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Guillermo Zapata cae como delegado de Cultura y seguirá como concejal de distrito

Rueda de prensa de Guillermo Zapata tras dejar el área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid. / madrid.es

Juan Luis Sánchez / Andrés Gil

  • Zapata, en rueda de prensa: “Estamos en un proyecto colectivo y la mejor manera es seguir construyendo municipalismo democrático y nada ni nadie nos puede quitar esa obligación”

La jueza Carmena ha dictado sentencia. Guillermo Zapata no llegará a cumplir ni un día de trabajo en el Ayuntamiento de Madrid como responsable de Cultura y Deportes, puesto que dejará después de una conversación de una hora y media con Carmena, según ha podido saber eldiario.es. El fundador de Ganemos y Ahora Madrid conservará su concejalía y será el representante del Ayuntamiento ante el distrito de Fuencarral-El Pardo, puesto con el que ya contaba en el diseño inicial como uno de los hombres fuertes del gobierno municipal, dentro de la nueva estructura de participación territorial.

El concejal ya había dejado claro que “no le importaba” tanto su cargo de concejal como que nadie pensara que el contenido de los tuits representaba sus ideas, y asumía su responsabilidad. Su entorno político se ha movilizado para reclamar la continuidad de Zapata ante la “desporporción” de la presión mediática, aunque Carmena ya había avanzado antes de la reunión que el concejal “quizá pueda tener otra tarea que no sea la de Cultura”.

En rueda de prensa ya por la tarde, Zapata ha explicado que deja su puesto porque “la polémica sobre mis tuits puede condicionar mi labor al frente de la concejalía de Cultura” ya que “el debate sobre el humor negro” tiene relación directa con esas competencias culturales. Carmena ya había comentado que le “preocupa” tener una idea diferente del humor negro que Zapata: “el humor negro no puede ser cruel”, dijo en La Sexta. Sin embargo, tanto él como Manuel Carmena entienden que la polémica no interfiere con el resto de sus competencias como concejal y Zapata seguirá con sus trabajo en los distritos.

“La libertad de expresión tiene que ver con lo que uno puede o no decir, no con las consecuencias que eso pueda tener. Por eso pido perdón y asumo las consecuencias”, ha dicho Zapata, que ha reiterado que “que haya un escrutinio sobre los tuits de los que ahora somos parte del ayuntamiento, es normal, otra cosa es la reacción que eso pueda generar”, aunque tanto él como el concejal de Seguridad del Ayuntamiento, Javier Barbero, han aclarado que “no es el dia” de señalar campañas organizadas o denunciar dobles raseros.

Una rueda de prensa sin Carmena

“Lo primero por lo que quiero empezar es pedir disculpas y perdón por los tuits a los largo de estos años”. Así ha comenzado Guillermo Zapata su comparecencia ante la prensa esta tarde para explicar que su  cese como responsable de Cultura deel recién estrenado gobierno de Ahora Madrid: “Estamos hablando de haber generado dolor, no es un debate sobre las expresiones de opiniones políticas, sino sobre el dolor. Nos ha abrumado haber hecho daño a las víctimas. Que haya un escrutinio es normal, otra cosa es lo que suceda. Si yo considerara que estamos hablando solo de opiniones políticas, no estaría aquí, sino que se ha producido dolor sobre quien no lo merecía y puede afectar a un área completa sobre nuestro gobierno”. ¿Cree que se le ha juzgado severamente? “Las varas las mide la sociedad, no yo”.

Zapata ha comparecido junto con Javier Barbero, concejal de Seguridad, “persona que lleva mucho tiempo trabajando, mediando y construyendo en relación a víctimas de diferentes modelos de violencia”, ha explicado Zapata. La alcaldesa, Manuela Carmena, “se ofreció a venir”, ha afirmado Zapata: “Pero como hemos querido limitar las responsabilidades, hemos querido que sea así. Es un gobierno con muchas caras y se tiene que visibilizar”.

Y ha proseguido: “Por más que podamos haber establecido un debate sobre el contexto, no justifica genera dolor ajeno a nadie por la acción que yo haya podido realizar. A lo largo de este fin de semana he intentado explicarlo, pero ahora sólo se trata de dirigirme a quienes se hayan sentido dolidas y pedir perdón y disculpas”. “El contexto de la libertad de expresión”, ha insistido, “habla de lo que uno puede decir o no, pero no de las consecuencias, que son individuales, que uno tiene que asumir. Reitero mis disculpas y mi petición de perdón a aquellos que se hayan sentido ofendidos por mis tuits de hace años. Creo en el diálogo, en la cooperación y el entendimiento, y es lo que en la candidatura de Ahora Madrid queremos poner sobre la mesa”.

