Comienza el juicio con jurado contra el acusado del homicidio de una marroquí

El juicio contra un hombre acusado del homicidio de una joven marroquí, para el que se piden hasta trece años de cárcel y 100.000 euros de indemnización, ha comenzado hoy en Melilla con la constitución del jurado y la declaración del presunto autor del crimen.

La Sección Séptima de la Audiencia de Málaga, con sede en Melilla, juzga a Juan Manuel Coronil por la muerte en el 2013 de Zineb Menae, cuyo cadáver fue encontrado en un descampado cerca de un cementerio musulmán.

La fiscal pide trece años de prisión por homicidio y el pago de 47.981,83 euros a la hermanada de la joven, que tenía 24 años, mientras que la acusación particular reclama diez años y 100.000 euros de indemnización.

La defensa considera que hubo un delito de lesiones con homicidio involuntario, por lo que solicita tres años de cárcel y la indemnización de 47.981,83 euros.

El acusado ha asegurado en su declaración ante el tribunal que no mató a la mujer, sino que ésta se golpeó la cabeza al caer cuando forcejearon, y que dejó el cuerpo junto a una carretera al no saber cómo actuar presa del miedo.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 27 al 28 de octubre de 2013 cuando este hombre de mediana edad, militar de profesión y conocido en el mundo del fútbol en la ciudad, recogió en un coche en el centro de Melilla a la chica, que al parecer ejercía la prostitución.

Ambos fueron a un garaje del acusado y tras mantener relaciones sexuales iniciaron una discusión sobre el precio, en la que según ha relatado la fiscal la chica recibió golpes en la cabeza contra una rampa de acceso de vehículos.

De acuerdo con este relato, el hombre metió el cuerpo en una bolsa de deporte y lo llevó en el maletero de un coche hasta dejarlo junto a unos matorrales, lugar al que volvió horas después para cubrirlo con cartones.

El abogado defensor, por su parte, ha argumentado que el acusado no tuvo ánimo de hacer desaparecer el cadáver.

“Se me vino el mundo encima” y “me quedé bloqueado”, ha dicho en respuesta a preguntas de la fiscal y la defensa, tras preferir no contestar a la acusación particular.

“No soy un asesino”, ha declarado, antes de comentar que todo fue “un fatal accidente” y que intentó ayudar a la chica.

Asimismo, ha confesado que “estuvo mal” abandonar el cuerpo, en un momento en que “no sabía ni lo que hacía” al actuar de forma “cobarde” por el miedo a lo que pudiera ocurrirle con su familia, en el trabajo y ante la sociedad.

El acusado ha asegurado que cuando fue detenido declaró ante la Guardia Civil con “coacción” y “sin presencia de un abogado”.

El juicio está previsto que continúe con la declaración de testigos de la Guardia Civil, familiares, amigos y vecinos de acusado y víctima, forenses, psiquiatras y psicólogos, en presencia de un jurado de nueve miembros.