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“Los recortes en dependencia son un drama atroz, este Gobierno quiere cargárselo”

Ramón Marín sostiene la pancarta junto a otros miembros de la asociación en una de las manifestaciones.

Celia Bustamante

‘Mayores frente a la crisis’ es una organización que aúna a varias asociaciones de jubilados que reivindican un cambio social y en las políticas del Gobierno. Dicen que “no son floreros” y que los jubilados tienen más inquietudes que el ocio y jugar a las cartas. Una nueva forma de entender la jubilación, protagonizada por muchos de los afectados por prejubilaciones en fábricas que han dejado la actividad laboral, obligado, y luchando. Un grupo de mayores que se ha organizado en Pamplona para tratar de mejorar su situación, centrándose en la ley de dependencia, la sanidad universal y reivindicando unas pensiones dignas. Uno de los miembros de Mayores frente a la crisis, y uno de los fundadores, es Ramón Marín.

¿Cómo surge la organización?

Hacia el 2012 empezamos a jubilarnos un montón de gente que éramos de los que nos había tocado la pelea y la lucha en la fábrica. Se fueron creando un montón de organizaciones de mayores que veíamos la necesidad de romper con lo que habían sido las organizaciones clásicas de mayores para el ocio y jugar a las cartas. Teníamos que hacer cosas reivindicativas que se empezase a ver que teníamos que pasar a la acción y reivindicar cosas que nos afectan de primer grado.

¿Cómo empezaron las movilizaciones?

En las organizaciones se hacían cosas individualmente. Entre los que entramos nuevos, las que ya existían vimos si podíamos hacer algo. Nos juntamos y vimos que teníamos que empezar. La primera manifestación el 19 de septiembre del 2012, pensamos que teníamos que salir a la calle e hicimos una primera manifestación unas 450 personas y eso nos animó en defensa de nuestra dignidad.

¿Cómo nace este espíritu reivindicativo?

Nos ha tocado reivindicar todo, el fin del franquismo, las fábricas, ¿y ahora qué, nos echamos a la bartola?, pues no. Hay muchas reivindicaciones que hacer. Otras asociaciones con jubilaciones anticipadas etc. reivindicaban que se mejorasen las pensiones y así empezamos.

Mayores reivindicativos…

Lo que había no nos gustaba y el llegar a mayores no significa que nos tengamos que dedicarnos al ocio sino que podemos ser activos. Hemos hecho acciones con hasta 600 personas que es un número importante, para ser Pamplona. Vimos que juntándonos se nos iba a oír muchas más.

¿Cuál es vuestra lucha?

Las que atañen a mayores. La última acción que hicimos fue contra los recortes en la dependencia. Vemos que esto es un drama atroz, cómo muchas personas dependientes han tenido que salir de residencias porque no las pueden pagar… este gobierno quiere cargárselo a tope. Es elemental porque en el tema de la dependencia, el 80% son mayores, y ahí vamos a llegar todos. Queremos que sea una ley justa y digna y que respete a todos.

¿En qué estáis ahora?

Ahora estamos en una recogida de firmas para presentar una ILP y que por lo menos, la dependencia, se ponga a la altura de lo que era la ley de 2006 que se la han ‘cepillao’ de mala manera.

En muchos casos toda la familia vive con la pensión del jubilado…

Las pensiones están de modo calamitoso. Son pensiones muy bajas y muchas familias viven a costa del jubilado. Con la subida de la electricidad, hay mucha gente que no puede poner la calefacción. Se nos tiene como un florero y queremos que nos informen y que cuenten con nosotros, que nos dejen dar nuestra opinión. Pedimos representación y participación.

¿Hay muchos mayores con problemas económicos en la Comunidad Foral?

Es una cosa que están viviendo miles de personas. Es una de las reivindicaciones. Encima de que están viviendo de la pensión se recorta, y se nos ningunea por todos los lados. A nadie se le tiene que tenga luz. Si no tiene para pagar hay que ayudar a las personas para que puedan vivir. Es un drama y ese tema tiene que ser resuelto, con ayudas oficiales o lo que sea, pero una pensión de 500 – 600 euros, a poco que le quites, de dónde paga la luz y se abastece de medicamentos que también tienen que pagar… Es un drama y hay que resolverlo. No puede ser que esas personas se queden sin derechos básicos como la energía. Hablan mucho de que bajan los precios, pero los recibos suben y suben y se desequilibra todo.

¿Cómo ven la sanidad?

La sanidad es una de nuestras reivindicaciones. En geriatría, tendrían que empezar a poner medios para que se atienda a los mayores como es debido. Es, de nuevo, una cuestión de dignidad.

Pedís más representación y participación.

Hemos hablado de que podía ser ben momento para plantear a los partidos que hubiese algún cambio en la ley, que tengamos la posibilidad de participar en lo que vayan a hacer con los mayores que nos lo consulten. Queremos que se creen unos cauces de participación que ahora no existen ya que ven a los mayores como floreros que están ahí para pasar el rato.

¿Cómo vais a hacerlo?

Como coordinadora de mayores vamos a ver si elaboramos un borrador de ley y se lo presentamos a todos los partidos que salgan y en vez de todas la ‘mandangas’ que se hacen para dar unas subvenciones, nos tengan en cuenta y podamos participar de verdad. Que los mayores se pongan en marcha y sientan que pueden hacer muchas cosas.

¿Os han hecho caso en alguna de las reivindicaciones?

No nos han tenido en cuenta, primero porque las dos primeras asambleas las hicimos en plaza de la cruz. Fuimos a hacer la tercera y ¿qué paso?, que se nos negó. Educación había dado orden de que no. Íbamos allí, decían que hacíamos la asamblea y de ahí salía una manifestación y que eso bajaba el prestigio al colegio. Hemos intentado hacer alguna más, hemos intentado hablar con educación y no quisieron. Se nos dijo que pidiéramos otra vez y se nos contestaría. Siempre que lo hemos pedido nos lo han negado.

Os dificultan, incluso, que podáis hacer vuestras asambleas.

El gobierno nos está negando lo que es elemental, un centro para poder reunirnos. Entonces fuimos a Salesianos, pagando un dineral, la última al Carlos III y pasó de costarnos 270 euros en plaza de la cruz, a pagar más de 1.000. No quieren que haya asociaciones como las nuestras que sean reivindicativas y planteen problemas al gobierno de turno.

Desde la experiencia, ¿cómo ven el futuro de los jóvenes?

Nosotros vemos el futuro está muy negro, sobre todo para los jóvenes. Para nosotros también, en la medida en que se está recortando todo y las pensiones se recortan cuando ya son muy bajas. Lo que vemos es que el futuro se los jóvenes es todavía mucho peor. Muchas personas lo está pasando mal con las jubilaciones pero las nuevas generaciones lo van a tener mucho peor todavía. Pero uniéndonos todos podemos cambiarlo. Es el trabajo pendiente que queda. Tampoco es un mal irreversible que tengamos gobierno que solo favorezcan a los que ya tienen todo, necesitamos que salgan gobiernos concienciados con la situación y que volvamos a la senda de favorecer a los más desfavorecidos.

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