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La igualdad, una asignatura pendiente

Una mujer enciende una vela en un acto contra la violencia de género

Patricia Burgo Muñoz

El asesinato de Amagoia Elezkano el 23 de mayo en Llodio fue la peor noticia en cuanto a violencia de género en Euskadi en 2013. La muerte de la joven de 26 años a manos de su pareja supone el acontecimiento más grave de una lacra que además deja otras preocupantes estadísticas.

Los datos del primer semestre del año que ofrece Emakunde, recogen 2.421 casos de victimización, un término con el que los expertos denominan las situaciones de maltrato físico, ataques contra la libertad sexual, acoso, agresiones verbales o maltrato psicológico. Estas cifras revelan otro dato preocupante: un importante repunte de casos entre los menores de edad. En este sentido, el de menos de 18 años es el tramo de edad en el que más ha aumentado porcentualmente los casos, nada menos que un 90%, especialmente los ataques contra la libertad sexual. Una realidad que sobre la que alertan los expertos como la psicóloga y terapeuta Norma Vázquez que se pregunta “¿qué se ha hecho en el campo de las relaciones afectivas?”. Y en este sentido advierte “la juventud puede haber avanzado en igualdad de oportunidades, pero en cuanto a las relaciones afectivas y sexuales no hay un convencimiento de que hay que cambiar los roles establecidos”.

Sobre este tema habló también el psicólogo catalán Oriol Ginés durante el simposio 'Empoderamiento colectivo frente a la violencia contra las mujeres' celebrado en Vitoria en noviembre. Ginés fue claro: “hay demasiados hombres que justifican la violencia”. El terapeuta trabaja cada día para conseguir la implicación de los hombres en el camino hacia la igualdad, una labor complicada porque los hombres “no acaban de ver claro cómo ha de ser este cambio, saben lo que no hay que hacer, pero no lo que hay que hacer”, explica Ginés.

Internet y las redes sociales se han convertido en un vehículo hacia la desigualdad, sobre todo entre los más jóvenes. 'La desigualdad de género y el sexismo en las redes sociales', un estudio del Observatorio vasco de la Juventud que rebela que más del 90% de los jóvenes vascos entre 15 y 19 tienen un perfil en las redes sociales y que las utilizan a diario. Una de las autoras del estudio, Ianire Estébanez, ha podido determinar que que las actitudes sexistas e incluso la violencia machista están presentes en las relaciones virtuales. Pero el dato más alarmante que revela la encuesta es los jóvenes no encuentran extraño ni preocupante este tipo de actitudes.

A pesar de ello la red puede ser también un instrumento en el camino hacia la igualdad y el empoderamiento de la mujer. Sobre ello hablaron en Bilbao la propia Estébanez y otras tres activistas en la jornada 'Temor VS Empoderamiento' para contrarrestar los mensajes excesivamente alarmistas del uso de las nuevas tecnologías por parte de las jóvenes. La psicóloga afirma que “hay muchas experiencias positivas, porque las redes también son espacios de libertad” donde las jóvenes pueden expresarse, “y deben hacerlo como quieran”, añade.

Los colectivos más vulnerables son otro de los focos en los que se fijan las instituciones y organizaciones como la ONCE. Su vicepresidenta, Teresa Palahí, presentó en octubre en Bilbao su estrategia de lucha contra la violencia de género. Porque la realidad refleja que “más de la mitad de las mujeres con discapacidad han sufrido en algún momento violencia de género”, según advierte Palahí.

Actitudes sexistas

Las actitudes sexistas encuentran también refugio en momentos de celebración, así el machismo se multiplica en las fiestas con el beneplácito de una sociedad que encuentra en la diversión una excusa que además encuentra en los medios de comunicación un altavoz con la difusión de vídeos y fotografías en las que se toleran este tipo de actitudes.

