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Los críticos de Ciudadanos exigen una catarsis y sitúan a Fran Hervías, 'número tres' de Rivera, en el punto de mira

Cargos y afiliados de Ciudadanos dan apoyo a Hervías como secretario de Organización frente a los que piden su dimisión

Carmen Moraga

Las aguas bajan revueltas en Ciudadanos a escasos días de que se celebre el Consejo General –máximo órgano del partido entre asambleas– que el próximo día 30 nombrará una gestora para fijar las primarias y pilotar la transición hasta la celebración del congreso extraordinario del partido, previsto para la primera quincena de marzo de 2020.

El aparente alivio de la dirección interina al saber que Inés Arrimadas está dispuesta a suceder a Albert Rivera con el respaldo mayoritario del partido lo ha interrumpido los movimientos internos que surgen entre las bases para exigir cambios tanto del proyecto como del modelo organizativo de la formación. 

El foco principal de esta 'revuelta' –que no va contra Arrimadas, a la que respetan pese a considerar que “no trae aires nuevos”- ha comenzado en Andalucía y en Madrid, pero se ha extendido a agrupaciones de Valencia o Murcia y otras comunidades en donde grupos de afiliados se están coordinando para que sus demandas sean escuchadas y debatidas en ese próximo Consejo General.

Dentro de la militancia alaban y valoran el gesto de Rivera de asumir en solitario la responsabilidad política tras el hundimiento electoral del 10N. Pero creen que debió ser extensiva a otros miembros de su Ejecutiva que han continuado “impertérritos” en sus cargos. El foco principal de ese enfado está dirigido contra Fran Hervías, el todopoderoso secretario de Organización, al que achacan el férreo control interno que ejerce en el partido, con apertura de expedientes a todo el que discrepa –el último, al portavoz municipal en Cáceres– y el que decreta todos los despidos.

Apodado 'señor Lobo' por ser el que se encarga de 'limpiar' todo lo que considera que deja 'mancha' en la formación, Hervías se presentó nuevamente a estas generales como cabeza de lista por Granada, pero no consiguió escaño, como muchos otros dirigentes de la Ejecutiva. 

Nada más conocerse la dimisión de Rivera, reafirmó su intención de quedarse a través de un tuit que subió a la red: “Gracias Albert por convertirte en la piedra angular de Ciudadanos desde 2006 y por dejarme ser testigo desde la primera fila de tu trabajo para fortalecer el centro político en España”. “Abriremos una nueva etapa, pero tu valentía y tu ejemplo siempre servirán de guía”, dejó caer.

Desde entonces, los chats de los afiliados, especialmente de las agrupaciones andaluzas, no han parado de exigir su dimisión en una campaña contra él que se extendió también contra su mujer, Virginia Millán Salmerón, secretaria de Relaciones Institucionales de Ciudadanos en Andalucía, que concurrió en la lista al Congreso por Sevilla como número dos. Allí Ciudadanos solo ha conseguido un escaño, el de Pablo Cambronero, un puesto que el 28A ocupó Millán Salmerón, siendo luego relegada al número dos el 10N.  

La rumorología llegó al punto de que se estuvo alertando en esos chats internos de la posibilidad de que Cambronero fuera obligado a renunciar a su acta para que entrara en el Congreso la mujer de Hervías. También se contaba que el propio Hervías estaba dispuesto a dimitir si Juan Marín le propiciaba una viceconsejería u otro cargo en el Gobierno de la Junta de Andalucía, aunque fuentes próximas a Marín lo niegan.

La respuesta que ha dado el 'aparato' del partido a las críticas contra el responsable de Organización ha sido alentar una oleada de mensajes de apoyo en Twitter dirigidos a ensalzar el “buen trabajo” que ha hecho a lo largo de estos años y dándole las gracias.  

Ese apoyo ha partido de casi todos secretarios de Organización de la formación de varias comunidades, como la de la propia Andalucía, pero también de La Rioja, Navarra, Aragón, Murcia o Asturias. 

“Todos los colocados por él están tuiteando. Es una vergüenza porque a algunos les están obligado”, afirma una afiliada madrileña a la que le han llegado quejas de sus compañeros andaluces. Pero no solo son los secretario de Organización, sino muchos otros dirigentes, como Félix Álvarez, Felisuco, desde Cantabria o excompañeros de la Ejecutiva, como Juan Carlos Girauta, quien desde ayer, además, está retuiteando los mensaje a favor de Hervías de los demás compañeros, cada vez más numerosos. 

Entre las bases se ha dado rienda suelta a la indignación. “Encima echan la culpa a los periodistas de que se cuestione a Hervías”, añade otro militante, en referencia a un tuit que ha puesto Isabel Morillo, periodista de El Confidencial, en el que destapa la maniobra del partido, a través de un WhatsApp interno en el que se pide dar respaldo al secretario de Organización y en el que acusan de paso a Morillo de “hacer leña del árbol caído” con sus informaciones y “el juego a los críticos que no representan a nadie”.

El portavoz parlamentario de Ciudadanos en Andalucía, Sergio Romero, ha respondido que ellos se “desmarcan oficialmente de cualquier señalamiento” a periodistas. La veterana periodista ha respondido así de contudente:

Con estos prolegómenos la reunión del Consejo General del día 30 se presenta más tensa de lo que se esperaba. Este órgano está formado por 125 miembros, en su mayoría fieles a la actual dirección, pero durante sus reuniones nadie suele pedir la palabra. Por lo tanto, nunca hay debate. Sin embargo, esta vez un grupo de afiliados y de la Plataforma 'Compromiso Ciudadano' han pedido a los coordinadores de las agrupaciones que trasmitan su listado de demandas “tanto al Consejo General como al Comité Ejecutivo”. 

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