ende, perjudicará la cobertura de las demandas del tejido productivo”. Una circunstancia “muy grave” si se tiene en cuenta que en el caso de algunos sectores tractores de Euskadi, el 70% del empleo que se genere se cubrirá con perfiles de FP.
