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Alepo forma a sus propios enfermeros frente a escasez de personal sanitario

EFE

Beirut —

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Faltan manos expertas en los hospitales de Alepo para atender a los pacientes, lamenta la enfermera Baraa Omar, una exalumna del Instituto Técnico Médico, un centro en pleno corazón de la parte asediada de la ciudad que se ha propuesto acabar con la escasez de personal sanitario.

Tras acabar un curso de enfermería de seis meses en ese lugar, Omar trabaja actualmente en el hospital M2, uno de los cuatro que quedan operativos en la urbe, cuya mitad oriental, bajo control opositor, sufre el asedio del Ejército y los bombardeos a diario.

“Desde hace cinco o seis meses, estoy en este hospital y aunque mi especialidad son las mujeres y los niños, hago de todo por las condiciones que hay”, explica la enfermera, de 22 años, que decidió cursar estudios sanitarios tras interrumpir su formación universitaria en la Escuela de Ingeniería por el conflicto.

En el Instituto Técnico Médico, Omar aprendió los conceptos básicos de enfermería, así como anatomía, farmacología, inglés e informática, entre otras asignaturas.

Tras finalizar el curso, el hospital es ahora como su segundo hogar, tal y como lo describe en una conversación telefónica con Efe, debido a las jornadas interminables que pasa allí.

“Sufrimos una gran escasez de personal médico, solo hay un cirujano apoyado por otros dos facultativos; anteayer, por ejemplo, el quirófano estuvo abierto desde las 05.00 hasta las 03.00 del día siguiente (02.00 y 00.00 GMT)”, se queja Omar, quien subraya que solo se operan los casos más graves.

Incluso, en ocasiones, “la gente puede morirse esperando a que los atiendan, porque no hay personal suficiente”, revela.

Según datos ofrecidos esta semana por la Asociación Médica Siria, únicamente 30 médicos y muy pocas enfermeras se encuentran en la parte oriental de Alepo, donde permanecen atrapadas más de 250.000 personas.

El responsable de los Asuntos del Alumnado y los Exámenes del Instituto Técnico Médico, Mohamed Zen Kandakani, apunta a Efe por teléfono que desde 2014, año en el que abrieron, han formado a un centenar de enfermeras y a unos 250 técnicos sanitarios.

“Comenzamos hace dos años, cuando se inició la campaña de barriles de explosivos y había muchos heridos -relata- Había muchos enfermeros que habían aprendido sobre la práctica durante el conflicto, pero que nunca habían estudiado, así que decidimos crear el instituto, que está en pleno centro de los sucesos”.

De hecho, su ubicación, frente al hospital M2 y que Kandakani no precisa por motivos de seguridad, lo ha convertido en blanco de los bombardeos.

El último fue ayer y ocasionó la destrucción total del edificio del centro, lo que, asegura su responsable, no va a impedir el inicio del curso escolar, previsto para el 10 de octubre. “Estamos buscando una nueva localización para el instituto”, afirma.

El próximo año lectivo traerá como novedad una mejora en la formación de los alumnos, ya que frente a los cursos de seis meses que se han venido impartiendo hasta ahora, el instituto ha firmado un acuerdo con la Universidad de Alepo Libre, en áreas opositoras, para extenderlo a dos años.

“Nuestros profesores vienen de la universidad y también hay médicos y enfermeras que trabajan en hospitales”, indica Kandakani.

El instituto suele acoger una media de unos cincuenta estudiantes por curso -mitad varones y mitad mujeres- y recibe el apoyo de la Sociedad Médica Siria Americana, una ONG que presta respaldo a facultativos en el país árabe.

Tras su graduación, los alumnos que deseen ejercer hallan empleo de inmediato en centros sanitarios de Alepo.

Ese fue el caso de Omar, para quien la situación actual no puede ser peor en la localidad.

De repente, el ruido de una explosión lejana se escucha de fondo a través del teléfono de Omar, que habla desde su casa, donde vive junto a su madre y su tío, después de la muerte de su padre por los bombardeos en la población.

Esta enfermera no se amedrenta ante los frecuentes ataques contra hospitales y personal sanitario.

“Por su supuesto que mi familia tiene miedo por mí, pero el peligro esta en todas partes de Siria y en todos los rincones de Alepo”, advierte.

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