La luz y sus facturas incomprensibles, uno de los sectores que más quejas provoca entre consumidores

El precio es el aspecto que más valoran los navarros a la hora de elegir una compañía eléctrica, un aspecto que es tenido en cuenta por la mitad de las personas (50%), según indica una encuesta encargada a Cíes por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. La asociación ha destacado que el sector de la luz y el gas es el tercero que más quejas y reclamaciones provoca, muchas de ellas motivadas porque “los consumidores no comprenden sus facturas de luz y, sobre todo, los contratos que han suscrito con las compañías”.

El buen precio es el aspecto más apreciado prácticamente por los consumidores de todas las edades y con mayor incidencia (60%) en los jóvenes menores de treinta años. Sólo los mayores de 65 valoran aún más el buen servicio de la compañía. Irache ha destacado en un comunicado que un hogar se puede ahorrar más de 200 euros al optar por una compañía u otra, según el comparador de tarifas de la Comisión Nacional de los Mercados. Así, en una tarifa de 3,3 kW de potencia, la diferencia puede ser de 211 euros, pasando desde 839 euros a 628; si la oferta aúna la luz y el gas, la diferencia puede llegar hasta 267 euros, desde 1.300 a 1.033.

La encuesta de Irache revela que sólo el 27% de los navarros sabe qué tipo de tarifa eléctrica tiene contratada, regulada o de mercado libre. De ellos, un 17% tiene una tarifa del mercado libre y un 10% tiene la tarifa de precio voluntario al pequeño consumidor.

Irache alerta, también de los descuentos que ofrecen estas compañías porque, frecuentemente, “sólo se aplican a un concepto y representan una parte pequeña del recibo de la luz” y “suelen tener una duración limitada”. Además, advierte, “suelen ir acompañados de otros elementos que encarecen la factura, como los servicios añadidos, por los que el consumidor puede llegar a pagar más de cien euros al año”.

Por todo ello, la asociación de consumidores recomienda no firmar ningún documento ni aceptar propuesta alguna por teléfono hasta estudiar las condiciones de la compañía, no facilitar los datos personales y bancarios, conservar las condiciones por escrito y, una vez contratado el servicio, permanecer atento a las facturas para comprobar que se corresponden con las condiciones acordadas.