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Albert Rivera inicia una nueva etapa en Ciudadanos sin contar con los críticos

Albert Rivera en el acto de presentación de su nuevo equipo con el que quiere iniciar una nueva etapa

Carmen Moraga

Albert Rivera afronta el próximo fin de semana la IV Asamblea General con un Comité Ejecutivo ampliado y renovado, con el que quiere abrir una nueva etapa para gobernar tras las municipales y autonómicas de 2019. Un grupo de fieles, compuesto por 37 hombres y mujeres, en el que, según ha desvelado el propio presidente de Ciudadanos, está su “gobierno en la sombra” pero en el que no ha integrado a ningún dirigente que pueda representar al ala crítica del partido.

De hecho, Rivera, después de haber ganado las primarias con el 87% de los votos frente a dos desconocidos militantes, no ha dado ni una sola muestra de querer contar en la nueva 'era' con los discrepantes. Tampoco ha dado señales de que vaya a intentar atraerse a las corrientes internas que han comenzado a surgir con fuerza dentro de Ciudadanos.

Los nombres del madrileño Juan Carlos Bermejo y del sevillano Diego de los Santos, han quedado ya para el recuerdo en las hemerotecas como los dos afiliados que se atrevieron a enfrentarse a Rivera en unas primarias en las que el líder arrasó, pero en las que hubo muy poca participación: 6.874 afiliados de los 20.064 que al final quedaron oficialmente registrados, tras una importante rebaja del censo inicial que llegó a cifrarse en 30.800 militantes. Es decir, solo participó en el proceso un 34,3% del total. O, dicho de otra manera, hubo un 65,7% de abstención.

Sin embargo, esos datos no inquietan a la nueva dirección. Inés Arrimadas, en su estreno como portavoz de la Ejecutiva, intentó el lunes pasado minimizarlos asegurando que en otros partidos “ni siquiera convocan primarias”.

Los críticos, por el contrario, creen la baja participación “es una llamada de alerta sobre la desmotivación y abandono a la militancia que llevamos tiempo denunciando”.

Mayoría de compromisarios 'oficialistas'

Rivera, además, llega a la Asamblea de este fin de semana en una situación cómoda, con un control absoluto de lo que pueda ocurrir en los debates de las 75 enmiendas que hay presentadas a las tres ponencias –Estatutos, Valores e Ideario–, que serán las que marcarán el nuevo rumbo del partido.

Su candidatura oficial, 'España Ciudadana', cuenta con 337 compromisarios de un total de 479, lo que supone el 70% de representantes en la Asamblea. A esta cifra hay que sumar a los integrantes de su propio Comité Ejecutivo entrante y saliente, que tienen derecho a voto.

Al cónclave no asistirán los dos candidatos que se enfrentaron con Rivera en las primarias dado que no se presentaron a compromisarios. Tampoco el líder naranja ha tenido la deferencia de invitarles a su clausura.

“No me sorprende porque tampoco me contestó al WhatsApp que le envié el viernes por la noche para felicitarle”, afirma Bermejo, que desvela a eldiario.es lo que le puso en aquel mensaje: “Estimado Albert. Te felicito por la victoria clara. No obstante, el respaldo que obtuviste sólo fue del 30% y la participación del 34%. Te pido reflexiones este hecho. Debemos trabajar duro para que el afiliado esté presente y acabe la sangría de bajas. Deseo de corazón que lo hagas. Si no, nos veremos las caras en la próxima y esta vez será diferente. Cuando quieras hablamos. Un abrazo. JC ”. Ni una línea de respuesta. “El ostracismo ha sido absoluto”, lamenta Bermejo.

El otro candidato sevillano que concurrió a las primarias tampoco tuvo acuse de recibo de un tuit que le puso esa noche dándole igualmente la enhorabuena, aunque lo achaca a la avalancha de mensajes que debió recibir Rivera.

De los Santos, cuenta que el segundo día de la campaña, “si se le puede llamar así a lo que hubo, un día y medio escaso”- apostilla-, Rivera estuvo prácticamente a la misma hora en el mismo hotel donde había tenido lugar un acto de mi candidatura. “Pero no hizo ningún gesto para que nos conociéramos”, revela.

