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El grupo parlamentario de Podemos en Navarra se escindirá si la dirección no retira el expediente contra la exlíder

La secretaria general de Podemos en Navarra, Laura Pérez Ruano

N. Elia

Aunque el tono ha sido sobrio y el mensaje más repetido ha sido el de “tender la mano” a la dirección de Podemos, lo cierto es que la mayoría del grupo parlamentario de la formación morada ha lanzado un ultimátum a la ejecutiva del partido: o se retira el expediente abierto contra la exsecretaria general de Podemos, Laura Pérez, que ha provocado su suspensión cautelar, o el grupo parlamentario de la formación morada pasará de contar con siete parlamentarios a quedarse en 3. La propia Laura Pérez y sus compañeros de bancada Carlos Couso, Rubén Velasco y Fanny Carrillo, han puesto pie en pared y han advertido a la dirección de Podemos Navarra de que hasta aquí han llegado.

La pelota queda así en el tejado de la ejecutiva de Podemos, que si continúa adelante con su iniciativa para expulsar del partido a la exsecretaria general, se encontrará con un grupo parlamentario mermado a más de la mitad y con la estabilidad del cuatripartito que apoya al Gobierno de Barkos en el aire. El mensaje de los cuatro parlamentarios ‘díscolos’, desde luego, no ha sido tan claro. Al contrario, ha estado teñido de un tono conciliador con la dirección de Podemos y de llamadas a la calma. La escisión del grupo parlamentario, ha señalado Carlos Couso en el papel de portavoz de los críticos, “no es el escenario deseado”. Por eso, ha añadido, los cuatro parlamentarios tienden la mano a la dirección de Podemos “para ir por la senda del buen camino y caminar todos juntos”.

Las palabras de Laura Pérez, en cambio, han sido más esclarecedoras sobre el ambiente de crisis que realmente se vive en Podemos: Tendrá que “actuar duro”, ha advertido, si la dirección del partido decide “no reparar el daño que ha causado”. El “daño” al que se refiere Pérez es la acusación lanzada por la ejecutiva de Podemos contra ella por haber usado su cargo de parlamentaria en beneficio personal. “Lo que no se puede hacer es acusar y no probar, hacer una condena pública de antemano, sin dar la opción de defensa, y menos decir que he vulnerado el código ético o que he hecho algo en mi interés personal”, se ha quejado Pérez. Como prueba de su rechazo a las exigencias de la dirección del partido, la exsecretaria general de Podemos ha actuado de portavoz en una comisión a la que pertenece, aunque la suspensión cautelar de militancia en Podemos suponga, según la dirección del partido, la pérdida de sus cargos como parlamentaria.

“Situación grave”

El contexto no es plato de gusto para Pérez. “La situación es grave, hay que reconocerlo”, ha admitido. Pero no por ello ha dejado de plantar cara a la ejecutiva de su partido. “Hay personas en disposición de tomar decisiones graves y en ese sentido pedimos responsabilidad a la actual dirección para que dé pasos para que esto no pase”, ha advertido refiriéndose a la escisión del grupo parlamentario.

La comisión de garantías democráticas encargada de resolver el expediente abierto a Laura Pérez se ha dado diez días para pronunciarse, previa audiencia a la propia expedientada. Si la suspensión cautelar de militancia de Pérez se eleva a definitiva, el grupo parlamentario de Podemos quedará reducido a tres integrantes. Los cuatro parlamentarios críticos con la dirección pasarán a ser considerados “no adscritos”, pero sus votos seguirán siendo necesarios para que el cuatripartito sume los 26 escaños con los que, hasta ahora, ha conseguido aprobar por mayoría sus iniciativas.

Aunque Couso ha defendido que el compromiso programático con el cuatripartito está por encima de las tensiones internas de Podemos, lo cierto es que la escisión del grupo parlamentario de la formación morada podría resultar incómoda y restar operatividad al trabajo parlamentario del cuatripartito. De hecho, los cuatro parlamentarios no adscritos no estarían sujetos a ninguna disciplina de voto, como ha reconocido Couso, hecho que llevaría al resto de los grupos que sustenta el Gobierno a tener que negociar personalmente con los no adscritos.

Queda por ver cuál es la reacción de la dirección de Podemos ante este ultimátum de los críticos, y cuál es la presión que ejerce el resto del cuatripartito para evitar la escisión del grupo parlamentario de uno de sus socios.

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