Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Urkullu no juega a los dados con los socialistas

Urkullu, en el debate de política general de esta semana.

Aitor Guenaga

Bilbao —

Alea jacta est. Nuestro Julio César particular ha echado los dados y, antes de cruzar su particular Rubicón, ha optado con claridad por la estabilidad institucional. Y a ser posible en todas las instituciones, municipales y forales también, a partir de mayo de 2015 y con los presupuestos a finales de este año. El lehendakari no quiere sobresaltos. No los ha querido nunca, y por eso considera la carta de su acuerdo con los socialistas la más factible... en estos momentos de la legislatura. Cuando nos acercamos al ecuador de la misma. Íñigo Urkullu no ha variado ni una coma la hoja de ruta diseñada conjuntamente con Sabin Etxea para los tres primeros años de mandato en Ajuria Enea.

Pero detengámonos solo unos segundos. ¿Y si diera la casualidad de que, como dijera Albert Einstein con rotundidad: “Dios no juega a los dados”? O incluso demos un paso más en la historia de las personas brillantes y citemos a Stephen Hawking cuando aseguró aquello de: “Dios no sólo juega a los dados. A veces también echa los dados donde no pueden ser vistos”. ¿Juega Urkullu a los dados con los socialistas? ¿Acaso ha estado alguna vez en algún casino de Las Vegas? Porque todo el mundo sabe que lo que sucede en Las Vegas, se queda en Las Vegas.

Idoia Mendia, la nueva líder del PSE, ha asegurado esta semana que no es jugadora de mus. Esto es, que no va de farol cuando afirma que va a revisar todos los pactos que tienen suscritos con el PNV y con el lehendakari, que el acuerdo por el empleo y la reactivación económica firmado hace ahora un año no tiene vocación plurianual y, lo más importante, que considera tener “las manos libres” para actuar en relación al citado pacto y su continuidad. Lo dijo con clarida en el debate de política general y este sábado lo ha reiterado al afirmar, entre las bases del socialismo vizcaíno, que “o espabila o volverá a la soledad en la que eligió gobernar este país”. Recordando así una realidad que en este país parece haber olvidado todo el mundo: el PNV gobierna gracias al pacto con el PSE, pero desde una posición de minoría que reflejan sus insuficientes 27 escaños en la Cámara de Vitoria.

La estrategia del PSE (¿o habría que hablar más bien de táctica?) en este “nuevo tiempo” abierto en el partido parece clara. Ser exigentes con los jeltzales, tensar la cuerda al máximo, dejarles a ser posible unos segundos si resuello... pero, seamos sinceros, sin ahogar a nadie. Parece alto improbable que Mendia opte por un escenario de ruptura que llevaría a dejar sin Cuentas al Ejecutivo de Urkullu, quien en toda lógica democrática debería buscar otro socio para sacarlas adelante o en su defecto convocar elecciones anticipadas. ¿El mejor de los escenarios para la recién llegada a la Secretaría General del PSE-EE?

Pero lo cierto es que Mendia sabe dos cosas: que el Comité Nacional del PSE que dio luz verde al acuerdo con el PNV -sin votos en contra- mandató a la entonces ejecutiva de Patxi López a ser muy exigentes con el cumplimiento del pacto. “Que no nos vengan estos a robar otra vez la cartera”, vinieron a decir los socialistas presentes en aquella reunión. Luego el mandato ya era de exigencia entonces. Y ahora los es mas, visto los retrasos que buena parte de los acuerdos referidos a los planes de empleo llevan.

Solo encareciendo el acuerdo y trasladando ese precio a partidas centrales en las Cuentas de 2015 podrá presentar la nueva líder del PSE-EE resultados ante una base cada vez más descontenta con el apoyo al lehendakari y al PNV. Algo que pudo percibir el día el que arengó a los suyos en su primer discurso ya como nueva secretaria general. Los mayores aplausos de su bien trenzada intervención se los llevó la parte en la que anunciaba de nuevo que revisaría “todos los acuerdos que hayamos suscrito”. “Y no me va a temblar la mano”, advirtió.

Dos exaltos cargos del Gobierno socialista de Patxi López, uno de ellos en el núcleo duro del entonces lehendakari, no ocultaban su alegría por esas palabras. “Ese es el camino”, pidiendo ¡más madera! en esa dirección. ¿Y si finalmente las cosas se quedan como estaban hace un año? Ambos se giraron dando a entender que esa posibilidad es “matemáticamente imposible” que diría Albert Einstein.

Mendia está en una encrucijada. Y su partido, también. De los pasos que dé el PSE en los próximos meses dependerá que esa debacle que muchos observadores apuntan para el 25-M de 2015 en Euskadi se pueda taponar. Tanto en materia de pactos, como en la elección de los candidatos en los pueblos y principales plazas donde se la juega. Y no son pocos.

Etiquetas
stats