Rivera tampoco mantiene ningún canal de diálogo con la eurodiputada Carolina Punset ni ha intentado templar los ánimos con el sector crítico valenciano. Punset, cuya boda coincide con el cónclave, se mostró muy dura con los cambios que quiere introducir el líder en el partido pero no ha llegado a dar el paso adelante para disputarle el cargo.

TransC'sparencia une sus quejas

Tampoco acudirá al cónclave ningún portavoz de la plataforma #TranC'sparencia. Ni como invitados ni como compromisarios porque no han logrado sacar representantes, al menos bajo sus propias siglas. No obstante, la corriente asegura que cuenta con algunos afiliados que se presentaron como independientes 'camuflados' en esas listas.

Antonio Álvarez, una de las voces de la plataforma, reitera que la comunicación con la dirección del partido es “nula”. “Nos ignoran tanto o más que a los candidatos alternativos que concurrieron a las primarias”. Álvarez recuerda que hace tiempo pidieron una reunión con varios miembros de la Ejecutiva y solicitaron la presencia en ella de Rivera, así como que les proporcionasen el acta de la reunión del Consejo General donde se modificaron los Estatutos para poder realizar las primarias antes de que se celebrara la Asamblea General.

De aquella reunión, “ni una palabra”. Y nunca han llegado a sentarse a hablar con Rivera. En cuanto al acta, les respondieron indicando que había sido colgada en la Intranet del partido, como así fue.

Con todos estos antecedentes, los críticos temen que los cambios que la dirección del partido ha introducido, principalmente en los Estatutos y en el Ideario, permanezcan inalterables tras la Asamblea si no prosperan algunas de las enmiendas presentadas a estos textos.

Su atención va a estar centrada en si se mantiene la actual redacción estatutaria que penaliza con duras medidas disciplinarias la formación de corrientes de opinión, es decir, que su creación será objeto de falta muy grave con riesgo de expulsión.

Otra de las polémicas está en la celebración de primarias, dado que la dirección quiere que a partir de ahora solo se elijan por este sistema a los candidatos a presidente del Gobierno de España, a los de los ejecutivos autonómicos, así como a los aspirantes a alcaldes de capitales de provincia y a los cabezas de lista de las circunscripciones electorales de las ciudades de más de 250.000 habitantes.

Además, en los últimos casos, solo será obligatorio celebrar primarias si las agrupaciones están formadas por más de 500 afiliados. Es decir, los afiliados solo votarán a los números uno de cada una de esas candidaturas cuando antes se celebraban para designar a los cuatro primeros puestos.

El tercer foco de la discordia está centrado en que Ciudadnos se defina únicamente como un partido “constitucionalista, liberal, demócrata y progresista”, suprimiendo del Ideario la etiqueta de “socialismo democrático”. Un cambio que logró imponerse por la mínima en el Consejo General, pero que será nuevamente debatido en la Asamblea al haber sido aceptadas varias enmiendas dirigidas a que siga manteniéndose la primitiva definición ideológica.

En la plataforma crítica son muy escépticos. Aseguran que en el nuevo equipo de Rivera “hay muchos catalanes pero ninguno, ni remotamente, del grupo 'Mejor Unidos' que ganó al oficialismo en Cataluña, y eso es también indicativo de cómo van a ir las cosas”, señala Antonio Álvarez, que cree que en ese nuevo elenco de dirigente que redean a Rivera “falta talento y sobran comisarios políticos y acólitos”.

Otro de las detalles que denuncian es que varios de los integrantes de la Mesa de la Asamblea, van a forman parte a la vez de las mesas que dirigirán las ponencias, algo que aunque está permitido por el Reglamento, no les parece “ético”.

En definitiva, los críticos sentencian que Rivera “lo que quiere es hacer en este congreso un paseo militar al paso de la oca”. “Creo que el proyecto ha entrado en un proceso de declive que va a ser difícil de frenar”, concluye el portavoz de #TranC'sparencia.

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