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Los turistas llenan los ‘hostels’ bilbaínos en Semana Santa

Fachada de Ganbara Hostel ubicado en la calle Prim del Casco Viejo de Bilbao.

Laura Murillo Rubio

Bilbao —

Ni son veinteañeros, ni todos llevan mochila; van con plano y maleta de mano. Les queda poco para alcanzar la primera curva de la calle Prim del Casco Viejo donde se ubica Ganbara Hostel, el albergue en el que este grupo de madrileños que ronda los treinta y pico se hospedará mientras visita el área del Gran Bilbao durante los próximos días festivos. “Viajamos bastante y siempre nos quedamos en hostels. Así, lo que ahorramos en alojamiento, lo gastamos de ‘turisteo’”, cuenta Nacho, asiduo a pernoctar en cada uno de sus viajes en albergues nacionales y europeos. Y es que a pesar de que varios hoteles del ‘Botxo’ se han apuntado a la moda ‘low cost’ con tarifas entre un 25 y 30% más bajas que las de San Sebastián, no está previsto que llenen sus habitaciones a excepción del fin de semana.

Mejor suerte corren los albergues de la capital vizcaína gracias a una oferta económica que ha ganado adeptos en los últimos tiempos. En Ganbara, ubicado en pleno Casco Viejo, no queda una cama libre hasta el próximo lunes. “Tenemos la mejor localización, al lado del metro y además justo pasa el Camino de Santiago por aquí cerca”, cuenta Oihane sobre este céntrico hostal en el que uno puede pernoctar desde 17 euros y medio a 21 con desayuno incluido. Ganbara cumple su tercer aniversario en julio y desde que abrió sus puertas no le ha ido nada mal. “En Semana Santa siempre se llena bastante, pero en verano es impresionante estamos a tope”, aseguran desde la recepción.

Lejos de lo que se pueda pensar, el perfil de cliente es muy variado. No todos son jóvenes mochileros, también se han alojado hasta familias. “Estos días tenemos mucha gente extranjera como argentinos y mexicanos. Entre los europeos, los que más nos visitan son británicos y alemanes”, afirman. “La mayoría no viene simplemente porque sea barato, a muchos les gusta este ambiente. Disfrutan conociendo gente de cualquier parte del mundo y compartiendo sus experiencias”, cuenta Oihane sobre los inquilinos que se juntan en el salón ubicado al lado de la recepción, donde “montan sus propias reuniones”, como se puede apreciar desde la calle gracias a las amplias cristaleras de la fachada.

Con mejor tiempo, mayor ocupación

Con mejor tiempo, mayor ocupaciónPor otro lado, los que quieran alejarse del bullicio del Casco Viejo cuentan con otras alternativas mucho más relajadas, al lado de importantes atractivos turísticos como el museo Guggenheim. Y es que para amanecer con vistas hacia su estructura tampoco hace falta alojarse en un gran hotel. Justo al otro lado de la ría, en avenida de las Universidades, se ubica Botxo Gallery, que a principios de semana ya tenía ocupadas 30 de las 36 camas disponibles que oferta. “Estamos ya al 90% y con las buenas previsiones meteorológicas seguro que el fin de semana se llena”, asegura Elisabeth Bilbao sobre la ocupación estos días en el hostal, que también cuelga el cartel de completo todos los años en julio por el festival de música BBK Life y en Aste Nagusia.

A tres minutos andando de la estación de Termibus y cerca de San Mamés, en avenida Sabino Arana, también se encuentra Pil Pil Hostel, donde se muestran encantados de que al menos durante los primeros días de Semana Santa vaya a lucir el sol, porque “eso quiere decir que la gente se animará más”, comentan en la recepción donde aseguran que la ocupación llega casi al 100%. En julio, celebran su segundo cumpleaños y se sienten “muy satisfechos” de la acogida que han tenido desde su apertura. “A pesar de que la situación del sector es complicada, nosotros estamos bastante bien, no nos podemos quejar”, señala Laura.

Por su parte, en Deusto se ubica Bilbao Akelarre Hostel, el más veterano de los albergues de la villa que abrió sus puertas en 2009. Estos días sus camas las llenan los visitantes europeos, siendo los franceses y alemanes el grupo más nutrido. “En Semana Santa empieza la temporada alta para nosotros y en verano está prácticamente lleno todos los días hasta septiembre”, asegura Lara Fernández. “Fuimos los primeros en abrir en Bilbao y tras nosotros han abierto muchos más y eso se ha notado, pero aún así, funcionamos bastante bien”, sostiene.

La moda de alojarse incluso por grandes temporadas en albergues lleva ya más de una década ampliamente extendida por Europa. Sin embargo, llegó a Bilbao hace relativamente poco. El surgimiento de varios hostales en los últimos años muestra otra alternativa de turismo que convive a diario con el tradicional y que en estos tiempos llega a funcionar mejor. “Los turistas siempre se han quejado de que dormir y comer en Euskadi es caro; ahora ya se ve que no”, apunta Fernández. No obstante, comparten con las cadenas hoteleras el mismo problema del turismo estacional. “La gente no suele quedarse más de tres noches seguidas, ese sigue siendo el punto débil que debemos pulir”, concluye.

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