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Deslucido homenaje a la bandera foral, con ausencia de la mayoría de la Cámara

Barkos agradece la donación de objetos valiosos a la Comunidad foral

N. Elia

Aunque no se trataba más que de contar votos, los 26 que suman UPN, PSN, PP e Izquierda Unida, frente a los 24 que suman Geroa Bai, Bildu y Podemos, la presidenta del Gobierno, Uxue Barkos, consideró que no había una mayoría parlamentaria en contra de entregar la Medalla de Oro de Navarra a los diseñadores de la bandera foral. 26 votos rechazaron que la máxima condecoración que concede el Ejecutivo recaiga este año a título póstumo en los historiadores Arturo Campión, Emilio Olóriz y Julio Altadill.

26 votos de rechazo que, para Barkos, no representan “una posición mayoritaria” del Parlamento, sino “una circunstancia en la que coinciden cuatro grupos, que no tienen una posición unificada”. Así que, en la ceremonia mas solemne que se celebra en el Palacio de Navarra, la presidenta Barkos no estará acompañada más que por representantes de su propio partido, de EH Bildu y de Podemos. Será una de las entregas de la Medalla de Oro menos políticamente concurrida de los últimos años. Un deslucido homenaje a un símbolo, la bandera foral, que en palabras de Barkos, “une a todos los navarros”.

La ceremonia se celebra en el amplio claustro isabelino de la sede del departamento de Cultura, especialmente reluciente y engalanado para la ocasión. El patio cubierto del claustro hace las veces de regio salón de actos, con las sillas de los invitados distribuidas por zonas según sus destinatarios: homenajeados, familiares, autoridades y público. El claustro está presidido por una tarima de doble altura cubierta de moqueta roja, sobre la que se coloca la mesa ceremonial, también cubierta de terciopelo rojo. En la pared del fondo, desde la galería superior, cuelga un enorme escudo de Navarra en fondo rojo. También desde las galerías laterales se colocan pendones y otros símbolos forales. La música corre a cargo de algún conjunto de cuerda que interpreta el himno de Navarra y otras piezas cortas en directo.

El responsable de protocolo del Gobierno ejerce de maestro de ceremonias desde un atril situado en un discreto segundo plano, en los porches. La presidenta del Gobierno pronuncia un discurso solemne y después entrega a los familiares de los homenajeados la Medalla de Oro, siguiendo de forma estricta un programa medido al milímetro, muy solemne.

“Cada vez se parece más a su antecesora en el cargo, Yolanda Barcina, desoyendo a las mayorías parlamentarias”. La crítica advertencia partió de la secretaria general del PSN, María Chivite, y fue secundada también por otro aviso a navegantes procedente de la líder del PP, Ana Beltrán: “Va a estar usted más sola que la una”. No tan sola, finalmente, puesto que la presidenta contará con la compañía y el respaldo de los representantes de su partido, Geroa Bai, y los de dos de sus socios, EH Bildu y Podemos. Formaciones, ambas, no muy dadas a participar en actos tan protocolarios y formales como el de la entrega de la Medalla de Oro.

La derecha, ausente

Por llamativo que resulte, no estarán en este homenaje a la bandera los dos partidos de derechas, UPN y PP, que primero se unieron a la manifestación “en defensa de la bandera foral” que se celebró en Pamplona cuando el cuatripartito derogó la ley de Símbolos. UPN y PP han hecho de su defensa de la bandera foral uno de sus principales argumentos políticos en contra del Gobierno de Barkos. Por eso, cuando la presidenta propuso dedicar el Día de Navarra a homenajear la bandera foral en la figura de sus diseñadores, regionalistas y populares se negaron en redondo a participar. “Ustedes no aguantan que sean otros partidos quienes rindan homenaje a la bandera de Navarra”, les recriminó la presidenta Barkos.

A la presidenta, sin embargo, no le ha sido tan fácil responder a las razones por las que se ausentarán del homenaje PSN e IU, socio de Barkos en el cuatripartito. Ambos partidos han criticado duramente que se rinda homenaje al historiador Arturo Campión, que en varios escritos mostró posturas “xenófobas”, apoyó el golpe de Estado franquista y criticó duramente al socialismo y a los movimientos sindicales. Sin negar estos hechos, Barkos ha tratado de restarles importancia, señalando que la entrega de la Medalla de Oro a Campión se debe a su faceta como diseñador de la bandera foral, no como historiador.

El caso es que, con estas ausencias mayoritarias en el salón del Trono, el pretendido homenaje a la bandera foral no va a servir a la presidenta Barkos para retratarse con la enseña roja de fondo y demostrar que es el símbolo que une a todos los navarros. Posiblemente, para cuando el próximo año el Gobierno tenga que decidir a quién entrega el máximo galardón que concede anualmente, sus socios del cuatripartito

hayan aprobado cambios en el proceso de selección de candidatos y la Medalla de Oro resulte menos polémica. De momento, este año, no va a ser el acto más concurrido de los organizados para celebrar el Día de Navarra.

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