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“En el festival de flamenco de Pamplona, los gitanos seremos protagonistas de nuestro propio arte”

El coordinador de la federación de asociaciones gitanas de Navarra GazKalo / Foto: cedida.

Garikoitz Montañés

Pamplona —

Pamplona acogerá, entre el 26 y el 31 de agosto, la primera edición de Flamenco On Fire. El festival reunirá en Baluarte a figuras del flamenco, con el objetivo de atraer hasta la capital navarra a los aficionados a la música del norte de España e, incluso, el sur de Francia. Pero el programa también da cabida a otro tipo de iniciativas. De hecho, el paso de personalidades como Sara Baras, José Mercé o Estrella Morente supone también “una oportunidad” para reivindicar la cultura gitana. Así lo ve Ricardo Hernández, el coordinador de GazKalo, la federación que desde 1999 agrupa a las asociaciones gitanas de Navarra.

Este programa más cultural y menos musical, que se desarrollará entre Baluarte y el Planetario, incluye conferencias y mesas redondas como, entre otros, Paco Suárez, director de la European Romani Symphonic Orchestra de Bulgaria; el francés Norberto Torres, investigador de la guitarra flamenca; o los escritores Estela Zatania y Joaquín Albaicín. Un intenso programa que permitirá, durante una semana, conocer la cultura gitana narrada por gitanos. Un proyecto que da voz a un pueblo más allá de los escenarios. Hernández explica los objetivos del proyecto; y los del pueblo gitano en la sociedad.

¿Se había imaginado alguna vez un festival cultural en Pamplona donde el pueblo gitano tuviera tanta importancia?

La verdad es que este festival es una oportunidad. Porque, más allá del pedazo de cartel que trae, servirá para llegar a un gran número de público, para que conozcan este arte, el del flamenco, fuera de los escenarios. Con conferencias, exposiciones, mesas redondas, proyecciones audiovisuales… Y, además, lo importante es que se trata de una programación que pretende llegar a todo tipo de público, con actividades gratuitas o a precios simbólicos. El flamenco es para todos, y por eso está declarado Patrimonio de la Humanidad desde 2010.

¿Cuál es el papel de los gitanos, entonces, en el flamenco?

Sin los gitanos no existiría el flamenco, eso es verdad, pero también el flamenco ha trascendido fronteras. Queremos que llegue a toda la sociedad.

Y usted reivindica que, por fin, la cultura gitana será contada por gitanos.

Claro. La verdad es que este festival es una oportunidad de dar a conocer una de las esencias de la cultura gitana, que la sociedad conozca la cultura y al pueblo gitano. Porque prácticamente casi todos los conferenciantes son gitanos, y hablamos de gitanos muy preparados. Basta ver sus curriculum. Y me parece importante que esos testimonios se conozcan de primera mano.

En la presentación, insistió en la necesidad de vencer los estereotipos.

Es que hay mucho desconocimiento y un estereotipo, que creo que podemos derribar. Y aquí serán los gitanos quienes hablemos de nosotros mismos, porque siempre han hablado otros de ello, pero no eran gitanos. Seremos protagonistas de nuestro propio arte.

¿Usted es aficionado al flamenco?

Tengo mucha afición. Es verdad que soy un educador y trabajo en la inclusión social, pero también creo que la cultura se ha separado de lo social cuando, en realidad, tienen mucho que ver.

¿Cómo cree que en Navarra se ve al pueblo gitano?

En Navarra, en España y en Europa, hay una imagen muy estereotipada. Esos prejuicios nos persiguen desde hace siglos y quitarlos es muy complicado. Pero también podría decir que Navarra no se puede entender sin los gitanos. Estamos presentes en ella desde su configuración.

¿Cree que los gitanos aquí dicen con orgullo ‘Soy gitano’?

Por supuesto. El gitano es orgulloso, da igual su situación socioeconómica. Yo, por ejemplo, me siento orgulloso de ser navarro y de ser gitano, algo en lo que Sabicas [el guitarrista, navarro pero que triunfó sobre todo en Nueva York, a quien está dedicado el festival Flamenco On Fire] también fue bandera.

Antes ha hablado de la importancia del curriculum de los gitanos que participan en la programación. Ha hablado de su preparación. Es algo que a menudo se pone en duda por los problemas del pueblo gitano con el fracaso escolar.

Es verdad. El sistema educativo que hemos tenido no es el más adecuado, porque en 30 años ha cambiado muchas veces. Además, el sistema no reconoce las diferencias culturales en el país. Por ejemplo, ¿por qué no se conoce la historia de la cultura gitana en la Península Ibérica? Pero también es verdad que los índices de fracaso escolar son muy altos, especialmente en estudios primarios y secundarios, aunque también tenemos que conseguir que los colegios sean más flexibles al tratar la diversidad en sus aulas.

¿Y cómo debería tratarse la diversidad con el pueblo gitano?

Lo primero que debe tener en cuenta el sistema educativo es que es el pueblo gitano es diverso, heterogéneo. A menudo se nos ha tratado como si fuéramos todos iguales. Pero, al plantear este debate, no hay que abordar solo la cuestión educativa. La educación puede ser el inicio de un círculo vicioso: si no tienes formación, resulta más difícil llegar a un trabajo y, así, no puedes tener una vivienda digna. Por eso hay que trabajar de forma integral. La educación es la piedra angular, pero no se puede tratar de forma aislada, sobre todo si no viene acompañada de otras medidas para atender las necesidades básicas, la salud, la vivienda, la formación y el acceso al empleo... Pero esto que digo no afecta solo al pueblo gitano, sino a toda la sociedad.

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