AI quiere participar en cambios de México con nueva oficina regional

La nueva oficina regional que Amnistía Internacional (AI) acaba de abrir en México permitirá a la organización no gubernamental participar más de cerca en la solución a los problemas sociales por los que atraviesa el país, dijo su directora, Erika Guevara.

“Ahora nuestros investigadores seguirán más de cerca no solo las violaciones, documentándolas, sino también construyendo y fortaleciendo alianzas con los movimientos”, apuntó en entrevista con Efe.

También servirá para “tener un diálogo más directo con los Estados, de manera que podamos coadyuvar a los esfuerzos por atender los problemas de derechos humanos que enfrentan”, indicó.

A lo largo de esta semana, se han realizado distintas actividades culturales y foros sobre derechos humanos en la capital mexicana para celebrar la apertura de la que es la primera oficina regional de la ONG en este continente.

Este viernes se celebrarán conciertos en los que participarán artistas como Saúl Hernández y Lila Downs, conocidos por tener un fuerte activismo político.

Antes de la existencia de esta oficina, explicó Guevara, el secretariado internacional estaba centralizado en Londres y tenía bajo su cargo el desarrollo de las investigaciones, de las campañas globales y del trabajo de incidencia.

“Nuestros investigadores viajaban desde Londres a los países donde se documentaban las violaciones, se retiraban y después se lanzaba el informe desde la distancia”, explicó.

A partir de ahora, gracias a las 30 personas que trabajarán en la nueva oficina, “vamos a tener mayor capacidad de respuesta, una respuesta más inmediata, pero también un entendimiento muchísimo más profundo de la situación en toda la región y particularmente en países que, como México, afrontan graves crisis en materia de derechos humanos”, agregó.

AI, una organización con más de medio siglo de historia y más de siete millones de socios con cuyas aportaciones se financia, está llevando a cabo un plan de descentralización, con el objetivo de “adecuarse a los nuevos desafíos en materia de derechos humanos” que hay en el mundo.

Así, ya hay oficinas abiertas en África y Asia y en los próximos años las abrirán en Medio Oriente y en otras partes de Europa.

La oficina de México cubrirá Centroamérica, el Caribe y parte de Sudamérica, ya que a final de año se abrirá otra sede en Lima, que cubrirá la región andina y el Cono Sur.

“Consideramos que es importante acercarnos mucho más a otros movimientos sociales. Establecernos en la región nos va a permitir tener esa cercanía, conocer más de cerca las realidades que viven hoy en día las comunidades que se ven afectadas por esas violaciones y tener más eficacia en el trabajo que hacemos”, apuntó Guevara.

El hecho de que se haya decidido poner la oficina en México, explicó, ha sido por el “papel fundamental geopolítico que ocupa el país en la región” y también por la “crisis de derechos humanos” que atraviesa.

El estar “basados en México nos permitirá poder poner el dedo en la llaga, pero también ser parte de la solución, no solo de exponer el problema”, dijo.

Por ello, el reto es “construir estrategias que representen un cambio paradigmático en el tema de derechos humanos y atender el problema de impunidad, que es la base fundamental de que se sigan cometiendo estas situaciones sin que haya consecuencias”, agregó la defensora.

Paula Escalada Medrano