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“Los mossos investigados por el 1-O se sienten abandonados por sus mandos policiales”

Angels Bosh, presidenta de Eurocop, en un jardín de Bilbao tras la entrevista.

Aitor Guenaga

Ángels Bosch (Barcelona, 1965), es Mosso d'Esquadra y presidenta de Eurocop, la organización de sindicatos policiales europeos, mide sus palabras a la hora de hablar de Catalunya en términos políticos, pero no le tiembla el pulso al valorar las órdenes dadas desde instancias judiciales y los dispositivos policiales para intentar parar el 1-O. “Si ha habido alguna actuación desproporcionada ha sido la orden que se ha dado, sabiendo que era imposible cumplirla”, censura.

El próximo mes de noviembre cumplirá dos años al frente de la organización de sindicatos policiales más poderosa en la UE. Habla de tú a tú con el director de Europol, tanto en lo que tiene que ver con la política comunitaria contra el yihadismo, donde ve mucho margen de mejora para trabajar en red entre todas las policías, como en materia de inmigración. Todas estas cuestiones, incluida la situación policial en Catalunya, van a ser tratadas en las jornadas de Eurocop que se abren este miércoles en Bilbao, tras las celebradas en Malta hace unos meses.

Los dos grandes retos que tiene la Unión Europea en materia de seguridad y derechos humanos son el terrorismo yihadista y el flujo migratorio de personas que huyen de la guerra y la pobreza. ¿Qué planteamientos concretos han hecho desde Eurocop tanto a la Comisión, como a Europol o a los Estados más importantes de la UE?

Que el terrorismo se vea desde un punto de vista global. Los Estado miembros se resisten a ceder soberanía en este terreno. Se han hecho algunos progresos en materia de trasvase de información. La experiencia nos demuestra que el yihadismo es un fenómeno terrorista global, no entiende de fronteras. En estos momentos, todas las policías cuentan, desde el cuerpo local de un pueblecito, hasta la Policía Nacional o la Federal.

Como se pudo comprobar en los últimos atentados en Catalunya o los de Francia.

Exacto. Pedimos que la información que manejan todos los cuerpos policiales fluya en todas las direcciones. Y en tiempo real. Los patrulleros la necesitan justo en el momento que están interviniendo. Es fundamental para la prevención. Otra cosa distinta es la parte de análisis, que igual no se necesita al momento. Queremos también que esos datos de Europol que cifran en 5.000 los potenciales yihadistas en Europa se tenga a mano por cualquier cuerpo policial en sus trabajos de identificación, porque es fundamental para una prevención efectiva. Hay cambios en la normativa de Europol que van a permitir las relaciones bilaterales en determinadas comunicaciones entre policías que no son las estatales, pero con competencias en un territorio en materia de crimen organizado, terrorismo, policía científica, etc como puede ser el caso de cuerpos autonómicos como Euskadi y Catalunya o de la Policía local en Bélgica, con muchas competencias también. En Gran Bretaña, con otro modelo, tienen la policía de Irlanda del Norte, la escocesa, la policía Metropolitana, la Policía nuclear, la Policía de transportes, etc. Todos esos cuerpos policiales deben tener acceso a la información en tiempo real y con el mismo nivel de acceso que las policías estatales o la que designa cada Estado miembro para estar en Europol o como oficial de enlace. En definitiva, un sistema único de consulta y también de telecomunicaciones compartido.

¿Cuáles son los argumentos de los Estados para resistirse a algo que, desde fuera, parece de una lógica aplastante? Incluso para la seguridad de su propio territorio, para perseguir a ese terrorista que es identificado en Barcelona, pero que reside en el barrio de Molenbeek, donde comparte una célula yihadista.

Creo que es la falta de confianza, básicamente. Y el control de la información, claro. Pero si se trata de velar por la seguridad, no tendría que haber esas reticencias. En Catalunya, tenemos tres cuerpos con competencias en materia terrorista: la Guardia Civil, la Policía y los Mossos. Pues deberían de trabajar juntos y que las investigaciones fueran compartidas dentro del territorio. Trabajando conjuntamente somos más efectivos. Europol también ve que el trabajo debe ser en común, pero la decisión es de lo Estados miembros.

Le preguntaba antes por el reto también en materia de inmigración, donde están en juego la seguridad, pero también los derechos humanos. ¿Creen que la UE está a la altura ante la mayor crisis humanitaria que se ha producido tras la Segunda Guerra Mundial, la de los refugiados?

Lo que nos cuentan los agentes de policía que están trabajando sobre el terreno es que no tienen una formación específica para hacer frente a todo esto. La policía tiene que actuar cuando todo lo demás falla y, al final, somos nosotros los que acabamos asumiendo toda esa falta de resolución de problemas que tenía que haberse producido antes. Ahora, los agentes no tienen formación para hacer frente a esa crisis humanitaria. Y también hay falta de recursos en los puntos más calientes, como en Grecia hace un par de años. Se debe agilizar el proceso de regularización de todas estas personas que están allí para poder entrar. A nosotros no nos corresponde valorar la política migratoria de la UE, lo que nos preocupa es la seguridad. Esos puntos pueden ser entrada de personas con riesgo potencial de criminalidad. Algunos dicen que pueden ser entrada de terroristas, puede haber algún caso, pero lo que hay que hacer es controlarlo bien, que las bases de datos personales sean tratados bien. Pero también pedimos que no se tenga tanto tiempo a la gente allí porque las condiciones en las que están acaban degenerando. Por cierto, es una situación que también viven los policías desplegados en esas zonas, no tienen tiempos de descanso, ni lugares para descansar, no hay ni servicios, ni sitios decentes donde comer. Y esto afecta al servicio diario.

