Se atribuye al Conde de Romanones, político del siglo pasado y del anterior, la siguiente frase: “En política, nunca jamás es hasta mañana”. Dicha expresión no sólo apela a la incoherencia de los políticos sino también al hecho de que la política es básicamente coyuntura. Se sustancia en el momento oportuno y en el sitio preciso. Por ello, hasta la noche del veinte de diciembre no sabremos cual será el próximo Gobierno de España.
Incluso el PP ya maneja dos candidatos, Rajoy-Soraya, por si acaso. Las encuestas no dejan de publicarse y de multiplicarse. En muchos casos, enmarcadas en diferentes periódicos, cada uno con su apuesta política. Por mi oficio, me ha tocado realizar alguna que otra encuesta electoral. En todas ellas, he tenido en cuenta lógicamente el voto que me anunciaban directamente los encuestados. Pero también tengo en cuenta el voto los resultados de anteriores elecciones. En este caso, hace sólo seis meses que hubo unas elecciones generales, a nivel municipal. Fue el 24 de mayo cuando la ciudanía votó para elegir la composición de los actuales ayuntamientos de toda España. En esos comicios, el Partido Popular obtuvo el 27% del total del voto válido; el Partido Socialista Obrero Español cosechó el 25%. Ciudadanos obtuvo el 7%; Izquierda Unida el 5%. Podemos no concurrió como tal.
Estos cercanos resultados tienen más valor que cualquier encuesta. Cierto es que hay que despejar la incógnita de Podemos que presenta una cierta ralentización en sus expectativas más halagüeñas. Y sobre todo, con respecto a hace seis meses, ponderar el ascenso que Ciudadanos ha experimentado después del traslado de Rivera a la Corte de Madrid.
Además sin atisbar el resultado final, ya se pueden extraer algunas conclusiones que nos encontraremos la noche electoral. Por una parte, nuestro sistema político cambiará de morfología. De hecho, el plano municipal y autonómico, a modo de anticipo, ya ha cambiado. El bipartidismo, que nunca existió por el peso de las opciones nacionalistas, dará paso a un nuevo sistema político. Sistema múltiple donde el PP y el PSOE tendrán un relevante protagonismo.
En política, es lógico confundir los deseos con la realidad; pero en análisis político es un vicio. Las protestas ciudadanas bajo el “No nos representan” han tenido el éxito de su influencia. Las reivindicaciones ciudadanas sobre medidas de regeneración política y transparencia se están imponiendo día a día. El ejercicio de la política está retornando a una austeridad que nunca debió perderse. Pero el PP y el PSOE seguirán representando a una parte importante de la ciudadanía.
Por otra parte, a tenor de las municipales, la pugna entre el PP y el PSOE por ser la primera fuerza será enconada. El PP parte de una posición preferencial pero no está todo dicho. Y sobre todo, ambas necesitarán pactar con otras fuerzas si aspiran a gobernar. No habrá mayoría absoluta.
En definitiva, asistiremos, a partir del 20D a una nueva legislatura. Inédita, no comparable con otras. Un nuevo escenario donde las demandas ciudadanas de regeneración política serán llevadas a cabo con medidas concretas. En definitiva, la democracia será reforzada porque será vivifica por la voluntad ciudadana. Los diputados y diputadas que salgan nos representarán; como también lo hacían antes.
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