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Brendemühl dice en Cannes que España debería valorar que el cine genera mucho dinero

Brendemühl dice en Cannes que España debería valorar que el cine genera mucho dinero

EFE

Cannes (Francia) —

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La industria cinematográfica mueve y genera mucho dinero y las autoridades españolas deberían tener en cuenta este potencial para apostar por la cultura, señala a Efe el actor español Àlex Brendemühl, que protagoniza en Cannes la película “Wakolda”, incluida en la sección “Una cierta mirada”.

El intérprete, que se mete en la piel del científico nazi Joseph Mengele en esa cinta de la argentina Lucía Puenzo, en la que España participa, lamenta que el país esté a su juicio “ninguneando las industrias culturales”, en un momento en que en otras partes del mundo el cine “sigue moviendo dinero e ilusiones”.

“Si te paseas por Cannes y ves a la gente del cine español con esas caras de depresión, de tristeza, de apocalipsis, te das cuenta de que algo estamos haciendo mal”, indica en entrevista con Efe.

Brendemühl, que ha desarrollado parte de su carrera en el extranjero y que en España tiene títulos como “En la ciudad”, “Las horas del día” o “Héroes”, denuncia que se está “intentando ahogar la industria desde el bloqueo de la financiación”.

“Pero el cine, como el teatro, la danza, la literatura o la música, se van a seguir manifestando porque son una necesidad del ser humano, de enfrentarse a sí mismo, al arte y a la sociedad”, añade confiado.

El actor es consciente de que la industria cinematográfica “es un mercado como otro cualquiera”, pero considera que su maquinaria debe seguir girando “porque la gente necesita soñar, y el cine es una proyección de sueños”.

Y en ese sentido, ningún escenario refleja mejor ese potencial y los contrastes que Cannes: “Es un circo absurdo y divertido, pero es sorprendente ver cómo coexiste este mundo del glamour, toda la frivolidad que rodea al festival, con películas de corte social. (...) Es un choque interesantísimo, y según cómo, aberrante”.

Disfruta de la experiencia como espectador, pero como actor, asegura, el entretenimiento por sí solo no le satisface.

“Me gusta que lo que haga sea entretenido y guste, pero si el precio es solo entretener no es mi opción. Aunque me encanta que me entretengan y soy partidario del entretenimiento, creo que un cine de contenido, de riesgo, puede ser entretenido también, y apuesto por eso”.

Entre sus próximos papeles, el del monarca Amadeo de Saboya, “ese rey olvidado que reinó del 1871 al 1873, que vino de Italia y se encontró una España convulsa, como la España actual”, y cuyo rodaje está a punto de terminar a las órdenes del español Luis Miñarro.

Brendemühl (Barcelona, 1972), de padre alemán y madre española, se dice “abierto a todo lo que pueda surgir”, y privilegiado por el hecho de que sus idiomas le hayan permitido trabajar fuera.

“Mi familia se ha movido toda la vida, se ha tenido que exiliar o refugiar, forma parte del juego. Supongo que la vida es una eterna circulación, (...) y la parte buena es que descubres otros países y realidades”.

Encarnar a otros personajes le supone otra manera de ahondar en sus raíces y en las de la sociedad, asegura, a través de la inmersión en cada papel, de la investigación previa, y del proceso necesario para “humanizar y entender” su rol.

Y aunque como actor sus reivindicaciones adquieren una visibilidad extra, pretende “quedarse callado” una temporada.

“Como todos los gobiernos que se proponen construir un aparato que controle la opinión pública, la cultura es un arma muy poderosa y se ha intentado silenciar sus voces. Parece que la gente de la cultura no se puede manifestar, que si lo haces se vuelve en contra de todos, de los que vivimos de esto como una profesión y como una manera de explorar el conocimiento y aprender”.

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