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La exposición de las transformaciones urbanas

La unidad móvil O.B.N.I., uno de las infraestructuras de la exposión, durante un traslado por Barcelona. / Rehogar

María Muñoz

Una torre de asalto para apresar los solares vacíos de las ciudades. Un carro hecho a partir de los restos encontrados por la calle para ocupar las plazas del barrio y devolver el espacio público a los vecinos. Unos huertos móviles para poder llevar la agricultura urbana hasta los habitantes que no pueden desplazarse a ella o unas rampas plegables para las personas con movilidad reducida que sirven para desplazarse por el entorno y denunciar con ellas los espacios aún inaccesibles. Son algunos de los artefactos que se pueden encontrar hasta el 31 de octubre en la séptima edición de Rehogar, la muestra colectiva de diseño hecho a partir de la reutilización de objetos y materiales.

Organizada por primera vez en Barcelona - hasta ahora siempre se había realizado en Valencia- la muestra tiene este año una temática en torno a las Habilidades y compromisos “de las personas, colectivos o profesionales que activan procesos de transformación de su entorno, y posibilitan su reproducibilidad y adaptabilidad a otros contextos”, según explica uno de los organizadores, Alberto Flores, miembro de Makea tu Vida, entidad que fomenta el diseño abierto a partir de la reutilización de materiales. O dicho de otra manera, la idea es mostrar por qué las personas que están detrás de esos procesos de cambio y regeneración hacen lo que hacen.

Artefactos de denuncia

Flores pone como ejemplo uno de los objetos que se pueden ver en Rehogar, que es un rampa portátil para poder llevar en la silla de ruedas elaborada por el colectivo En torno a una silla. “Ellos mismos se juntan, ven qué necesitan y se fabrican sus propios objetos como es el caso de la rampa que también sirve como denuncia porque si tengo que sacarla quiere decir que el edificio al que quiero entrar no es accesible”, subraya el organizador.

El colectivo #FemPlaça, formado por vecinos del barrio barcelonés de Ciutat Vella participa con el carro con el que ocupan las plazas de la zona para reivindicar el uso público de los espacios. Nacido hace más de uno año, los vecinos construyeron una suerte de organizador de actividades ambulante a partir de los materiales que encontraron en la calle. “En su carro llevan todo lo que necesitan para organizar la actividades de ese día en un espacio concreto y con ello han generado nuevas dinámicas de socialización”, subraya Flores.

Situada en pleno barrio del Raval, Rehogar ocupa el espacio del solar gestionado por la asociación Biarquitectura Mediterránea, que durante dos años ha autoconstruido el lugar a través de talleres participativos con materiales de bioconstrucción y recuperando técnicas en desuso. Experiencias de agricultura urbana tienen también su lugar en la muestra y se pueden encontrar artefactos, como un huerto urbano móvil construido por el colectivo polaco Mech Build durante un taller realizado en el Espacio Germanetes, un solar de más de 5.000 metros cuadrados que vecinos del Eixample barcelonés recuperaron para la ciudadanía. El huerto sirve por ejemplo para acercar a todos esos habitantes que no pueden moverse hasta el espacio la experiencia de la agricultura urbana y reivindicar más espacios verdes.

En Germanetes también nació otra de las herramientas que entra y sale de la exposición en función de las necesidades vecinales. Se trata de la unidad móvil O.B.N.I. (Ocupación Barrial No Invasiva), una estructura que a modo de “torre de asalto construimos entre varios colectivos para reivindicar el uso del espacio público”, señala Flores. Con ella los vecinos ocuparon el solar de Germanetes -cedido luego por el Ayuntamiento- y ahora, el mismo artefacto ha sido trasladado hasta la arteria Pere VI de Poble Nou para “reivindicar la cesión de las naves municipales que están allí ahora abandonadas”, como señala Flores.

En total, Rehogar presenta 36 propuestas, donde, además de descubrir y mezclarse con iniciativas colectivas, es posible conocer “los procesos, las prácticas y las herramientas que facilitan la transformación social de la vida cotidiana”. En los días que quedan de exposición , la muestra organiza jornadas y talleres en lo que denominan Remezcla. “Más allá de lo que se puede ver lo que queremos es mezclar a toda la gente que está detrás y ver qué sale de ello” explica Flores, quien añade que la idea es seguir el espíritu de Rehogar, que no es otro que “plantear alternativas a la producción industrial descontrolada”.

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