¿Y cómo es posible que se arrastre tanto una crisis humanitaria que no ha empezado hace un mes o dos precisamente?

No, no. La Unión Europea ha dejado un poco las fronteras en manos de los Estados concernidos, los que las sufren. Llevamos años pidiendo que se reconozca que las fronteras de Europa son de toda la Unión y se deben dar los recursos necesarios para que Frontex asuma mas responsabilidades y pueda desarrollar una política comunitaria de verdad y en condiciones con los migrantes. También está pendiente el desarrollo de la policía de fronteras pero en Europa todo va lento, hay muchas declaraciones, protocolos nuevos, cambios de normativa, pero esos cambios el policía de calle no los recibe, no los ve. Estamos igual que cuando el atentado contra Charlie Hebdo y es un poco de lo que van estas jornadas que se abren este miércoles en Bilbao. Uno de los paneles es, precisamente, ¿qué ha cambiado desde Charlie Hebdo? No ha cambiado nada, tú hablas con los patrulleros y te dicen, yo no tengo más recursos que antes para luchar contra todo esto.

¿Parece increíble, no?

Sí, y continúa habiendo policías que no pueden acceder a ciertos niveles de las bases de datos, hay descoordinación entre los diferentes cuerpos policiales. Esto no se ha solucionado. Hace un mes, el propio director Oldřich Martinů, en una entrevista que mantuve en Europol, me reconocía que, pese a los avances, lo que se plasma en el papel no tiene un resultado práctico.

Le voy a preguntar por lo que está pasando en su tierra, Catalunya. Entre otras cosas porque Eurocop lanzó un comunicado en el que condenaba la actuación policial, los insultos a los policías, que “sufren la frustración ciudadana generada por las decisiones políticas”, decía Eurocop. Eurocop lanzó un comunicado

Hemos denunciado las condiciones laborales en las que están los agentes de la Policía en Catalunya, la actuación policial y la politización de los cuerpos policiales y el uso político dado a determinadas actuaciones policiales, y esto lo hemos visto en los medios de comunicación. Y por eso hemos sacado un comunicado de apoyo a las policías porque no beneficia nada al servicio policial y su función que se politice o intente manipular la actuación de los agentes.

¿Eso es lo que creen que ha pasado en Catalunya?

Se ha intentado dividir y enfrentar a los cuerpos policiales porque han realizado actuaciones diferentes. La actuación de los Mossos ha sido muy criticada por algunas sindicatos policiales sin tener la suficiente información de lo que había pasado. ¡Ni con 10.000 policías más se hubiera podido impedir la votación el 1-O! Se envió a los agentes a cumplir una misión que era imposible. El dispositivo de los Mossos preveía dos agentes para cerrar cada centro de votación. Cuando llegaron a los centros que seguían abiertos -porque no se habían podido cerrar el día anterior- les bloquearon las entradas y no pudieron acceder para requisar los elementos para poder votar. Y el dispositivo les ordenaba estar 12 horas en un puesto estático, garantizando la seguridad ciudadana. Comento todo esto porque ha habido denuncias de la Guardia Civil con grabaciones en las que se ven a mossos presuntamente en una actitud inactiva ante el cumplimiento de una orden judicial. En 12 horas te pueden filmar de muchas maneras, sin hacer nada o incluso hablando con los promotores de las votaciones. Con el dispositivo acordado entre las tres policías con la supervisión del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, no pudieron hacer más que lo que hicieron para dar cumplimiento a la orden judicial de impedir el 1-O.

Ahora, algunos de ellos -41 de momento- se enfrentan a responsabilidades penales por lo ocurrido. ¿Cree que hay un creciente malestar entre los agentes que estuvieron en ese dispositivo? ¿Diría que se sienten abandonados por sus mandos policiales?

Totalmente. Los agentes se siente abandonados por sus jefes y están desamparados. Consideran una falta de honestidad de los mandos policiales el hecho de que les dijeran en los 'briefings' [reuniones diarias con los agentes] que no se preocuparan, que ellos asumirían cualquier tipo de responsabilidad, que se harían cargo de todo, que se había algún incidentes ellos acudirían... En la reunión que tuvimos la semana pasada con la policía, uno de los altos mandos del cuerpo, preguntado por todo esto, respondió: “aquí todos somos policías, ya sabemos lo que tenemos que hacer y que hay actitudes que no se pueden justificar”. Esa promesa de apoyo, de asumir responsabilidades, han quedado en palabras que se lleva el viento.

¿Diría que es una actitud cobarde por parte de esos responsables policiales?

