“Lo ideal es que no hubiera cine gay, sino que hubiera solo cine”

El director y productor Antonio Hens lleva desde los años 90 asociado al mundo audiovisual. Entre sus primeros trabajos recuerda con cariño el primer programa de tematica gay, 'Hasta en la mejores familias', que se emitió en la televisión local madrileña 'Telemadroño' durante más de dos años. “Tuvimos mucho éxito”, rememora “pero el reconocimiento de la homosexualidad en nuestra sociedad ha cambiado mucho en los últimos 15 o 20 años”, reconoce. Por eso su labor al frente de la productora 'Malas compañías', que entre sus producciones cuenta con la ganadora del Goya 'Azul y no tan rosa', Hens defiende que su objetivo es “hacer buen cine, no tenemos una misión social”.

Antonio Hens acude este viernes a San Sebastián para recoger el 'Premio Gehitu de Plata 2014', que la asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del País Vasco otorga a su productora 'Malas compañías' en el marco del 'Día del orgullo gay'. 'Gehitu' destaca su “apuesta por la realización de películas de temática gay en las que, prioriza nuevos enfoques a la hora de acercarse a esta realidad, alejándose de estereotipos y patrones con un indudable valor social”. Durante el acto de entrega se proyectará 'La partida', una historia de amor entre dos chicos en Cuba que ha sido dirigida por el propio Hens.

Pregunta: Gehitu se ha fijado en el trabajo de 'Malas compañías' y valoran su apuesta “valiente por un cine arriesgado desde el punto de vista comercial”. ¿Cómo valoran este premio?

Respuesta: Lo recibimos con mucha alegría. Nosotros no tenemos una misión social, somos una productora comercial, pero lo que sí es cierto es que el tipo de temas que elegimos son de temática gay, y esto hace hace que tenga una recepción, y que te lo reconozcan está muy bien.

P: ¿Por qué se centran en películas de temática gay?

R: Porque sus componentes somos parte de este colectivo y nos dedicamos a contar historias los conflictos que a nosotros nos interesa que es entre las personas del mismo sexo. No lo hacemos por concienciación. Cuando nosotros contamos historias de homosexuales, estamos contando historias de nosotros mismos. Yo como gay, cuando veo Titanic, no digo “vamos a ver una película de temática heterosexual”, si no vamos a ver Titanic. No lo hacemos por concienciar a la sociedad, sino porque es el producto lógico de las personas que formamos el equipo.

Hasta ahora los homosexuales creadores del mundo audiovisual, a lo mejor tradicionalmente han tenido que contar historias que le son ajenas, o a través de personajes transformados. Es normal que los gays hombres utilicen personajes de mujeres como protagonistas de sus películas, porque de alguna manera, ellos se encarnan en una mujer para poder contar sus historias.

P: ¿Y cómo recibe el público estas películas, perciben algún recelo?

R: El público realmente no le mira el sexo a la película, el público quiere ver cine. Lo que aprecia es que sean buenas películas o malas películas. ¿Que hay algún tipo de público que puede cortarse porque sea una película de temática gay? No creo, el público ya sabe lo que va a ver y lo elige perfectamente.

P: ¿La industria se comporta igual?

R: La verdad es que mientras que en muchos festivales del extranjero competimos como una película más, en muchos sitios y especialmente en España tienden a ponerte en una sección de películas sobre la tolerancia o sobre los gays, o directamente te dicen: “oye, no te programo porque ya tengo cinco de temática gay”, como si hubiera un cupo, o como si nosotros nos estuviéramos autoclasificando para un festival. Eso es una de las cosas que sufrimos, todavía nos miran con paternalismo, y nosotros no queremos que nadie nos ayude porque participamos como los demás haciendo películas.

P: Pero a nivel internacional las cosas cambian, ¿no?

R: Donde está la gran industria en este aspecto en es Estados Unidos y Alemania. Allí hay distribuidoras y circuitos de cine solo gay. Pero lo que sí es cierto es que uno de los motivos por lo que hacemos cine gay, y aquí te viene la noticia- es que hacer cine gay es más rentable, en algunos casos, que hacer cine convencional. Porque existe una demanda de este tipo de cine, los gays estamos muy bien organizados a la hora de consumirlo. Y si tienes una buena película tienes asegurada su distribución y su viabilidad internacional en el mundo entero, no en España, sino a través de las ventas internacionales. Pero eso no quiere decir que nos hayamos doblegado, porque buscamos hacer películas, y hemos conseguido una estabilidad gracias a un circuito de cine gay que nos permite continuar.