Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“Sin la fotografía no podríamos concebir el mundo”

El coleccionista de fotografías Julio Álvarez Sotos / Foto: Miguel Ángel Gaueca.

Garikoitz Montañés

Pamplona —

Julio Álvarez Sotos (Huesca, 1950) se siente expuesto en la Sala de Armas de la Ciudadela de Pamplona. Aunque no puedan verle, él está ahí. En las 160 imágenes de su colección particular, que están realizadas por varios de los mejores fotógrafos de la historia. Este coleccionista y responsable de la galería de fotografía de vanguardia Spectrum, en Zaragoza, muestra desde el 25 de julio y hasta el próximo 24 de agosto su exposición más amplia, donde se repasan décadas de la fotografía y se comparan las técnicas de diferentes artistas. George Krause, Chema Madoz, Richard Avedon, Dorothea Lange, Edward Weston, Jan Saudek, Walker Evans, Alberto Schommer... son solo algunas de las firmas de este recorrido, que, según revelan fuentes municipales, ha reunido a un gran número de público desde su estreno en la capital navarra. Álvarez Sotos explica las claves de su obsesión por la cámara y sus resultados, y por qué cree que la fotografía se ha convertido en parte del día a día de la sociedad contemporánea.

Desde el Ayuntamiento de Pamplona cuentan que la exposición de su colección está atrayendo a gran número de público. ¿Cómo lo valora?

Pues imagínate. Cuando montas una exposición, el objetivo es que la gente la vea. Así que si te dicen que funciona y que está gustando, eso es el éxito. En este caso, hablamos de la exposición que está diseñada pensando en la arquitectura de la Ciudadela y que es la más grande que jamás he preparado [lo habitual es que sean 100 piezas, pero en Zaragoza llegó a exponer 120 obras y, ahora, en Pamplona, se ha extendido a 160]. Por eso, aunque incluye varias de las piezas más emblemáticas, también hay otras que no había mostrado nunca.

¿Cualquier visitante, aunque no sepa de fotografía, puede entender esta muestra?

La propia disposición del espacio en la Sala de Armas de la Ciudadela me permite que exposición sea lo más didáctica posible, incluso para un público no introducido en el lenguaje fotográfico. Hay fotografías de finales del siglo XIX, de principios del XX y otras de hace poco, así que permiten ver cómo ha evolucionado un mismo tema a lo largo de los años, pero también los estilos, los soportes. Además hay retratos, paisajes, reportajes… Se trata de una pequeña parte de la historia de la fotografía.

¿Cuál es la clave para valorar si una fotografía es buena?

La fotografía, como el dibujo u otras disciplinas plásticas, comparte los mismos conceptos de belleza. Sí es verdad que se trata de algo muy próximo, con lo que estamos muy familiarizados. Porque hacemos fotografías casi todos los días, aunque a menudo no seamos conscientes de que estamos utilizando un lenguaje distinto. Y quizás por eso, por tener la fotografía tan cerca, no le damos el valor que realmente tiene. Nació hace 175 años y, sin ella, no podríamos concebir el mundo.

Quizá por eso, porque es tan cercana, todos tendemos a juzgar si una fotografía es buena o no.

Sí. Eso está claro. Nos pasa con todo. Porque escribas no quiere decir que sepas escribir. Y no sabrás hacerlo si no has leído a Virgilio o Borges. Una cosa es saber utilizar una técnica y otra, darle un valor.

¿Y en fotografía, por dónde hay que empezar?

Pues como en la literatura, por los clásicos. Como Cartier-Bresson, Edward Weston…

Una duda que se plantea a menudo en las redes sociales: ¿usted está a favor o en contra de los filtros?

Los 'smartphones' son juguetes para que la gente se divierta. No podemos confundir las cosas. Ese tipo de fotografías son de consumo, con una vida corta. De hecho, cuando ya las han visto se quitan y se ponen otras. Son fotografías de usar y tirar, no hay que darles más valor.

Pero es curioso todo lo que se dice hoy en día solo con una fotografía a través de las nuevas tecnologías.

Es cierto que, hoy en día, muchas personas utilizan una foto en lugar de describir una situación. Emplean el lenguaje fotográfico para contar cosas, aunque sean banalidades. Pero es curioso cómo, con una imagen, se puede describir con rapidez y sin confusión, un estado.

Volvamos a su colección. ¿Cuánto cuesta coleccionar este tipo de obras?

Se necesita una disponibilidad económica, porque los precios han subido muchísimo. Cuando comencé con la galería [Spectrum Sotos, en 1977], una fotografía de un autor reconocido costaba entre una cuarta o una quinta parte de un salario medio. Hoy en día, puede ser un salario o dos. Quizá sea la disciplina artística en la que más han subido los precios.

¿Usted se ve en su colección?

Todos los coleccionistas cuando exponemos, exponemos nuestra mirada. Porque, al final, esas piezas no dejan de ser un reflejo de su personalidad.

¿Vendería sus piezas?

Intento vender las fotografías de mi galería de arte, no de mi colección. Pero si quiero venderla, intentaré que sea entera, a una institución. Al final, el placer de coleccionar no es acumular, sino exponer. Cuando ves una imagen, te enamoras de ella y haces lo imposible por tenerla, pero la finalidad no es simplemente acumularla.

Y si tuviera que quedarse con una, ¿con cuál sería?

Es imposible quedarse con una… Hay obras de Ralph Gibson, García-Alix, Diane Arbus, Dorothea Lange… Pero si tuviera que elegir, si solo pudiera quedarme con una, la única que no pondría a la venta sería el retrato de Groucho Marx de Richard Avedon.

Etiquetas
stats