Canarias, pionera en el homenaje a Lecuona en el 50 aniversario de su muerte

Gran Canaria, con el Grupo Compay Segundo como protagonista, acogerá esta semana la primera conmemoración formal que se hará en el mundo del 50 aniversario de la muerte del compositor cubano Ernesto Lecuona, fallecido en 1963 en Tenerife, la isla natal de su padre.

“Tributo a Ernesto Lecuona” es el título del programa con que la banda heredera del legado del desaparecido Compay Segundo rendirá homenaje al músico, en tres conciertos en el Teatro Cuyás organizados a instancias del propio teatro del Cabildo de Gran Canaria, según ha subrayado hoy al informar el consejero insular de Cultura, Larry Álvarez.

El consejero ha hecho este anuncio al presentar una exposición sobre la vida y obra del que también fuera reputado pianista que se inaugurará esta tarde en las instalaciones del propio Teatro Cuyás, como arranque de una “Semana Cubana” que se ha organizado con motivo de este homenaje en colaboración con el Consulado del país caribeño y la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

Partituras originales de Lecuona cedidas por la SGAE, programas de mano de obras interpretadas en Gran Canaria por artistas de la época a partir de sus composiciones y que pertenecen a particulares de la isla, fotografías, una proyección audiovisual, discos y paneles informativos conforman la exposición.

Su inauguración contará no solo con la presencia de autoridades y artistas de Cuba y Canarias, sino también con un representante de sus parientes de este lado del Atlántico del que era originario el padre de Ernesto Lecuona, un tinerfeño de igual nombre que el compositor, periodista de profesión, que emigró a finales del siglo XIX a la que sería la patria de su hijo.

Enrique Lecuona, que se identifica como “un pariente lejano” del músico y confiesa que nunca le conoció en persona, pese a que fue en la casa de sus padres, en Tenerife, donde su familiar dio los primeros síntomas del malestar que acabó finalmente con su muerte momentos más tarde, ha expresado su satisfacción por el reconocimiento organizado en torno al 50 aniversario del óbito.

“Es una alegría que se haya reconocido, como se está reconociendo cada vez más, la figura de Ernesto”, ha dicho.

Y ha matizado que esa alegría palía la “tristeza” que supone el saber que sus padres y algunos de sus hermanos fueron “los últimos Lecuona que vio él” en vida, en un suceso del que, rememoró, él solo fue testigo telefónico.

“En noviembre de 1963, yo estaba en Pamplona, con el grupo de Coros y Danzas de la Universidad de La Laguna, y hablé con mi madre y me dijo que (Ernesto Lecuona) estaba allí en la casa, de merienda, cuando se encontró mal y llamaron a un taxi para que lo trasladara al Hotel Mencey, donde se alojaba, y al que yo creo que llegó muerto”, ha relatado.