ACNUR expresa su inquietud por el llamamiento en Bulgaria a favor de las expulsiones

La agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) expresó hoy su preocupación por los llamamientos en Bulgaria a favor de la expulsión de solicitantes de asilo, después de las tensiones vividas en centros de recepción saturadas y que se encuentran en malas condiciones.

“ACNUR está preocupada por que la protesta en el centro de recepción más grande para solicitantes de asilo haya generado llamamientos a favor de la expulsión” de refugiados, alegando “motivos de seguridad nacional”, indicó en un comunicado.

El Gobierno búlgaro anunció el pasado día 25 que comenzará a trasladar a las cercanías de la frontera con Turquía a unos mil refugiados, principalmente afganos, a los que considera problemáticos, después de los disturbios acaecidos en un centro de acogida de Harmanli, a unos 250 kilómetros al sureste de Sofía.

El lunes, por su parte, dijo que ha comenzado los trámites para la repatriación voluntaria de 50 afganos que entraron en suelo búlgaro de forma ilegal, así como la expulsión forzosa de otros 200.

“ACNUR urge al Gobierno búlgaro a descongestionar el centro de recepción de Harmanli, mejorar las condiciones de vida en él y reforzar la gestión” de la instalación, señaló la agencia de la ONU.

“Sobre todo, ACNUR insta al Gobierno a entablar un diálogo constructivo con los solicitantes de asilo que se encuentran en el centro”, agregó.

Al mismo tiempo reiteró su disposición “a seguir apoyando los esfuerzos de las autoridades búlgaras para mejorar las condiciones y para trabajar con las comunidades de refugiados locales para eliminar cualquier tensión”.

De acuerdo con ACNUR, las tensiones en el centro de Harmanli escalaron después de que las autoridades búlgaras introdujeran un acceso limitado ara entrar y salir del ya de por sí superpoblado centro, alegando preocupaciones en materia de salud.

En el centro viven 3.100 solicitantes de asilo, un tercio de las cuales son niños, cuando su capacidad oficial es de 2.710 plazas.

ACNUR afirma que existen problemas como la falta de medicinas y la ausencia de agua caliente de manera intermitente, además de no existir instalaciones de recreo para los menores de edad.

Los solicitantes de asilo protestaron por esta decisión y las “condiciones pobres” en el centro, y varios cientos de internos tiraron piedras e incendiaron neumáticos, según la agencia.

La Policía, que detuvo a más de 300 solicitantes de asilo, empleó balas de goma y cañones de agua para dispersar y contener a los residentes que protestaban.

Otros centros como el temporal de detención en Elhovo, cerca de la frontera con Turquía, también supera su capacidad de ocupación y se encuentra en “condiciones deplorables”, denuncia ACNUR.

La agencia no rechaza como principio las devoluciones de personas que no han recibido protección internacional, pero recalca que las expulsiones deben efectuarse con “todas las garantías procesales”, entre ellas el acceso a un procedimiento de asilo justo y eficaz y a la revisión judicial efectiva.