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Sobre este blog

Formamos una red internacional de personas comprometidas y de organizaciones expertas en idear y aplicar soluciones eficaces contra las desigualdades provocadas por la injusticia, con presencia en más de 90 países.

 

Desde 1956, apoyamos a las personas desfavorecidas, dándoles las herramientas necesarias para que sean ellas mismas las generadoras de cambios, no sólo a nivel individual sino en todo su entorno, protegiendo así sus derechos y los de las generaciones futuras.

 

Una red de cambio contra la injusticia y la pobreza, a la que si te sumas multiplicarás las posibilidades de cambio a nivel global.

CAMBIAMOS VIDAS QUE CAMBIAN VIDAS.

No calles ante el impacto de las grandes marcas

Imagen de la campaña Tras la marca de Oxfam Intermón

Ekaitz Cancela, @ecanrog

Departamento de Comunicación Oxfam Intermón —

Las grandes empresas están cada día más condicionadas por la opinión pública. “Elaborar buenos productos ya no es suficiente, ahora las compañías también tienen que ser responsables”. Estas palabras que la directora ejecutiva de PepsiCo, Indra Nooyi, señaló en 2011 permiten entender el porqué de que las empresas quieran mostrarse socialmente responsables, inviertan grandes sumas de dinero en campañas de comunicación para encubrir la repercusión de sus actividades y elaboren informes anuales, que hablan de su buen hacer para ocultar determinada realidad en relación a temas tan candentes como puede ser el medioambiente o los derechos de las mujeres.

El falaz argumento esgrimido siempre por la mayoría de compañías es que los consumidores buscan productos baratos y la oferta y la demanda del mercado no permite adoptar las estrictas medidas de regulación. Motivo por el que la mayoría de decisiones en este terreno son mera palabrería no respaldada por hechos y los perjudicados por sus prácticas continúan siéndolo.

Los consumidores tienen mucho que decirle a las marcas que gozan de su fidelidad. La solución no pasa por callar ante las irregularidades de las marcas, tampoco por hacer un boicot a ultranza a los productos que siempre han consumido.

Pero como mencionaba este post, sí hay maneras de influir en las decisiones de las marcas a las que aún les queda mucho que mejorar. Firmar la petición y difundirla en las redes sociales es necesario, pero es sólo la punta del iceberg.

El consumidor debe tener conocimiento del problema, estar concienciado sobre las políticas relativas a las cadenas de suministro y transparencia de las grandes empresas y demostrarlo en este caso uniéndose a la presión que grandes fondos de inversión comenzaron hace más de un año contra los gigantes de la industria de la alimentación.

Por ejemplo Nestlé, Mars y Mondeléz, que no contaban con políticas de género que garantizaran que las mujeres que trabajan en su cadena de suministro reciban un salario y un trato digno, han adquirido un compromiso para apoyar a las mujeres que trabajan en sus cadenas de suministro. Y estamos de ojo para que los cumplan.

Unilever, otro de los gigantes de la industria de la alimentación, se ha comprometido a realizar evaluaciones de impacto sobre el abastecimiento de materias primas en el que las mujeres desempeñen un papel clave.

La responsabilidad social de las 10 Grandes no es sólo una presencia social positiva que desemboque en una política global de hechos en la comunidad, sino que debería ir más allá, hasta el punto de utilizar su influencia para exigir que industrias y Gobiernos adopten medidas urgentes para luchar contra el cambio climático.

Ese es el objetivo de Tras la marca y lo que pretendemos con los últimos informes, como de brazos cruzados. Que los consumidores dispongan de todos los datos y conozcan con precisión el impacto social y medioambiental de las diez mayores empresas de alimentación y bebidas del mundo para que se unan a nuestro propósito de crear un sistema alimentario justo.

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Desde 1956, apoyamos a las personas desfavorecidas, dándoles las herramientas necesarias para que sean ellas mismas las generadoras de cambios, no sólo a nivel individual sino en todo su entorno, protegiendo así sus derechos y los de las generaciones futuras.

 

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