El Departamento de Seguridad está jugando a la “ruleta rusa” con la seguridad de la ciudadanía, no es una frase hecha. La anulación del sistema de retén de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza ha generado situaciones de riesgo innecesario y se ha rozado la tragedia por no contar con el número de Agentes necesarios para llevar a cabo los rescates. Solo la pericia y profesionalidad de los Agentes que conforman la Unidad, ha hecho posible que no hablemos de rescates con víctimas mortales, pero, ¿hasta cuando ésta situación?
El trabajo que desarrolla la Unidad de Vigilancia y Rescate, actúa en los tres medios, terrestre, marítimo y aéreo, para su normal desarrollo, un equipo debe de estar conformado con al menos 5 agentes.
Al suprimirse el turno de noche, en contra de la opinión de la dirección de la Unidad, de los trabajadores y del Servicio Vasco de Emergencias (solo 2 agentes, por lo tanto, inoperativo), vemos que desde las 22,30 horas hasta las 06,00 horas a lo máximo que aspiramos es a contar con la puesta en conocimiento de la necesidad de un rescate.
Durante el año 2015, más del 40 % de los rescates se realizaron después del ocaso (noche), lo que ha generado más horas extras y mayor coste que el mantenimiento del grupo operativo en servicio nocturno. Este incremento de horas de trabajo ha motivado que la seguridad de los rescatadores y de los rescatados se viera sensiblemente reducida, tenemos que tener en cuenta que es un servicio de máximo estrés (que, aunque necesario) es agotador por cuanto tenemos en nuestras manos la vida de personas.
Durante el año 2016 nos movemos en parámetros parecidos y no solo eso, sino que se han suprimido labores que antes se realizaban de forma habitual, por poner un ejemplo, hasta éste año, se participaba de forma activa en el simulacro que anualmente realizan el grupo Espeolo Socorro Vasco Navarro, el Departamento contabilizaba como tiempo de trabajo el participar en el mismo. Este año solo en su tiempo libre.
Este tipo de acciones, (simulacros), son la base de una buena actuación de rescate, deben de tenerse en cuenta que solo en este tipo de acciones, se encuentran, unidades médicas especializadas, espeleólogos de socorro, bomberos y Ertzainas. La coordinación de todas ellas, hace posible un resultado eficaz en el rescate.
Con ello demuestran el Departamento de Seguridad la nula importancia que se le da al servicio.
No es solo dinero lo que debe mover a una Administración que quiere dar un servicio de calidad, sino racionalidad en el mismo. El desmantelamiento del grupo que estuvo operativo y que ante la imposibilidad de dar ese servicio de calidad provocó que muchos decidieron abandonarla antes que jugar con la vida de las personas, creemos que, aunque sea tarde se debe de volver a los orígenes.
Actualmente se juega con los sentimientos de quienes conforman la Unidad y es el espíritu de servicio público, el que hace que para estar en condiciones óptimas realicen entrenamientos por su cuenta, pero esto genera problemas y voy a exponer uno muy reciente, acaecido hace una semana.
El sábado día 8 de octubre se produjeron dos rescates en muy pocas horas. Como hemos denunciado, solo se cuenta con servicio en turno de mañana y tarde y queda un grupo inoperativo de dos personas en el turno de noche. El primero de los avisos se produce a la hora del relevo y participan en el mismo tanto el equipo de turno de mañana como el de turno de tarde, ya que se trataba de una cordada en el acantilado del monte Ogoño en la localidad de Ibarrangelua, con un herido por golpe en la cabeza.
El segundo se produce sobre las 18 horas, un espeleólogo estando en una sima de difícil acceso en la localidad de Zestoa, sufre un accidente que lo deja inmovilizado en su interior, con obstrucción y que va a requerir de todos los recursos multidisciplinares.
Al no contar con turno de noche, el jefe del operativo que estaba en Ogoño, informa a sus superiores, quienes le ordenan que se encargue de localizar a todos los componentes que están libre de servicio para que acudan a Iurreta y desde ahí que organicen grupos para acudir a Zestoa.
Hay que indicar que los agentes de la Unidad de Vigilancia y rescate, no cuentan ni con vehículos oficiales, ni con teléfonos del Departamento, por lo que cada uno acude de manera voluntaria, y movidos por el Servicio Público y la solidaridad por salvar vidas. Algunos de ellos, ese día, había estado estrenando por su cuenta y cuando recibe la llamada, acababa de llegar del mismo, pero saber que su ayuda puede salvar a una persona pesa más que el cansancio propio y sin dudarlo acuden a la llamada.
Así mismo, después de finalizar el rescate de Ogoño, dos componentes del turno de mañana, son requeridos para el rescate de Zestoa (habían iniciado su servicio a las 6 de la mañana), ya que solo ellos cuentan con cartilla de artificieros y es muy probable que se necesiten realizar micro-voladuras, estuvieron toda la noche en el rescate, por lo que el servicio del día siguiente domingo día 9 turno de mañana, fue cubierto por 2 agentes, cuando como he indicado anteriormente el servicio mínimo es de 5 agentes. Esa mañana se realizó un nuevo rescate y se realizó con el servicio en precario.
Ahora nos preguntamos, si más del 40% de las actuaciones de rescate se realizan de noche, si la necesidad del mantenimiento de un grupo operativo nocturno se ha comprobado que es necesario a que se está esperando ¿Qué ocurra una tragedia? ¿Como es posible que una Unidad de Rescate Marítimo tenga su base a 30 km de la costa? ¿Cuál es el precio que ha estimado el Gobierno Vasco de la vida de una persona? ¿Hasta cuando piensan mantener esta situación?
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