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“Las trabajadoras precarias de hoy son las pensionistas pobres de mañana”

Idoia Mendia, en la jornada sobre discriminación salarial.

Eduardo Azumendi

“La lucha por la igualdad no es una cuestión coyuntural, que se limite a ciertos avances que se puedan dar en la administración y algunas empresas de referencia. En el terreno de la igualdad nos jugamos intereses colectivos. Del conjunto de la sociedad. Y esto es algo que todas y todos deberíamos tener claro”. Idoia Mendia, secretaria general del PSE, tiene muy claro que tras ocho años de dura recesión “las mujeres han sido víctimas por partida doble de los graves retrocesos en derechos y libertades” que ha sufrido el conjunto de la ciudadanía. Mendia, quien ha participado en la jornada sobre discriminación laboral y brecha salarial entre hombres y mujeres organizada por la Fundación Ramón Rubial, recalcó la necesidad de mantener la igualdad de oportunidades en la agenda política y social los 365 días del año.

Parafraseando a Simon de Beauvoir, Mendia destacó la idea de que ha bastado una crisis para poner en cuestión los derechos de las mujeres. “Cada nuevo recorte, cada nueva contrarreforma, cada nueva medida antisocial impulsada por el PP esta legislatura, ha sido, en esencia, una medida contra las mujeres”.

Lo ha sido, según la líder de los socialistas vascos, por una reforma laboral que “abarata el despido y precariza el empleo. De todos. Sí. Pero especialmente de las mujeres, que son las que más paro y mayor precariedad sufren hoy”. Los recorres sufridos por la Ley de Dependencia han afectado “especialmente a las mujeres, que, por desgracia, seguimos siendo las encargadas de atender a los familiares dependientes”. Y la “contrarreforma” de las pensiones se ceba “con las mujeres, por ser las que menos derechos acumulados tienen y, por tanto, unas pensiones más bajas que la media”.

En Euskadi, el 75% de los contratos parciales tienen nombre de mujer. Además, las mujeres cobran un 25% menos que los hombres (dos puntos más que en 2008 y uno más que la media española).

“La discriminación laboral que las mujeres sufren en Euskadi”, incidió Mendia, “es uno de los argumentos que desmonta el discurso de la autocomplacencia

con el que el PNV trata de esconder sus carencias. Y es que el problema de la brecha salarial no es solo una cuestión de ingresos mensuales. Es también de cotizaciones. Y esta diferencia se está dando en todos los colectivos, en todas las franjas de edad, en todas las clases sociales.

Desigualdad estructural

Desigualdad estructuralSegún Mendia, el conjunto de desigualdades estructurales presentes en la sociedad impiden avanzar a la mujer. “Existe un machismo inoculado desde la infancia y que persiste a lo largo de toda la vida laboral y familiar, falta de conciliación, falta de corresponsabilidad… que hacen que en la carrera de la vida las mujeres salgamos siempre cien metros por detrás y con una mochila cargada.

Se trata de un problema que no se arregla solo con ayudas. “Se arregla con políticas públicas audaces que sirvan para derribar la barrera invisible que nos sigue impidiendo a las mujeres, en pleno 2016, tener las mismas oportunidades que los hombres. No es solo una cuestión de crear empleo femenino. Es también de la calidad de ese empleo”.

Por eso, Mendia recordó la propuesta socialista de una Ley de Igualdad Salarial entre hombres y mujeres que “permita dotarnos de instrumentos eficaces para combatir la discriminación salarial y obligar a las empresas a elaborar planes de igualdad y a cumplir sus obligaciones en esta materia”.

Así, el primer paso para acabar con la brecha salarial entre mujeres y hombres es avanzar en transparencia. “Que todas las empresas tengan un registro donde consten de manera desagregada los salarios y complementos salariales que perciben los trabajadores y las trabajadoras de su plantilla, para poder saber así qué cobra cada uno y si hay discriminaciones”.

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