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“El problema no es que nuestros científicos se vayan; el problema es que no pueden volver”

Guillermo Dorronsoro en los pasillos de la Deusto Business School. /Txetxu Berruezo

Eduardo Azumendi

“Se creía que el crecimiento económico iba a durar toda la vida. Pero se equivocaron”. Guillermo Dorronsoro, decano de la Bussines School de la Universidad de Deusto, lo tiene claro: hay que invertir en conocimiento para salir del estancamiento de la actual situación económica. Dorronsoro ha participado en el curso de verano organizado por la Universidad del País Vasco sobre el nuevo papel de la diáspora vasca en la Euskadi del siglo XXI.

Dorronsoro ve “necesario un cambio de modelo económico que funcione mejor que el actual. Modelos como la economía colaborativa, la economía del bien común, la economía del decrecimiento, la economía circular, la economía solidaria, la economía feminista…que nos lleven al cambio”. Pero además de cambiar el modelo económico, recalca que es necesario acostumbrarse al lento crecimiento económico, pero sin endeudarse. “El mayor endeudamiento por parte de los Estados está llevando a un menor crecimiento, lo que no permite que la economía se recupere. Hay que invertir en tecnología con apoyo público y crear una alianza público-privada que invierta en el desarrollo de tecnología en áreas de la industria en que exista oportunidad. En definitiva, invertir en conocimiento”.

Cada década que pasa la formación académica de los jóvenes mejora, pero el acceso al trabajo empeora. Según Dorronsoro, no tendría que ser así porque hay personas que se jubilan. Sin embargo, ante esta situación de incertidumbre económica, “las empresas ofrecen empleos precarios, contratos de corto plazo en vez de apostar por el conocimiento de los jóvenes”.

Reducción de la industria

Pero es el conocimiento la principal ventaja que tienen los países avanzados respecto a los emergentes. “Se debe invertir en tecnología, porque si un país no tiene conocimiento, su industria no puede crecer”. Un ejemplo de ello son países como Alemania y Estados Unidos, que gracias a la apuesta que hacen por el conocimiento científico y la tecnología, actualmente han aumentado en un 20% y un 10%, respectivamente, su industria. España, por el contrario, “al no apostar por los avances en conocimiento, ha visto disminuida su industria”.

¿La consecuencia? “Al no invertir en conocimiento, nuestros científicos están mirando al resto de Europa”. El hecho de que los científicos de aquí se vayan a los mejores centros de investigación que hay en el extranjero es lógico y no supone ningún problema, según Dorronsoro. El problema es que “no puedan volver porque en nuestro país no se invierte lo suficiente en conocimiento como para que puedan quedarse aquí”.

Por ello, es importante “crear un entramado en el que se invierta en nuestro conocimiento, capaz de atraer científicos que permitan mejorar la industria del país, y por consiguiente, mejorar la economía. Hay que evitar estar desprevenidos y tener una visión de lo que está ocurriendo en la economía global para anticiparnos a ello”.

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