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El euskera, enfrentado a la modernidad

El historiador Aritz Farwell Castillo.

Eduardo Azumendi

La incapacidad del euskera para la modernidad era una “creencia predominante” en la sociedad vasca de principios del siglo XX, según el historiador Aritz Farwell Castillo. Es la línea central de su tesis doctoral ‘Borne Before the Moone: A Social and Political History of Basque at the Dawn of the Twentieth Century’, recientemente presentada en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV y cuyo director es Ludger Mees, catedrático del Departamento de Historia Contemporánea de la UPV.

Para los progresistas era algo “negativo”, pues se trataba de un “impedimento para llegar a los nuevos modelos de vida e ideales; en cambio, por esas mismas razones, era algo positivo para los conservadores”, ha indicado el autor de la tesis.

Miguel de Unamuno fue, en el siglo pasado, el intelectual más conocido que apoyó la idea de que el euskera no era un idioma apto para la modernidad y el progreso. No obstante, el filósofo bilbaíno no era el único que se aferraba a dicho planteamiento, ya que en diversos ámbitos de la sociedad -en el ámbito político, entre los agentes culturales, entre los intelectuales- esa reflexión en torno al euskera era “una opinión predominante, hegemónica”.

Así lo confirma la tesis de Farwel. La expresión Borne Before the Moone fue utilizada en el siglo XVII por el escritor Edward Brerewood para referirse al euskera en un libro sobre el origen de las lenguas. “Esa frase me llamó la atención. Me pareció atractiva la narración que hacía del euskera, sobre todo esa expresión que utilizó para describir su antigüedad y la singularidad de su naturaleza: 'nacido antes que la luna'. Pensé que era una bonita manera de resaltar ese contraste con la modernidad de principios del siglo XX”, ha explicado el investigador.

Impedimento para expandir nuevas ideas

Su trabajo ha pretendido mostrar cómo se concebía el euskera en el comienzo del siglo XX. “En la sociedad vasca predominaba la idea de que el euskera no era apto para la modernidad y el progreso: para los partidos políticos y los intelectuales constituía un impedimento para expandir nuevas ideas y modelos de vida; es decir, la mayoría sostenía que el euskera no se usaba para expresar ideas modernas, abstractas o cultas. Los partidos o intelectuales conservadores también eran de la misma opinión, esto es, también creían que el euskera era un impedimento para difundir nuevas ideas y modelos de vida; en definitiva, un escudo contra las ideas inmorales”, ha destacado.

Para la elaboración de la tesis, Farwell ha analizado miles de artículos de periódicos y revistas que se publicaban en el País Vasco entre los años 1900 y 1910, así como infinidad de panfletos, obras literarias e incluso teatrales. Tras hacer un análisis de todo ello, ha sacado algunas conclusiones junto a la idea de la incapacidad para la modernidad: “Por una parte, la precaria situación del euskera producía ansiedad a muchos, pues su desaparición suponía el fin de la singularidad vasca; por otra parte, se decía que la responsabilidad de la pérdida de la lengua recaía en los vascos”.

Así, se pensaba que los vascos de clase alta habían abandonado el euskera mientras se mantenía entre los aldeanos o la gente de clase baja. Por tanto, “la visión idealizada de la identidad vasca luchaba contra la perspectiva ligada a la modernidad”.

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