Zapata ha reconocido haber “tenido una breve conversación con el padre de Marta del Castillo”, y que escribirá “cartas a personas que se hayan podido ver afectadas de manera directa, en especial a la comunidad judía”. “No soy antisemita y mi respeto hacia las personas víctimas de violencia es absoluto independientemente de lo que puedan trasladar los tuits y las bromas a las que he hecho referencia antes”, ha insistido.

La alcaldesa, Manuela Carmena, y Zapata han hablado esta mañana: “Le he explicado que los términos del debate sobre mis tuits podrían afectar a mi trabajo en el área de Cultura, hablamos sobre la libertad de expresión, el humor negro y lo que hiere… Eso puede perjudicar el área de cultura de Ahora Madrid y en ese sentido me parecía que era un ejercicio de responsabilidad quitarme de en medio”.

“El protagonismo de uno no puede estar por encima de los demás”, ha relatado Zapata: “No puede condicionar las medidas urgentísimas que este gobierno está poniendo en marcha. Si este escenario podría generar complicaciones para un área tan importante como Cultura, veía razonable no ser la persona responsable de ese área. Hemos hablado durante una hora analizando lo que era más adecuado. Y he acotado la responsabilidad al área de Cultura, que es donde se estaba dando el debate. Hay que dejar que el área de Cultura se desarrolle con la mayor libertad y limpieza. Seguiré con el trabajo en el distrito”.

El concejal, que seguirá al frente del distrito de Fuencarral-El Pardo, ha agradecido el “apoyo de miles de personas”. Pero ha matizado: “Ese apoyo no exime de mi responsabilidad individual. Estamos en un proyecto colectivo, y la mejor manera es seguir construyendo municipalismo democrático y nada ni nadie nos puede quitar esa obligación”.

Zapata, guionista y hasta hace unos meses articulista de opinión en varios medios como eldiario.es, ha afirmado que “la candidatura de Ahora Madrid pone en el centro la alegría y la potencia de estar juntos y juntas haciendo política y que las personas corrientes podamos trabajar para tener una ciudad mejor. Tenemos todo por hacer, es importante que muchos compañeros ya estaban poniendo en marcha las políticas que tenemos que hacer”.

“Algunas de las cosas que pensaba sobre los límites del humor se han visto modificadas”, ha reconocido Zapata, “eso es una reflexión interesante. Nadie me ha invitado a marcharme, ha sido un proceso colectivo entre personas de la candidatura, y se ha puesto sobre la mesa la dimensión humana. Es un proyecto colectivo, nadie es imprescindible. Me produce pena, pero no angustia, porque el proyecto tiene capacidad de sobra”.

En relación con los escraches, en los que participó hace dos años Zapata, ha explicado que “un concejal del Ayuntamiento de Madrid tiene mecanismos políticos para no tener que expresarse a través de un escrache, pero si un ciudadano ve que no puede acceder a un diálogo, tiene la legitimidad para pacíficamente seguir ejerciendo sus derechos. Los escraches tienen que ver con un momento muy determinado, con una ley concreta. En el momento en el que la ILP de la PAH no se aprobó, los escraches cesaron”.

Varios mensajes recuperados de su cuenta personal en Twitter mostraban tuits donde Zapata participaba de chistes sobre judíos o sobre víctimas de ETA, la mayoría del año 2011, han servido como pólvora para una mecha que Carmena no ha podido apagar. Toda la oposición municipal y varios editoriales de medios de comunicación han exigido la dimisión de Zapata, a pesar de sus disculpas desde el primer momento y de alegar que los mensajes estaban dentro de un debate sobre los límites del humor. “Lo que se ponía encima de la mesa en aquel momento es que hay comentarios aceptados fuera de las redes sociales y que tenían un encaje muy difícil dentro de las redes sociales, a pesar de ser espacios personales de expresión. Se trataba de poner en cuestión ese cruce entre lo privado y lo público. Mi error fue no contextualizar en cada tuit, uno a uno, que ese era el sentido de cada uno de ellos”, ha dicho Zapata en una entrevista a eldiario.es.

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