China se opone a imponer sanciones de la ONU en Sudán del Sur

China está en contra de que el Consejo de Seguridad de la ONU imponga a corto plazo sanciones a las partes del conflicto en Sudán del Sur, según dijo hoy su embajador ante las Naciones Unidas, Liu Jieyi.

Liu, en una conferencia de prensa, dijo “no ver la lógica” de aplicar medidas de ese tipo en un momento en que los dos bandos están negociando en Etiopía una salida al conflicto que afecta al joven país.

Los comentarios del embajador chino llegan después de que esta semana Estados Unidos presentase una propuesta para establecer un comité de sanciones a Sudán del Sur, una iniciativa que por el momento no incluye la imposición de medidas concretas.

Según Liu, la “prioridad” de la comunidad internacional debe ser ahora mismo apoyar “de forma constructiva” las negociaciones y no imponer sanciones.

“Por naturaleza, las sanciones son algo punitivo. (...) Aplicarlas ahora, ¿qué tipo de mensaje enviaría”, dijo el representante de Pekín.

En los últimos meses, organizaciones de derechos humanos y otros actores, como representantes de la oposición en el Parlamento sursudanés, han llamado a la comunidad internacional a sancionar a los dirigentes implicados en el conflicto en ese país.

Algunos bloques como la Unión Europea (UE) ya tienen sanciones en vigor contra algunos líderes militares acusados de obstruir el proceso de paz y de ser responsables de atrocidades contra la población.

En esa línea, la propuesta trasladada por EE.UU. al Consejo de Seguridad abriría la puerta a medidas restrictivas por parte de la ONU como prohibiciones de viajes y congelaciones de activos para responsables de la violencia o, por ejemplo, permitiría avanzar hacia un eventual embargo de armas.

Desde la independencia de Sudán, en julio de 2011, Sudán del Sur ha vivido una situación política y de seguridad inestable, que se vio exacerbada con el inicio del conflicto interno en 2013.

La crisis estalló el 15 de diciembre de ese año, después de que el presidente Salva Kiir, de la etnia dinka, denunciara un supuesto intento de golpe de Estado encabezado por su vicepresidente Riek Machar, lo que derivó en un conflicto étnico entre comunidades.

Los dos líderes firmaron este mes un nuevo acuerdo de paz para tratar de poner fin a la crisis, después de que un pacto anterior alcanzado en enero se rompiese a los pocos días.