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El CIS añade interés a la campaña en Navarra

Dos personas participan en unas elecciones / Foto: Efe.

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UPN y Podemos, muy cerca. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, como ya ocurrió en su día con el Navarrómetro, ha vuelto a situar a ambas fuerzas a la cabeza de la representación del próximo Parlamento de Navarra. En noviembre, tras aquella encuesta encargada precisamente por la Cámara foral y que colocaba a Podemos como primera fuerza con 18 escaños (de los 50 totales), hubo coincidencia en muchas críticas sobre la falta de credibilidad (por su falta de cocina) de esta estimación; ahora, con el CIS, ha vuelto a hablarse de política ficción. Pero, en cualquier caso, ahí están los resultados, anunciados a menos de un día de una campaña tras la que, como siempre, se prevé un Parlamento muy fragmentado. Como siempre, con la necesidad de pactar. Aunque esta vez parece que, como (casi) nunca, el cambio es posible.

UPN es una de las formaciones más castigadas por el CIS. Con entre 11 y 12 escaños, eso sí, se mantendría como la fuerza más votada, pero muy lejos de los 19 actuales. Su candidato, José Javier Esparza, ha afirmado tras conocer esta encuesta que es una prueba, como ha repetido hasta ahora (en lo que desde la oposición se ha considerado como una maniobra para agitar fantasmas), de que Navarra “se juega mucho en estas elecciones”, en las que, según ha asegurado, está en juego el “modelo de convivencia”.

En él, o más bien en el Parlamento, entraría con fuerza Podemos, sin duda la gran sorpresa de las estimaciones del CIS con once escaños. Todo un desembarco. La formación, a través de un comunicado, ha destacado que esta previsión la sitúa como una “pieza fundamental en el cambio” tras el 24 de mayo, y de ahí que, en el acto simbólico del inicio de campaña, se refiriera a este arranque como “la parte más bonita” del proceso.

Esa posibilidad de cambio es la que más se ha mencionado por las siglas que podrían formar parte de él, y eso a pesar de que la irrupción de Podemos y Ciudadanos (entre 4 y 5 escaños) sería a costa de todas las fuerzas hasta ahora representadas en la Cámara, que pierden representación salvo Geroa Bai. Su candidata, Uxue Barkos, ha sido también la política mejor valorada (otra vez) por una encuesta. El actual parlamentario de la coalición Manu Ayerdi, por su parte, ha señalado que la encuesta vuelve a reflejar la intención de un cambio, aunque varíen las formaciones que podrían entrar en él.

Otras coaliciones que entrarían en esas quinielas de acuerdo, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra, también han insistido en esa línea. Desde la coalición abertzale, que según esta encuesta tendría una pérdida de representación importante al pasar de 13 a siete parlamentarios y parlamentarias, Adolfo Araiz, ha hecho sus cálculos y ve un “empate técnico” entre la posible suma entre Podemos, EH Bildu, Geroa Bai e Izquierda-Ezkerra, frente al acuerdo entre UPN, PSN (a pesar de que su candidata, María Chivite, ha insistido en alejarse tanto de UPN como de EH Bildu; según el CIS, por cierto, tendría seis escaños, frente a los nueve actuales), PPN y Ciudadanos. De ahí que haya insistido en que la campaña va a ser importante para inclinar la balanza. Y desde Izquierda-Ezkerra (dos escaños, en lugar de los tres actuales), José Miguel Nuin también ve clave movilizar “el voto de izquierda”.

¿Hacia una repetición de las elecciones?

Por el contrario, la candidata del PPN (tres escaños) a la Presidencia del Gobierno Foral, Ana Beltrán, ve una situación tan apretada que considera que esa “fragmentación tan grande” que será complicado formar un gobierno. ¿Quiere eso decir que habría que repetir los comicios? En la Cámara, antes de su disolución, diversas fuerzas tenían en mente esa posibilidad de la llamada segunda vuelta, que en principio beneficiaría a las fuerzas tradicionales en lugar de a los llamados, por esas mismas fuerzas, experimentos novedosos. La incógnita puede resolverse con ese 42,6% de personas que, según la encuesta del CIS, no tienen decidido su voto. De ahí que la campaña que ahora arranca (hasta ahora, aunque no lo parezca, no se podía pedir el voto) se presente decisiva.

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