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¿Por qué el Parlamento paga 20.000 euros a dos electas que no han trabajado ni un día?

Sesión del Parlamento vasco, en Vitoria.

Natalia González de Uriarte

Cuesta creer que por no acudir ni un día al puesto de trabajo le correspondan a alguien más de 10.000 euros. En el Parlamento vasco es posible. El capítulo III, que habla del estatuto de la parlamentaria y el parlamentario, recoge en su artículo nueve el derecho a la percepción de las asignaciones económicas desde la proclamación como electa o electo. Es precisamente este punto al que se agarraron dos exparlamentarias de Aralar que no pisaron la Cámara legislativa para reclamar 10.285,18 euros cada una, unas cifras que adelantó elmundo.es.

Si no llegaron a ejercer, porque se incorporaron en un mes inhábil, agosto de 2012, en el que además el lehendakari Patxi López disolvió el Parlamento, ¿qué se les debía? ¿en concepto de qué reclamaron esas cantidades? Como compensación entre legislaturas. El Parlamento vasco abona, a aquellos parlamentarios que lo solicitan, la prestación entre legislaturas- entre la disolución de la Cámara y la constitución de la siguiente- ya que sus señorías no tiene derecho a paro. Así que Khadijetou Boichiri y Maribel Castelló, de Aralar, sin llegar a tomar posesión formal de su escaño, ya que en ese período estival no se celebran plenos, sin llegar a participar en una comisión, y con menos de un mes como cargos electo, pidieron ese dinero y se llevaron más de 20.000 euros entre las dos.

Aterrizaje y salida 'forzosas'

El 'aterrizaje' de estas dos parlamentarias en la Cámara vasca, que llegaron junto a Ernesto Merino, también de Aralar, fue forzoso al igual que su salida. Fue la división interna de su partido la que desencadenó su fugaz aparición. En 2012, la formación empezó a dar pasos para integrase en EH Bildu con Sortu, EA y Alternatiba. Pero esta 'fusión' no era bien vista  por un sector del partido, el liderado por Aintzane Ezenarro. Precisamente ella impulsó y participó, con dos de sus tres compañeros, en una ponencia de paz junto a PP, PSE-EE, PNV e IU, pero lo hizo sin las bendiciones de la dirección de su partido, contraria a la ponencia. Ahí se aprobó el denominado 'suelo ético' para la Paz y la Convivencia política en Euskadi.

La sucesión de desencuentros y desacuerdos acabó por precipitar a finales de julio de 2012 la dimisión Ezenarro y sus dos compañeros críticos. Es entonces cuando entran en juego Khadijetou Boichiri, Maribel Castelló y Ernesto Merino. Entraron a sustituir a las bajas. Las dos primeras, según indican desde EH Bildu, estaban ya desvinculadas del partido. “Eran las siguientes en la lista electoral, por eso entraron. No tuvimos elección. Por aquel entonces ellas ya estaban completamente desligadas del partido”, añaden. Lo que no imaginaban es que tres semanas después el lehendakari Patxi López, tras darse por roto su pacto con el PP, iba a adelantar las elecciones autonómicas y disolver el Parlamento el 28 de agosto. Los recién llegados parlamentarios de Aralar, que esperaban tomar posesión de su cargo de forma oficial en el primer pleno tras la vacaciones, nunca llegaron a 'calentar' el escaño. Pero esto no frenó a Khadijetou Boichiri y Maribel Castelló a pedir la compensación entre legislatura y legislatura. Merino, por contra, renunció a ese dinero.

Otras cámaras legislativas toman 'precauciones'

Dadas las circunstancias tan particulares en que se otorga la prestación a estas parlamentarias, eldiarionorte.es ha consultado al Parlamento vasco si no cabía discusión sobre la pertinencia de ese pago. A juzgar por las explicaciones ofrecidas desde el Departamento de Comunicación, en este caso los miembros de la Mesa estaban atrapados en su propio reglamento. “Las parlamentarias tenían derecho a la prestación. La Mesa de Parlamento que se encuentra con esta petición no puede oponerse porque han de cumplir escrupulosamente el reglamento que recoge en su artículo nuevo ese supuesto”, explican.

El reglamento del Parlamento vasco es especialmente cuidadoso en mimar a sus parlamentarios. Otras cámaras legislativas son más recelosas, a juzgar por la redacción de este mismo capítulo dedicado al Estatuto de la parlamentaria y el parlamentario, por ejemplo, en el reglamento de la Asamblea de Madrid. En este texto se toman precauciones. “Los derechos, prerrogativas y deberes del Diputado serán efectivos desde el momento mismo de su proclamación como Diputado electo. Sin embargo, celebradas tres sesiones plenarias sin que el Diputado electo adquiera la plena condición de Diputado, sus derechos, prerrogativas y deberes quedarán suspendidos hasta que dicha adquisición se produzca”. Esa acotación, que abre una vía de escape, se reproduce de forma literal en el reglamento de la Cámara de Andalucía,en el del Parlamento de Galicia, o en el de las Cortes Valencianas, que para la mera proclamación de cargos electos, exige, también más requisitos. 

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