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Ocho de los peores trabajos para una relación de pareja

Un profesor estresado

‘Cariño, ya estoy en casa’, dices mientras cruzas la puerta después de un largo día de trabajo. Da igual si eres hombre o mujer, por suerte esa balanza se empieza a equilibrar y esa escena deja de ser digna de una película de los 50. ¿Qué reacción tiene tu pareja cuando finalmente llegas a casa? ¿Alivio por ver que has llegado sano y salvo un día más? ¿O te lanza una batería de preguntas sobre dónde estuviste todo el día, haciendo qué y hablando con quién?

Si sientes que le estás causando demasiadas preocupaciones o que tienes que responder más preguntas de las deseables, o si tu trabajo es la causa de demasiadas discusiones, es posible que tu profesión y tu relación de pareja no sean todo lo compatibles que te gustaría. Algunas profesiones son más duras que otras para la vida en pareja.

Hemos hecho una selección -hay muchas que se quedan fuera, pero no por ello son menos duras- de algunas profesiones que pueden afectar negativamente a nuestras relaciones. Y cuando hablamos de profesiones duras no nos referimos a las obvias (piensa en la pareja de un stripper); hablamos de algunas que no esperarías que hicieran mella en tu relación.

1- Policía, bombero o militar

Estos son algunos de los trabajos más peligrosos que existen, y con un riesgo que muchas veces no se corresponde con el salario. Cada día que salen de casa existe una posibilidad distinta de que acaben heridos antes de que acabe el día, y esto es algo que no es fácil ni para ellos ni para sus parejas. Lidian con situaciones de estrés y peligro, y este tipo de experiencias no se van con una ducha fría al llegar a casa. Cuando hablamos de trabajos relacionados con el ejército pasamos a otro terreno, ya que ser enviado a una misión en el extranjero (durante largos períodos de tiempo), o desarrollar trastornos psicológicos derivados del estrés son gafes propios de este oficio.

2- Piloto o azafato de vuelo

Las parejas de trabajadores de una aerolínea tampoco lo tienen fácil. Tienen que vivir con ausencias muy frecuentes, y lidiar con que tu pareja está en las Bahamas o en París (por trabajo, claro) puede tensar muchas cuerdas en una relación, especialmente si hay una cuestión de celos en segundo plano. Por si fuera poco (y aunque a muchos les cueste creerlo), se trata de trabajos con mucho estrés: imagina ser un piloto y tener bajo tu responsabilidad la vida de cientos de personas, cada vez que viajas; o ser azafato y aguantar las quejas de una cantidad infinita de pasajeros. Aunque haya pasado tres días en algún destino exótico, lo que realmente quieren es llegar a casa, quitarse los zapatos (o tacones), y encontrar un poco de calma tumbados en la cama.

3- Masajista

Pocos trabajos se prestan más a los celos en una pareja que éste: un cóctel de posesión, sospecha continua, rabia y humillación. Dado que el trabajo de un masajista implica interacción física con otras personas, generalmente ligeros de ropa, no tenemos casi ni que explicar por qué puede suponer una carga importante para la vida en pareja. ¿Qué clientes has tenido hoy? o ¿Qué has hecho exactamente hoy? serán preguntas habituales en el hogar de un masajista si su trabajo supone un problema para su pareja… y es muy probable que sea así.

4- Camarero

Los camareros trabajan rodeados de gente consumiendo alcohol, yendo continuamente de un lado a otro del bar y la terraza para hacer de la experiencia del consumidor la mejor (y más rápida) posible. Es una profesión estresante y exigente como pocas, y te obliga a trabajar a ritmos no aptos para cualquiera. Tienen un horario irregular que varía según el día, ya que una vez se va el último cliente te tocará limpiar a fondo el bar después de una dura jornada. Se trata de una profesión con un ritmo de trabajo muy particular que con los años puede rasgar la relación. El salario es igualmente irregular, ya que las propinas son un plus que varía de mes a mes y si se te acumulan varios gastos en casa en un momento dado, puedes necesitar un ingreso extra (para gastos concretos recomendamos recurrir a empresas que ofrecen minicréditos).

5- Actor, músico y personaje público

La frecuencia de bodas, separaciones, divorcios y reconciliaciones de personajes públicos, deportistas, actores y artistas famosos es cuanto menos llamativa. La propia naturaleza de estas industrias trae consigo un nivel de estrés bastante alto, ya que además de la atención de los medios de comunicación y los fans, hablamos de trabajos que implican viajar mucho y en ocasiones durante temporadas largas. El hecho de que una relación se vea continuamente rodeada de rumores y exageraciones de la prensa tampoco ayuda.

6- Ejecutivo

Según tu puesto se va acercando a la dirección de una empresa u organización, las reglas del juego cambian. Responsabilidades que se van añadiendo a tu mochila hasta el punto en que lo que haga o diga cualquiera bajo tu mando acabará siendo tu culpa y problema. Los ejecutivos ganan salarios altos por un motivo, y el poder se les puedes subir a la cabeza… y que sean los jefes en su trabajo no significa que lo sean en casa o en la relación. ¿Llamadas fuera de horario de oficina? Sí, también viene incluido en el pack.

7- Medios de comunicación/Publicidad

Bien seas periodista, freelance o creativo de una agencia de publicidad, el mundo de los medios de comunicación no es un camino de rosas. El trabajo de prensa, por lo general, está mal pagado y exige una cantidad eterna de horas extra que muchas veces no se reflejan en el salario. Mención aparte merece el trabajo de publicitario: si trabajar con clientes que rechazan todas tus mejores ideas no fuera suficientemente duro de por sí, serás becario (o ‘junior’) hasta que te salgan canas, y trabajarás siempre en función de plazos, correcciones del cliente y fechas de entrega. ¿Fin de semana? ¿Qué es eso?

8- Profesores

Sí, vale, tienen más vacaciones que muchas otras profesiones. Lo que no nos cuentan de los profesores es todo lo demás: el estrés que supone saltar de clase en clase con 25 niños que preferirían estar en cualquier otro sitio antes que en clase, de los que eres responsable y entre los que probablemente habrá más de uno (y más de dos) que te harán la vida imposible durante todo el curso.  Si esto no hiciera de esta profesión una especialmente estresante, siempre están los padres del alumno al que “le has cogido manía”, la falta de presupuesto del departamento para cualquier tipo de material o la inmensa cantidad de horas extra -no pagadas- corrigiendo exámenes y trabajos en casa. Si eres profesor y tu pareja sigue contigo, ¡eso es amor!

 

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