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Eguzki pide el apoyo de los gobiernos vasco y navarro en la lucha contra la nueva línea de alta tensión

Leyre González Grande

San Sebastián —

La plataforma ecologista Eguzki lo tienen claro, “aunque el Ministerio está muy enrocado, podemos tener una oportunidad para frenar el proyecto si contamos con el apoyo tanto del Gobierno de Navarra como del Gobierno vasco”, dice Garikoitz Plazaola en representación de Eguzki. Ya cuentan con el apoyo de las administraciones municipales afectadas, independientemente de su color político, y piden ahora “una implicación seria” de las “instituciones fuertes”. Bajo la visión de los ecologistas, el verdadero fin del proyecto es una mejora de las infraestructuras “que nada tiene que ver con una problemática en el consumo energético de la zona”.

Desde la plataforma, se oponen a este proyecto por dos razones fundamentales. Por una parte, la “no necesidad” de su implantación, ya que, según Plazaola, “Con el consumo actual, está demostrado que no es necesaria una nueva línea de alta tensión para transportar energía eléctrica”. La “excusa” del Ministerio es “que no se da abasto”, dicen desde Eguzki, pero aseguran, “ni siquiera en los momentos de máximo consumo energético se han alcanzado tasas problemáticas”.

Otra de las razones principales de la oposición de las plataformas ecologistas es el impacto en la salud pública y el medioambiente, y es que dice Plazaola, “está demostrado que las ondas electromagnéticas tienen consecuencias sobre la salud”. El trazado de la línea, que afecta hasta 120 municipios de Gipuzkoa y Navarra, va a pasar “por donde consideren oportuno” dicen, “llevándose por delante espacios naturales incluso protegidos” y en algunos casos pasando también “muy cerca de localidades o viviendas”.

Imposición

ImposiciónDesde las localidades, denuncia Eguzki, “no se ha recibido ninguna información que pretendiera después ser contestada”. Aseguran que desde el Ministerio no esperaban un feedback, ni escuchar “posibles alegaciones de los municipios afectados”, sino que, “se han limitado a informar de lo que van a desarrollar según el boletín oficial”.

“Ni siquiera escuchan posibles alternativas para un trazado que impactase menos en el medioambiente”, dicen desde la plataforma. Desde el inicio del proyecto, la sensación que aseguran tener los municipios según Eguzki es de “total imposición” y “ninguna búsqueda de consenso o participación ciudadana”.

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