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San Fermín llega puntual a su cita

Un momento del Chupinazo 2014.

Garikoitz Montañés

Pamplona —

A las 12:00 horas del 6 de julio, Pamplona ha iniciado los sanfermines 2014. Hasta ahí, todo normal. Sin embargo, el dato se ha convertido en noticia tras lo sucedido hace un año, cuando la colocación de una ikurriña gigante retrasó el cohete 18 minutos. Esta vez han vuelto a lucirse símbolos por la independencia en la plaza Consistorial, pero nada que haya impedido la fiesta. Pamplona ya vive San Fermín.

“Pamplonesas, pamploneses, iruñeko seme-alabak. ¡Viva San Fermín! Gora San Fermin!”. Este ha sido el grito de guerra que, con puntualidad, ha espetado Mikel Martínez en representación de Cruz Roja. Este abogado y voluntario de la entidad había preparado con mimo estas palabras, con las que, tras botar en el balcón de la Casa Consistorial, ha encendido la mecha de estas fiestas. Su discurso ha sido uno de los pocos símbolos que han caracterizado este Chupinazo 2014. Además, claro está, de la lluvia, que ha dejado ver paraguas en los aledaños de la plaza Consistorial.

Decir que había expectación ante el inicio de los sanfermines 2014 puede sonar vacío. ¿Qué año no se perciben los nervios cuando, al mediodía, se acerca el inicio de la fiesta en Pamplona? Sin embargo, esta vez había varios puntos de interés en la plaza Consistorial, tras lo sucedido hace un año. Cuando unos 'arrantzales barbudos' pescaron una 'ikurriña' y la izaron en frente del balcón consistorial, y cuando, en la plaza, grupos de jóvenes se aprovecharon de las circunstancias para manosear a chicas subidas a los hombros de algún amigo. No fueron, ni mucho menos, las imágenes deseadas para arrancar unos festejos que, por las tradiciones locales y los visitantes extranjeros, por los encierros a las ocho de la mañana y las liberaciones sin hora, dan la vuelta al mundo.

Para corregir esta sensación, el Ayuntamiento de Pamplona centró la presentación del programa festivo de este año precisamente en la mejora de esa imagen, en la recuperación del auténtico espíritu de San Fermín. Y, en la práctica, esa promesa también se tradujo en medidas concretas. El alcalde, el regionalista Enrique Maya, pidió que quienes desearan boicotear este momento “nos dejen tranquilos” pero, según se ha publicado en diversos medios de comunicación, este deseo también se ha pretendido lograr con una vigilancia especial, por parte de las fuerzas de seguridad, en los tejados en torno a la Casa Consistorial.

Esta misma vigilancia también se ha implementado, según confirmó el propio primer edil, con un mayor control policial, durante el Chupinazo, para prevenir las agresiones sexistas. El Ayuntamiento presentó, veinte días antes de las fiestas, una serie de medidas para lograr que la ciudadanía se implique contra estos abusos, que se habían convertido en habituales en San Fermín pero que el año pasado abrieron los informativos nacionales.

Un homenaje a Cruz Roja

En cualquier caso, no se puede negar que, a los nervios ya habituales de anudarse por primera vez el 'pañuelico', se había sumado este año cierta tensión. Por eso sorprendió durante los últimos días la tranquilidad con que afrontaba la cita Martínez, el encargado de prender la mecha. Ni siquiera este reconocimiento de la Alcaldía, para homenajear a una institución con raíces profundas en Navarra (donde cuenta con 3.000 voluntarios y 19.000 socios) y que cumple 150 años, ha estado exento de polémica. La concesión, la cuarta a una entidad que no forma parte de la Corporación en la última década, ha coincidido con el turno de Bildu para tirar el cohete. Sea como fuere, Martínez había pedido con insistencia que se dejara a un lado la política cuando se está premiando a una entidad, Cruz Roja, que precisamente nada tiene que ver con ella.

Y, finalmente, así ha sido. En parte. Porque prácticamente desde un cuarto hora antes al encendido, se han lucido grandes pancartas en la plaza a favor de la independencia o los presos, además de varias ikurriñas, pero la estampa no ha sido diferente a la de otras ediciones. La portavoz de Bildu en el Ayuntamiento, Eva Aranguren, lo ha considerado “algo lógico. Todos los años la 'ikurriña' intenta estar presente como reflejo de la pluralidad de la ciudad, y lo que no era normal se aplicara una represión sistemática en años anteriores”.

Una vez superados los nervios del acto, el alcalde Enrique Maya, en declaraciones a 'ETB', se ha mostrado exultante y ha invitado a “todos” a sumarse a los nueve días de festejos. Pamplona, durante las próximas jornadas, simplemente abandera la fiesta.

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