Comienza el juicio en Argentina por la muerte del obispo Angelelli en la dictadura

Un tribunal argentino sentó hoy en el banquillo de los acusados al exgeneral Luciano Benjamín Menéndez por el asesinato del obispo católico Enrique Angelelli durante la última dictadura militar (1976-1983), informaron fuentes judiciales.

“Ha llegado con dramática urgencia la hora de la acción”, aseguraron los fiscales de la causa ante el Tribunal Oral Federal de La Rioja, 1.150 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.

Menéndez y el excomodoro Luis Fernando Estrella son juzgados desde hoy como presuntos coautores mediatos del asesinato de Angelelli por ese Tribunal, compuesto por los jueces José Camilo Nicolás Quiroga Uriburu, Carlos Julio Lascano y Juan Carlos Reynada, detalló el Centro de Información Judicial.

La causa contaba originalmente con cinco acusados, pero tres de ellos murieron antes del inicio del juicio: el exdictador Jorge Rafael Videla, fallecido en mayo pasado; el exministro del Interior del régimen Albano Harguindeguy, muerto en octubre de 2012; y el expolicía Juan Carlos Romero, que murió hace mes y medio.

Además del asesinato del religioso, los dos exmilitares serán juzgados por presunta asociación ilícita y tentativa de homicidio calificado en perjuicio de Arturo Aído Pinto, colaborador del prelado.

Angelelli, que formó parte de un grupo de obispos que denunció las violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura argentina, murió el 4 de agosto de 1976 al volcar la camioneta que conducía por una carretera de La Rioja.

En el momento de su muerte, Angelelli, que tenía 53 años, llevaba consigo un informe con las pesquisas que había realizado sobre el asesinato de dos sacerdotes y un laico a manos de militares.

El régimen militar atribuyó la muerte del obispo a un accidente automovilístico cerca de la localidad riojana de Punta de los Llanos.

Angelelli y Pinto regresaban hacia la capital provincial tras una misa en la localidad de Chamical en recuerdo a los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, asesinados por la dictadura en julio de 1976.

Pinto declaró ante la Justicia que el vuelco del automóvil que conducía Angelelli fue provocado por otro vehículo que les persiguió y encerró y que, después del percance, tras recuperar la conciencia, vio el cuerpo de Angelelli fuera del vehículo con signos de lesiones en la nuca.

La autopsia confirmó que el prelado falleció de un golpe con un objeto contundente en el hueso occipital y que sufrió además la fractura de varias costillas, entre otras lesiones.

La causa fue archivada durante la dictadura, pero la Justicia argentina decidió reabrirla en 2006 para procesar a los responsables del crimen.

Durante la etapa de instrucción, la Justicia estableció que Angelelli fue asesinado porque estaba tras las pistas de los homicidios de Murias y Longueville, crímenes por los que en diciembre de 2012 fueron condenados a prisión perpetua Menéndez, Estrella y el policía Domingo Benito.

Menéndez fue condenado a 20 años de cárcel por delitos de lesa humanidad cometidos en La Rioja durante la última dictadura y acumula siete condenas a prisión perpetua en distintos juicios en el país por estos delitos.

Además del obispo Angelelli, 19 religiosos desaparecieron o fueron asesinados durante la denominada “guerra sucia” en Argentina, entre ellos las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Domon.

Otros once religiosos fueron secuestrados, torturados y liberados y 22 más fueron detenidos, según organizaciones humanitarias, que cifran en 30.000 los desaparecidos durante la última dictadura.