Cientos de rohinyás se lanzan en precarias balsas para huir a Bangladesh

Obligados por la escasez de botes y las altas tarifas, cientos de rohinyás se han lanzado al río Naf en precarias balsas de bidones para huir a Bangladesh, adonde ya han llegado desde Birmania (Myanmar) más de 600.000 miembros de esta minoría musulmana tras el estallido de violencia del 25 de agosto.

En la jornada de hoy al menos 180 rohinyás han utilizado estas balsas para llegar a Bangladesh desde la orilla birmana, manifestó a Efe Zahid Hossain Siddique, representante gubernamental en la localidad suroriental bangladesí de Teknaf.

El representante de Teknaf, fronteriza con Birmania y vía de llegada de los refugiados, anotó además que otros 130 rohinyás utilizaron las precarias balsas “de bidones de plástico atados entre sí” para cruzar el río el jueves y 52 más el miércoles.

“Están entrando de manera desesperada en Bangladesh”, señaló Siddique, quien anotó que cuando les preguntan los motivos del uso de este tipo de balsas dicen que se debe a que “no encuentran botes y cuando consiguen un bote los birmanos les cobran mucho”.

En ocasiones, la huida a Bangladesh en este tipo de precaria embarcación acaba en tragedia.

De acuerdo con fuentes policiales, al menos 200 rohinyás han perecido ahogados en el mar o en el río Naf en su intento de llegar a Bangladesh desde Birmania.

En su último informe de situación difundido ayer, el Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU cifró en 613.000 los rohinyás llegados a Bangladesh desde hace dos meses y medio, 4.000 más que en los últimos datos difundidos el pasado domingo.

La crisis de los rohinyás comenzó el pasado 25 de agosto, tras un ataque de un grupo insurgente de esta comunidad musulmana contra instalaciones policiales y militares en el estado birmano de Rakáin, en el oeste del país, una acción que fue respondida por el ejército con una campaña de represión que aún continúa.

Birmania no reconoce a los rohinyás como una comunidad del país y los considera bangladeshíes, mientras que Bangladesh, donde ya antes de esta crisis vivían unos 300.000 miembros de esta minoría, los ha tratado siempre como extranjeros.