Totalmente.

De verdad hubo contravigilancias a los promotores del 1-O que pudieron, según la Guardia Civil, estar organizadas o contar con la anuencia del director de la policía catalana, Pere Soler, aquel que llegó a decir: “Espero que nos vayamos ya, me dais pena todos los españoles?”Espero que nos vayamos ya, me dais pena todos los españoles?

Lo desconozco, pero sí es verdad que algunos agentes me han comentado a mí personalmente que los organizadores tenían más información del dispositivo del 1-O, de lo que iba a pasar ese día, que ellos mismos. Y esto me ha venido por parte de varios agentes.

¿Hubo pasividad por parte de los Mossos en la jornada electoral y los días previos?

No creo que los Mossos fueran pasivos. Vuelvo a repetir, hicieron lo que pudieron para dar cumplimiento a esa orden judicial en base al dispositivo establecido, y fue imposible acceder a todos los centros y requisar urnas y papeletas. Los agentes llamaron repetidamente a orden público para que quedara constancia en la sala de comunicación de que no podían acceder. Aquí fue donde entró la Policía y la Guardia Civil y fueron a cumplir una misión imposible. Y tampoco ellos pudieron. Ese es el drama. Hay colegios que se cerraron, sacaron otra urna y, en un sitio distinto, se pusieron a votar de nuevo. Y eso lo tenían que haber tenido en cuenta.

¿Cree que fue desproporcionada o brutal la actuación de algunos agentes de la Policía y la Guardia Civil? Las imágenes que han recorrido toda Europa...

Fue un día muy difícil para todos los agentes desplegados. Todos tuvieron que hacer frente a mucha tensión, que lleva días. Una frustración muy grande a la hora de ejecutar su trabajo porque, en algunos sitios, no podían cumplir las órdenes. El uso de la fuerza es legítimo, pero no puede nunca crear un daño mayor que el que quieres evitar. A partir de ahí quizá ha habido alguna conducta policial que se debería revisar, pero una conducta individual no puede representar a toda una policía, y lo digo por todos los cuerpos policiales. Si ha habido alguna actuación desproporcionada ha sido la orden que se ha dado“.

Hay otras imágenes muy comentadas en su momento: la gente vitoreando a los policías que salían hacia Catalunya al grito de “a por ellos”. Y luego les metieron en un barco en unas condiciones que dejaban mucho que desear...

Ha sido denigrante ver las condiciones en las que han estado los compañeros de la Policía y la Guardia Civil en los barcos en el puerto de Barcelona. Es indigno que el Ministerio del Interior haya alojado a los agentes en esas condiciones, son trabajadores y merecen un respeto, y no se ha demostrado. Y, bueno, el hecho de que les hayan despedido en sus localidades como si fueran a un lugar de conflicto demuestra un poco el desconocimiento real de la situación en Catalunya, de lo que pasa en la sociedad catalana.

No sabemos si se va a producir un adelanto electoral por parte de Puigdemont, si se frenará la aplicación del 155, si se intervendrá la seguridad en Catalunya. ¿Temen que haya desobediencias por parte de los funcionarios catalanes?

Ha habido un llamamiento preocupante a los funcionarios del consejer Raúl Romeva a la desobediencia. Hay que tener mucho cuidado con esto porque estamos hablando de personas con familia, de puestos de trabajo, del sustento de familias enteras. Y no hablo solo de los Mossos, sino de todos los funcionarios. Pero no hay otro funcionario en la Generalitat de Catalunya que se encuentre en la situación en la que están ellos. Si se aplica el 155, para el patrullero no va a cambiar nada. Saldrá a patrullar, protegerá a los ciudadanos y cuando acabe su turno se volverá a su casa.

¿Y para 15 comisarios, los 43 intendentes, en general para toda la cúpula policial?

Puede implicar cambios en algunos destinos muy concretos como los servicios de información, la Disciplinaria y, evidentemente, en la cúpula, donde el Ministerio del Interior ya ha dejado claro que habrá cambios.

¿Y cómo interpretarán los 17.000 agentes y la sociedad catalana el relevo del major Josep Lluis Trapero, su paso de héroe a villano, un símbolo que ahora está siendo investigado por sedición en la Audiencia Nacional?

Esa es la visión que se tiene desde el exterior. Nosotros, desde dentro del cuerpo, vemos que está siendo investigado. Pero lo que vemos es que hay un doble rasero de medir en la División de Asuntos Internos [Disciplinaria]: hemos tenido agentes inmersos en casos gravísimos también, incluso acusados de asesinato, y en otros casos no tan graves, y se les ha suspendido de empleo y sueldo en cuanto se ha sabido de la investigación. Para el Major esas medidas cautelares no se han aprobado. Y vemos que las declaraciones del director general de la Policía siempre van dirigidas a apoyar a los mandos de los Mossos y su profesionalidad, a proteger a los mandos, el resto del cuerpo parece que no les importa, cuando realmente el resto el cuerpo son realmente los Mossos, los que hacen su labor de policía día a día. La cúpula... bueno, es una parte del cuerpo que está más cerca del poder político que no del servicio público que está dando.

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