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Asociación dice que el Rey cursó al Gobierno la petición de “los niños de la guerra”

Asociación dice que el Rey cursó al Gobierno la petición de "los niños de la guerra"

EFE

Moscú —

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La petición de ayuda de los “niños de la guerra” españoles para que no se cierre su centro en Moscú está ahora en manos del Gobierno de Mariano Rajoy, después de que la Casa Real remitiera a La Moncloa la carta que le enviaron al rey, según dijo hoy a Efe Enrique Alonso, secretario de la asociación.

Desde que perdiera en 2011 la subvención de 40.000 euros anuales que percibían del Instituto de Mayores y Servicios Sociales, Imserso, el Centro Español está más cerca que nunca de echar el cierre a las históricas instalaciones en el centro de Moscú, a pocos metros de la Plaza Roja, donde se reúnen desde hace medio siglo los escasos supervivientes que siendo niños fueron evacuados a la URSS durante la Guerra Civil española.

“Estamos contentos con la pronta respuesta de la Casa Real, pero ahora dependemos del Gobierno y no sabemos qué esperar. Nuestro destino depende de lo que decida el Gobierno. Si no nos devuelve la subvención, no llegaremos ni a mediados del año”, advirtió Alonso.

Apenas unos días después de ser enviada a la Zarzuela la misiva -el pasado 23 de diciembre-, los “niños de la guerra” recibieron la respuesta del secretario general de la Casa del Rey, Alfonso Sanz-Portoles, que les informó de que “siguiendo las instrucciones de S. M. el Rey”, había remitido la petición a la presidencia del Gobierno “a los efectos oportunos”.

Desde este mes de enero, la asociación que reúne a los poco más de cien “niños” octogenarios supervivientes y a muchos de sus descendientes, debe pagar al Ayuntamiento de Moscú el doble por el alquiler del espacioso inmueble que ocupan desde 1965 en el corazón de la ciudad.

El departamento de Patrimonio Municipal de la capital subió el alquiler de 646.000 rublos (casi 15.000 euros) al año hasta los 1,2 millones de rublos (casi 29.000 euros).

“No podemos recaudar este dinero, por mucho que queremos, entre lo que suman las cuotas y los donativos. A día de hoy, estamos al corriente de los pagos, pero ya no nos queda prácticamente nada en la caja”, lamentó Alonso.

El Centro Español perdió la subvención en 2011 por destinar parte del dinero a gastos distintos a los fines de la asociación, y desde entonces no sólo no tienen recursos para pagar el mantenimiento de su sede y sus actividades, sino que deben además 30.000 euros a la Hacienda española.

“En 2006, gastamos parte de la subvención en funerales y tratamientos médicos de algunos 'niños'. Cometimos un error por nuestra inexperiencia y hemos reconocido la deuda ante Hacienda. Ahora pedimos que nos devuelvan la subvención para pagar el alquiler y que nos permitan pagar la deuda a plazos con las cuotas de los socios”, apuntó el secretario del Centro.

Ya hace meses que han tomado todas las medidas en sus manos para reducir al mínimo los gastos y postergar el cierre del local.

“Hemos aumentado las cuotas de socio de 5.000 (105 euros) a 7.000 rublos (147 euros) al año. Las tres personas que trabajamos aquí permanentemente hemos renunciado a toda remuneración, que ya era mínima. También hemos dejado de comprar agua enbotellada y ahora bebemos agua del grifo hervida. Compramos nosotros mismos el material de oficina que necesitamos”, explicó.

Perder el Centro Español sería “perder el lugar donde nos encontramos, donde podemos hablar español entre nosotros, donde compartimos recuerdos de la 'patria perdida'”, explicó Alonso.

Miles de personas de todas las edades han subido en sus 49 años de historia la empinada escalinata de la tercera planta del edificio del Centro para reunirse con la comunidad española, estudiar su idioma y su cultura, aprender a bailar flamenco o combatir la nostalgia.

Los octogenarios “niños de la guerra” insisten en que no quieren dejar este país porque “han echado raíces y tienen a sus hijos y nietos en Rusia”, y que el centro español es como “un pedazo de nuestra patria en Rusia, instalado en el corazón de Moscú”.

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