Alertan de la inseguridad jurídica de la Policía en materia de confidentes

El miembro de la Unidad de Extranjería de la Fiscalía General del Estado Luis Lafont ha alertado hoy de la “inseguridad jurídica” en la que se mueven las distintas policías en España en materia de confidentes, ante la “absoluta” falta de regulación normativa“ en este ámbito.

Lafont ha hecho esta advertencia durante la presentación del ciclo: “La prueba obtenida mediante la infiltración: agentes encubiertos, confidentes y colaboradores con la Justicia”, en el marco de los Cursos de Verano que la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) celebra en San Sebastián.

Lafont ha insistido en que la ausencia de “regulación” en la legislación española sobre los confidentes hace que las fuerzas de seguridad se encuentren con “muchos problemas en su aplicación práctica”, a pesar de que se trata de “un instrumento que cada vez va teniendo más crédito”.

“Hemos pasado del chivato y del soplón a lo que es el delator premiado, colaborador, y hay un cambio terminológico que parece representar también un cambio de mentalidad sobre el carácter positivo de esta figura”, ha comentado el fiscal, quien ha advertido de que “nos estamos jugando mucho en este tipo de pruebas”.

Este experto ha defendido asimismo la figura del “agente encubierto” que, según ha recordado, “ya está operando” aunque se encuentra “arrinconado” porque “parece que es algo relacionado únicamente con el tráfico de drogas”.

No obstante, ha avanzado que fuera de este ámbito existe “una vía clara para este tipo de agentes”, como pueden ser los delitos contra la Hacienda pública, los de trata de seres humanos o la inmigración ilegal, ámbitos en los que, a su entender, el agente encubierto “está llamado a tener una importancia fundamental”.

Ha lamentado no obstante que, nuestro sistema legal no esté pensando en las “infiltraciones estratégicas”, en las que un agente encubierto “puede entrar en una multinacional del crimen, en una empresa del delito de primera división, y llegar sin prisa, a través de los años a las mayores cúspides, a su consejo de administración”.

“Posibilidades como la infiltración de Donnie Brasco en la familia Bonano que, tras años, consiguió desarticular en gran parte esta estructura mafiosa del estado de Nueva York, sería ahora mismo impensable en nuestro país con las reglas que tenemos”, ha subrayado.

El papel de los detectives privados también ha sido destacado por Lafont, quien ha constatado que el trabajo de estos profesionales, “por encargo de particulares o de empresas, está teniendo cada vez una intervención mayor en la investigación criminal”.

El fiscal ha descrito un escenario actual en el que “las organizaciones criminales, no ya de primera división, sino los grupos criminales, saben como blindar y encriptar sus comunicaciones”, lo que lleva a pensar que “la prueba de escuchas telefónicas está llamada a decrecer en su importancia procesal, cuando no a desaparecer” y que “su lugar va a ser ocupado por otras técnicas probatorias especiales” como las obtenidas a través de los citados agentes encubiertos, confidentes y detectives privados, entre otras posibilidades.