Pero no siempre la vulneración de los derechos de las mujeres va acompañada de violencia explícita. Otros síntomas de la desigualdad es el predominio de la figura masculina en muchos campos como el arte, la cultura o el deporte. La ley de igualdad vigente desde 2007 recoge la obligatoriedad de hacer políticas de género que garanticen, por ejemplo en el ámbito cultural, la presencia de obras creadas por mujeres en los museos. Las cifras muestran todo lo contrario, apenas el 10% de las plazas está ocupada por una mujer. Y la representatividad de las artistas en museos es, en muchos casos, prácticamente nula. Un caso revelador es el del Museo de Bellas Artes de Bilbao, que de las 24 exposiciones individuales realizadas entre 2002 y 2012, no dedicó ninguna a una mujer, y el 100% de la programación durante el calendario 2013 es masculino.

El deporte femenino es otro ámbito en el que la mujer tiene que rozar la excelencia para ser tenida en cuenta, y pocas veces alcanzará la misma repercusión que consiguen los hombres. Iraia Iturregi, jugadora de Athletic Club de Bilbao; Eli Pinedo, del Bera Bera de balonmano; y Livia López, jugadora del baloncesto, relataron a eldiarionorte.es su experiencia en el mundo del deporte profesional. “Muchas trabajamos a media jornada o hemos pedido reducción, las que juegan en la Selección española piden excedencia, así conseguimos llegar a todo”, explica Iturregi.

El papel de la Iglesia en la desigualdad es también relevante. Así lo explicó el filósofo Jexusmari Mujika en las jornadas organizadas por Medicus Mundi Gipuzkoa en las que se abordaron los retos de los derechos sexuales y reproductivos frente a los fundamentalismos. Para el profesor la Iglesia “ha humillado históricamente a la mujer” y es una “fuerza retrógrada que en vez de apoyar la lucha por la igualdad, la entorpece”. Y en este mismo sentido “el sexo es un metodo de contro impresionante” del que se ha servido la Iglesia “para fomentar un modelo de sociedad único”, según afirma el profesor.

Por todas estas razones siguen trabajando organizaciones como el Foro feminista María de Maeztu que este año ha celebrado su 25 aniversario. Los recortes en materia de igualdad, la reforma educativa “amparada por la Iglesia”, la reforma de la ley del aborto “que nos retrotrae 30 años en nuestras historia”, son para ellas síntomas de una sociedad que estaba en proceso de recuperación pero que ha recaído en la enfermedad de la desigualdad.

El empoderamiento de la mujer es una de las fórmulas que instituciones, organizaciones y activistas promueven. Se trata de dotar a las mujeres de los instrumentos necesarios para que ocupen el lugar que les corresponde en el sector económico y empresarial. Este es el objetivo principal por el que nació ‘EmakumeEkin’, un proyecto formado por mujeres emprendedoras que promueve el cambio. “Promover la visibilidad de la mujer en el mundo empresarial es esencial porque creando empresas la aportación de las mujeres a la sociedad será más completa”, explica Susana Zaballa, presidenta de la asociación.

De ese tema saben mucho en la Fundación Ana Bella, una red de mujeres supervivientes que acompañan a otras mujeres maltratadas, y lo hacen mediante testimonios positivos. Una de sus componentes acudió a Vitoria para participar en unas jornadas y dejar claro que salir del pozo del maltrato es posible, y en ese camino toda la sociedad tiene que empujar, también los medios de comunicación porque tal y como decía Mª Jesús Ezquerra “no queremos salir en los medios con la voz distorsionada”, en cambio “si salimos con nuestros hijos y demostramos que hemos conseguido superar el maltrato recibido y tomar de nuevo las riendas de nuestras vidas ayudaremos más a otras mujeres”, explica Ezquerra.

Precisamente por una labor en este sentido, la asociación contra la exclusión social 'La Posada del Abrazo' ha recibido el Premio a la Igualdad 2013 que otorga Emakunde. Por ‘La Posada del Abrazo’, han pasado más de 500 personas. Actualmente la asociación dispone de dos viviendas donde atienden a 12 personas, ocho mujeres y cuatros niños. “Son mujeres migradas, vulnerables y que reciben algún tipo de violencia”, explica Rosario García, una de las 5 trabajadoras de la organización, “nosotros les brindamos una vivienda digna para que puedan sacar adelante el proyecto de vida que tienen y empoderarse”.

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