Alberto Garzón: Soy independentista de la troika y la austeridad de la UE

El líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, se ha mostrado hoy contrario al proceso soberanista catalán, el cual respeta pero no comparte, y sí que se ha proclamado “independentista de la troika y de la austeridad de la Unión Europea”.

Garzón ha apoyado por segundo día consecutivo al candidato de Catalunya en Comú-Podem a la Generalitat, Xavier Domènech, en el mitin que ha ofrecido hoy en el Teatro de Blanes (Girona) ante cerca de 400 personas, en el que ha negado que las elecciones catalanas sean un “símbolo” de Cataluña contra España.

“Soy independentista frente a la troika, frente al explotador, quiero la emancipación de un sistema económico criminal, llamado capitalismo”, ha apuntado Garzón.

El dirigente de Unidos Podemos ha calificado de “hipocresía” la actuación del bloque independentista que habla de “una independencia jurídica formal” frente al Estado español, pero al mismo tiempo en su ley de transitoriedad “se sigue rindiendo cuentas a Angela Merkel”.

Frente a los que transmiten ese mensaje polarizado, Garzón ha dicho que Catalunya en Comú-Podem viene con “un mensaje de fraternidad y de lucha por un mundo más justo”.

A su juicio, el bloque independentista ha hecho una declaración unilateral de independencia, que ha supuesto “no contar, como mínimo, con la mitad de la población catalana y que lo ha hecho de forma irresponsable e hipócrita, dejando en segundo plano cuestiones esenciales como la sanidad, la educación, las pensiones o las prestaciones sociales”.

Para alguien nacido en Logroño, que creció en Sevilla y luego en Málaga, Garzón ha asegurado que no comparte el proyecto independentista, aunque lo respete, y considera “un error independizarse de los pueblos hermanos”.

Garzón ha indicado que aunque “el PP y Convergència se puedan pelear por banderas, tienen claro en qué lugar del extracto social se encuentran, como demuestra que ambos aprobaran una amnistía fiscal”.

Lamenta el político de IU que “tengamos que volver a las viejas consignas de la Transición, cuando se pedía que los hijos de los obreros tenían que ir a la universidad”, pues ese acceso es cada vez más difícil por los precios de las tasas y los másters, mientras “la universidad es gratis en Escocia, Finlandia, Suecia, pero también en países menos ricos como en Grecia”.