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“Las víctimas de ETA no están de moda”

José Antonio Pérez (a la izquierda), Antonio Rivera (centro) y Jesús Loza (a la derecha) durante el debate en el XI Seminario Fernando Buesa.

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

A la espera de la disolución de ETA, la partida ahora se juega en cómo se cuenta la verdad de lo ocurrido durante los últimos 40 años de terrorismo de la banda. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué pasó? ¿Quién fue el culpable? ¿Cuáles fueron los motivos? Son algunas de las preguntas a las que el relato de lo sucedido debe responder con rigor, claridad y situar en el contexto. Es lo que piensan los expertos que han participado en la primera jornada del XI Seminario Fernando Buesa, que se centra en las políticas de memoria con el título 'Que, cómo y para qué recordar'. El seminario, abierto al público, continúa hoy con la presencia de víctimas y un etarra arrepentido.

Antonio Rivera, catedrático de Historia Contemporánea de la UPV, hizo hincapié en la importancia de ese relato porque “vivimos en una sociedad que no es la responsable del final de ETA, donde las víctimas de ETA ya no están de moda, han desaparecido de la agenda de los políticos y de los medios de comunicación. Estos días se habla más de las idas y venidas de los victimarios excarcelados”. El peligro, según Rivera, “es que al final cada uno termine con su propia memoria, con su verdad, que no exista una que aglutine lo que de verdad ha ocurrido”. Otra de las complicaciones para desarrollar esa memoria es el hecho de que “la sociedad vasca es nacionalista y tiene una gran dificultad de gestión del final del terrorismo. Para los nacionalistas resulta complicado contraponer los argumentos democráticos frente a los indentitarios”.

Rivera abundó en que es preciso acabar con “esas situaciones perversas” que consideran la violencia como “una fatalidad que se abate contyra el pueblo vasco, sin querer saber por qué ha ocurrido. Ese victimismo es muy peligroso porque es la gasolina. que alimentará al brazo civil de ETA”. Precisamente, ese entorno de ETA “tiene muy claro donde se juega la partida: en la importancia del relato. Saben que han echado por la borda dos generaciones y ahí es donde aparece el relato como una tabla de salvación a la que acogerse para decir que ellos tienen la razón y que no van a renunciar”.

Arenas movedizas

Si la sociedad democrática no se rearma y cuenta la “auténtica historia de lo sucedido corremos el riesgo de ganar la guerra por la vía militar, pero acabar perdiendo política y socialmente la paz. Si no asentamos el relato siempre nos moveremos en arenas movedizas”, recalcó Rivera.

Jesús Loza, vicepresidente de la Fundación Fernando Buesa y ex comisionado para la Paz y la Convivencia durante la pasada legislatura, reiteró la idea de Rivera de que el futuro de la convivencia en Euskadi se juega en el terreno del relato. “Se trata de poner en valor la memoria de las víctimas y a la vez deslegitimar a los asesinos. Nos hemos ganado el pasado, el futuro no está escrito. Dependerá de lo que hagamos y cómo se construya el relato”. Frente a los que abogan por pasar la página, Loza replica: “Se puede pasar la página, pero primero hay que leerla. Esa y todas las demás. Si queda un esapacio vacío, el entorno de ETA lo ocupará. No se puede hacer ningún tipo de concesión”.

En esa línea, el miembro de Bakeaz Martín Alonso alertó de que “la batalla que ETA no ganó la quiere ganar ahora en los libros de historia”. Por su parte, Sara BUesa, vicepresidenta de la Fundación e hija del político socialista asesinado por ETA ha recordado que durante muchos años la violencia de ETA ha sido “minimizada, e incluso justificada” por una parte de la sociedad por lo que ahora, en la construcción de la memoria, ésta debe ser “plural y compartida, pero con verdad y justicia y no manipulada”.

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